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ABC MADRID 08-01-2014 página 16
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  • EdiciónABC, MADRID
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16 OPINIÓN CADA MAÑANA SALE EL SOL MIÉRCOLES, 8 DE ENERO DE 2014 abc. es opinion ABC A LOS CUATRO VIENTOS Las víctimas del terrorismo piden justicia Artur Mas en TVE MELCHOR MIRALLES La dignidad de todos El juez Santiago Pedraz sigue archivando, de dos en dos, las denuncias presentadas contra el renovado ejercicio de exaltación etarra que protagonizan los terroristas excarcelados y sus aplaudidores. La impunidad con la que el pasado sábado se celebró el infame acto del matadero de Durango, tolerado por la Justicia, no ha hecho desistir a las víctimas. Tres escritos se acumulan ya en la Audiencia Nacional contra la exhibición proetarra programada para este sábado, un siniestro pasacalles a favor de los asesinos de ETA que permanecen en prisión y organizado por los sucesores de Herrira o las ilegalizadas Gestoras y Askatasuna. Frente al silencio de la Justicia, las víctimas del terrorismo claman contra la indiferencia para salvaguardar su dignidad y, de memoria, recordar a toda la sociedad quiénes son y de dónde vienen los que desde hace semanas toman las calles del País Vasco. No se trata de una defensa gremial, sino de una expresión necesaria para impedir un retroceso en el terreno, ya ensangrentado, ahora cultivado con odio, de la libertad. CAKE MINUESA No pidieron perdón, no expresaron una brizna de arrepentimiento Soflamas en directo y con subtítulos Para la propaganda riego por goteo, de sol a sol tiene la Generalitat a su disposición la señal autonómica de TV 3, pero a la hora de comunicar es Televisión Española la que se pliega a las inquietudes de Artur Mas, para quien la emisora pública despeja su canal 24 Horas en cuanto el presidente catalán coge un micrófono y se pone a hablar. Ayer, enésima conexión informativa, en riguroso directo y con traducción simultánea, a mayor gloria de Mas, cuyas reiteradas y previsibles agresiones al conjunto de España constituyen el ingrediente básico de una cadena que sigue confundiendo noticias y soflamas. C ONOCÍ a Cake Minuesa en el Instituto Tracor que preside José Antonio Puente. Se apuntó a un máster, porque amaba la televisión. Desde el primer día advertí su talento, su bendita pasión por el oficio, su cuerda locura. Percibí a un buen periodista y a un hombre bueno. El sábado, en el matadero de Durango, Cake Minuesa, reportero de Daños Colaterales (Intereconomía) dignificó la profesión. No buscaba protagonismo. Quien así lo piense no conoce a Cake. Se rebeló ante la negativa a responder de más de setenta matarifes que escenificaron una liturgia repugnante. Allí estaban los asesinos, contra fondo negro, como no podía ser de otro modo. Allí estaban, en un matadero, atinado lugar para una recua de canallas. Presentaron como rueda de prensa un mítin, pura propaganda de una pandilla de etarras. Sí, son expresos, pero no exetarras. Y, de saque, anunciaron que no aceptarían preguntas tras el discurso. El oficiante estaba bien elegido: José A. López Ruiz, Kubati el tipo que asesinó a su colega Yoyes en presencia de su hijo de 3 años. La mató por querer lo mismo, pero sinceramente. El ritual miserable. Y los periodistas allí se quedaron. Nadie se levantó y se fue. Como siempre. Pero, en este caso, quien oficiaba era ETA. Los etarras del matadero, travestidos de víctimas, justificaron su existencia, exigieron una amnistía, responsabilizaron al Estado del conflicto reclamaron un sitio en la política democrática, pusieron su experiencia y vivencia al servicio del proceso y reclamaron el derecho a decidir. No pidieron perdón, no expresaron una brizna de arrepentimiento, no exigieron a ETA su disolución, ni siquiera que entregue las armas. Y claro, al final, Cake, que es periodista, y ser humano, se levantó y preguntó, que es lo suyo: ¿No van a pedir perdón? Si habláis de un conflicto, de un problema, de paz, yo creo que lo suyo es pedir perdón. Algunos os arrepentiréis y querréis pedir perdón, ¿no? ¿No tenéis nada que decir? Cake fue el único que preguntó en una rueda de prensa, y los sicarios de los matarifes le echaron a empujones. A él y al cámara Javi Santana. Y del resto de los periodistas no salió una sola expresión de queja o denuncia. Qué tristeza. Y ya en la calle, asediados por simpatizantes de los asesinos, a Cake y a Javi pretendían impedirles que grabaran. En la calle. Porque la perciben suya. Y no había un ertzaina. Ni un policía para protegerle. Tienen razón los matarifes cuando escupen a las víctimas los nuestros en la calle y los vuestros en el hoyo Por eso Cake Minuesa me reconcilió con mi oficio. Porque cumplió con su obligación. Porque hizo lo que debía. Quedarse y preguntar. No aceptar los hechos consumados de los asesinos. Lo triste es lo de los demás colegas, que se mantuvieran en ese silencio manso. Que nadie se levantara a protestar. Por más que alguno aplaudiera a Cake. Pero, claro, han de tener directores que prohíban quedarse si no se aceptan preguntas o que obliguen a preguntar para que consten. Como constan las de Cake Minuesa. Sin más respuesta que los empujones agresivos para echarle a la puta calle. CARTAS AL DIRECTOR Inaceptable pantomima Todos repito, todos sabíamos bien lo que allí iba a suceder y quiénes iban a ser los protagonistas de semejante escena. Qué pena que seres como estos vuelvan a estar de nuevo en el punto de mira. No lo merecen. Bien, al parecer ni con la ley en la mano, puesto que el derecho de reunión y manifestación no requiere autorización previa, semejante pantomima podía haber sido evitada. ¿Qué esperar de un sistema legal en el que si superas los 0,60 gramos de alcohol por litro mientras conduces puedes llegar a ir a la cárcel, dado que se juzga por la vía penal, y si, en cambio, matas a veinticinco personas puedes salir de la cárcel mucho antes de lo que establecía la condena? Quede claro que no quiero decir con esto que conducir con más de 0,60 en sangre sea algo aceptable, pero tampoco lo segundo me parece que lo sea. Una de dos, o cambiamos las leyes, cosa complicada, o cambiamos a los jueces, algo quizá más fácil. No creo en absoluto que no hubiera recursos suficientes para suspender tan enorme ofensa. Hasta un bobo sabe bien que aquello era una reunión de terroristas. Parece que la palabra terrorista no asusta lo suficiente, y con 309 muertos a sus espaldas y una nula voluntad de arrepentimiento por los actos cometidos se reúnen cuando quieren. En mi opinión, cuando en la vida haces una serie de cosas, como matar, hay ciertos derechos que pierdes en el acto. Haberlo pensado dos veces antes de matar. Sin embargo, derecho a decidir es lo que es Lo más leído La buena jornada bursátil del día en el mercado español, la imputación de Doña Cristina por el juez Castro y los efectos en Estados Unidos del vórtice polar, entre las noticias más vistas ayer en nuestra web Copa del Rey Tras 59 días lesionado, Messi vuelve esta noche a una convocatoria. El Barcelona se enfrenta al Getafe (22.00 h. Camp Nou) con el astro argentino como gran reclamo dicen estos asesinos que quieren. Bastante me parece que han decidido hasta ahora. Como si fuera poco decidir quién tiene derecho a vivir y quién no. Espero que, de ahora en adelante, pierdan el derecho a decidir, al menos hasta que no se arrepientan públicamente de las atrocidades cometidas. Así pues, no se entiende cómo con todo esto no existen razones más que suficientes para haber terminado con dicha reunión. Que venga Dios y lo vea. Antes que las leyes y los jueces hay una cosa que se llama sentido común. En fin, algunos parecen haberlo olvidado en algún lugar que nadie conoce. Con el derecho de reunión se presupone el derecho a hablar libremente. Para acometer esta actividad, los humanos utilizamos las palabras. Las palabras duelen, hacen daño, y se graban dentro, muy dentro de uno. También existen las no palabras el arrepentimiento, por ejemplo. Pues bien, todas las palabras y las no palabras de aquel día, a pesar de que un valiente y ejemplar periodista las reclamara, debían ser razón más que suficiente para haber paralizado el acto en el minuto uno. Me hierve la sangre solo de pensarlo. Y si me hierve a mí la sangre, no quiero ni pensar cuántos grados tendrá la sangre de aquellos que vieron morir a su padre de un tiro de la mano de los que dicen tener derecho a decidir. ¿Qué derecho tenía, pues, aquel al que iban a matar entonces?

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