Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 03-01-2014 página 15
ABC MADRID 03-01-2014 página 15
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 03-01-2014 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página15
Más información

Descripción

ABC VIERNES, 3 DE ENERO DE 2014 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL BURLADERO UNA RAYA EN EL AGUA CARLOS HERRERA LA SOGA DE PANAMÁ Dejar la obra colgada puede llevarse a Sacyr por delante, y dejar en el aire un cierto olor a tierra quemada P ARECE sencillo de diagnosticar, pero no es así. La reducción a lo simple es una tentación en la que se puede caer cuando se tiene prisa, pero no ayuda a un diagnóstico certero. Sacyr como síntoma, como paradigma: se presupuesta a la baja, se consigue una adjudicación emblemática, se sube en la bolsa, se vende la autocartera a precio ventajoso y se sale de problemas... de momento. Los presupuestos temerarios son posibles en España, donde acuerdos urgentes con el poder político hacen posible salir del hoyo a cuenta del dinero de todos, pero no parece que eso funcione en todas partes del mundo. De repente hay un país en el que el tejemaneje constructor no funciona y todo se precipita, se pierde lo obtenido y se queda en situación de desventaja. Y se compromete el sello de marca que se pretende vender por el globo como sello de eficacia. El sello de la Marca España, esa a la que últimamente no le sale una a derechas, queda inevitablemente tocado. En España es habitual que determinadas obras públicas se encarezcan a lo largo de su desarrollo. Unas veces es por el encarecimiento de las materias primas, otras por las exigencias de celeridad en aras de beneficios políticos, y otras por defectos en el proyecto presentado. De ello son responsables quien hace la obra y quien decide quién hace la obra. El beneficiado y el jurado elector. Pero que eso ocurra en España no quiere decir que pueda ocurrir en todas partes. Aquí es posible que Sacyr proyecte y desarrolle las funestas Setas de la Encarnación de Sevilla, que estas doblen el coste presupuestado y que, al final, paguemos todos. Es posible que eso pase con el Auditorio de Tenerife o con las obras de Calatrava en Valencia, pero no tiene por qué pasar en Panamá, donde la oferta de la UTE encabezada por los españoles era sensiblemente más reducida que la de su principal competidor (y la de su principal competidor de la de su inmediato seguidor, todo hay que decirlo) La diferencia de precio es la que, más o menos, exige ahora Sacyr para poder concluir el trabajo. La Autoridad del Canal no está por la labor, huelga decirlo. Sólo caben la negociación y la consiguiente pérdida de pelos en la gatera; en este caso en la esclusa por la que han de pasar los barcos que no quieran ir al Ártico o a dar la vuelta por los tobillos de América. Dejar la obra colgada puede llevarse a Sacyr por delante (véase la bolsa ayer) y dejar en el aire un cierto olor a tierra quemada que haga difícil a las empresas españolas concursar en determinados proyectos de repercusión mundial. Lo avisaron sus competidores: la diferencia de millones con la segunda oferta no era más que el órdago que la constructora ponía sobre la mesa. Esa sería su condena, ya que antes o después los millones de dólares difíciles de justificar se volverían un lastre demasiado pesado. La oferta suicida, pues, compromete al futuro de la empresa, al Gobierno de Panamá... y al Gobierno de España, que, conviene no olvidarlo, desarrolló una importante ofensiva para que el contrato cayera de este lado. Demasiado para comenzar este 2014 que algunos insisten en convertir en el paraíso en el que toda recuperación será posible, en el año en que el mundo empezará a constatar que los españoles somos capaces de realizar no pocos esfuerzos para salir de un laberinto colosal que se ha llevado por delante buena parte del Estado del bienestar en el que vivíamos. (PD: Por cierto, ¿hay alguna duda acerca de que Rajoy se presente a la reelección? ¿Puede que haya sobrevolado la duda por su críptica cabeza? IGNACIO CAMACHO VERSOS DE PIE QUEBRADO Los discursos de los virreyes territoriales muestran el desmadre pseudoconfederal en que ha caído el modelo autonómico UEGO amigo. Eso es lo que le ha caído a Rajoy en la oleada de discursos de fin de año de los presidentes autonómicos, costumbre política que demuestra el desmadre pseudoconfederal en que ha devenido el modelo territorial español. Una nación fragmentada en la que los virreyes regionales se asimilan a soberanos de taifas clonando una semana después la alocución televisada del jefe del Estado mientras el presidente del Gobierno central, emparedado entre simbologías institucionales, no encuentra hueco para dirigirse a los ciudadanos y tiene que convocar una rueda de prensa. Y encima le zurran hasta los suyos, investidos de autoridad feudal ante sus televisiones de la señorita Pepis: carísimos juguetes cuyo déficit engorda una insostenible estructura para la que sus beneficiarios no paran de reclamar más dinero. Este año la moda, lo trendy de estos discursitos virreinales, ha consistido en sacudirle al Gobierno desde sus propias filas. Unos por el aborto, otros por los impuestos, la mayoría por la financiación de sus tingladillos, y luego los nacionalistas con su matraca de costumbre. La más moderada en las críticas ha sido la socialista Susana Díaz, que se ha estrenado marcando perfil institucionalista y ha dejado la retórica de izquierdas para el extremeño Monago, el barón rojo del PP. El Gabinete marianista se merece esos varapalos y alguno más, pero algo está fallando en la cohesión de la derecha cuando son sus dirigentes los que le hacen la oposición más sólida. Quizás hayan pensado que ante el estado catatónico del PSOE no convenga dejar solo al presidente en su autocomplacencia. Ocurre además que el PP está más bien huérfano de liderazgo. Rajoy ejerce poco en el partido y Cospedal no acaba de centralizar el poder entre otras cosas porque anda desdoblada en su faceta de presidenta autonómica, un rango que a lo sumo la deja como prima inter pares pero no le marca suficiente jerarquía. Ante la falta de coordinación y de autoridad los barones olfatean el vientecillo electoral y se mueven a su aire tratando de marcar distancias con un Gobierno muy expuesto al desgaste. Saben que aunque las encuestas aún otorgan ventaja a sus siglas por incomparecencia de adversario, existe una diferencia decisiva en el sistema electoral: Rajoy puede ser reelegido sin mayoría absoluta, pero ellos no. Cualquier resbalón los puede tumbar y resulta crucial alejar las cáscaras de plátano. Así que están sonando discrepancias crecientes que más que tratar de advertir al poder tirándole de la manga empiezan a parecer voces de sálvese quien pueda. Convendría sin embargo que la aristocracia regional del PP se anduviese con cierto cuidado porque la sociología política española tiende a penalizar la falta de unidad y la dispersión de criterios. Un verso suelto o de pie quebrado decora el poema, pero demasiados a la vez le estropean el sentido y descabalgan la métrica. F JM NIETO Fe de ratas

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.