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ABC MADRID 02-01-2014 página 80
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ABC MADRID 02-01-2014 página 80

  • EdiciónABC, MADRID
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JUEVES 2.1.2014 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.798 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. EL PULSO DEL PLANETA VISTO Y NO VISTO La segunda vida del jeep Tras la Segunda Guerra Mundial, los filipinos convirtieron los todoterreno de EE. UU. en autobuses. Dado su éxito, ahora se fabrican a escala industrial IGNACIO RUIZ- QUINTANO CHEFS Hoy, cuando la cultura siente que su final se acerca, ya no manda a llamar a los curas, sino a los chefs oy, cuando la cultura siente que su final se acerca, ya no manda a llamar a los curas, sino a los chefs, aunque en Galicia, según Camba, eran lo mismo. Qué lejos aquellos días del Príncipe Gitano bajando la escalera freixenet de El Portón para oír su flamenquito y apartando de su camino al chef de moda en Madrid, que corría a saludarlo: Aparte, Fulano, que huele a merluza frita. En Inglaterra el chef que encabeza la corriente es Jamie Oliver, de Essex, y en España, Pepe Rodríguez, el chef, no el ateo, que ha presentado el acto cultural por antonomasia en España: las uvas. De smoking, como aquel Chencho Arias de la llama, Pepe Rodríguez parecía dispuesto a servirnos las uvas a la llama, siendo la llama la señora Igartiburu, vestida de rojo diablo, pero que repite en el puesto por ser la única lo bastante alta para ver el campanario a la hora de los cuartos. Estaba yo tratando de descifrar un mensaje sevillano de mi amigo Valenzuela Susana Díaz en el Patio de los Leones y Kiko Rivera con leones en el patio cuando Pepe Rodríguez lanzó el gran proyecto nacional del año: El 14 tiene que ser el año del positivismo. Maridaje textura emplatar y ahora, positivismo Los ingleses necesitaron de Cambridge y Bertrand Russell para dar forma a una corriente que aquí ha despachado un chef entre dos uvas. Positivismo es campechanía: las cosas, como son, y no como deberían ser. En una palabra, el humor de Manolo Royo. Ese humor es el ideal periodístico de los redactores jefes que en los periódicos cogen al becario con estilo y le conminan a escribir sencillo, para que lo entienda todo el mundo ¿Quién no entendió el humor de Manolo Royo en Nochevieja? ¡Ah, los dobles sentidos (fútbol y sexo) de meter o penetrar Y de postre, la explicación campechana (positivista) del cubismo: Picasso pintó así porque no veía bien Si vamos a ser positivistas, que nos presten el atizador de Wittgenstein. H Los jeepneys abundan en las carreteras de Filipinas, al ser el medio de transporte más barato y popular PABLO M. DÍEZ P. M. DÍEZ ENVIADO ESPECIAL A MANILA jeeps que dejó el Ejército estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial y que, haciendo de la necesidad virtud, fueron reconvertidos en autobuses porque no había otros vehículos debido a n la gigantesca metrópo- la devastación que causó la contienda. lis de Manila se puede pa- Para que pudieran transportar más pasar en pocos kilómetros sajeros, que viajan sentados a ambos del distrito financiero de lados frente a frente, los viejos jeeps Makati, tan plagado de ras- militares fueron alargados y profusacacielos y galerías comer- mente decorados con vivos colores. Sus ciales de lujo que parece Tokio, a Ermi- adornos van desde emblemas de escuta, el antiguo barrio de las luces ro- derías de Fórmula 1 hasta imágenes de jas donde aún pervive una miseria la Virgen, que para algo es Filipinas el chabolista como la de Bombay, y a In- país más católico de Asia. tramuros, el centro histórico de la époCon su característico chasis metálica colonial española cuyos callejones co sin ventanas de cristal ni puerta traempedrados y fachadas blancas con sera, sus ruedas de repuesto a ambos rejas negras recuerdan lados y sus múltiples boLos jeepneys a Cádiz. cinas, faros y letreros recorren Manila por los cuatro costados, Pero, más allá de sus diferencias sociales y arlos jeepneys se han sin rutas fijas. quitectónicas, lo que uniCuando alguien perpetuado en el tiemforma a esta caótica mepo hasta erigirse en un quiere bajarse galópolis, habitada por símbolo nacional de Fidebe gritar en doce millones de almas, lipinas, que incluso los es su tráfico infernal, que español: ¡Para! lució con orgullo pop congestiona las calles y en la Feria Mundial de avenidas de las dieciséis ciudades y Nueva York en 1964. Los jeepneys son el municipio que conforman Metro además una metáfora de la sociedad filipina, donde lo que debería ser eterno, Manila. Al son de una desafinada sinfonía de como el patrimonio, desaparece engubocinas, en medio de este atasco per- llido por el trópico, y las soluciones promanente destacan los jeepneys el visionales se convierten en eternas transporte público más popular de Fi- analiza para ABC el escritor hispanolipinas. Así se conoce a los antiguos filipino David Sentado. E Aunque ya no circulan los viejos jeeps tuneados del Ejército americano, los nuevos vehículos siguen conservando su peculiar diseño. A escala industrial, la mayoría vienen siendo fabricados desde 1953 por la marca Sarao, acertada metáfora del caos que colapsa cada día el tráfico de Manila, pero otros muchos son ensamblados en pequeños talleres con carrocerías, piezas y motores salvados de los desguaces. O, como ocurre en la isla de Cebú, con viejas furgonetas de morro chato importadas de Japón de las marcas Isuzu y Suzuki. Grafitis andantes Por solo ocho pesos la carrera (un céntimo de euro) que pasan de mano en mano de los pasajeros hasta que llegan al conductor, los jeepneys recorren las ciudades filipinas sin más rutas ni paradas establecidas que su origen y el destino, garabateados en sus laterales en una abigarrada amalgama de imágenes religiosas y dibujos con los más variados motivos. A la hora de bajarse, hay que dar un golpe en el techo y gritar, en español, ¡para! El arte popular ha entendido que son el mejor lienzo para expresar su abigarrado gusto estético explica el escritor, para quien los jeepneys son nuestros grafitis, pero en movimiento Aunque sea en el embotellado tráfico de Manila.

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