Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 02-01-2014 página 14
ABC MADRID 02-01-2014 página 14
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 02-01-2014 página 14

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página14
Más información

Descripción

14 OPINIÓN HORIZONTE PUEBLA JUEVES, 2 DE ENERO DE 2014 abc. es opinion ABC RAMÓN PÉREZ- MAURA JOSÉ ANTONIO MONAGO, COMO FRANCO Los discursos de los presidentes autonómicos pueden tener condición histórica Por su desvarío E NTRE todo el dinero que nuestros muchos presidentes autonómicos gastan en asesoría de imagen y comunicación ninguno consume un céntimo en un profesional que le diga que debería dejar de pronunciar el discurso anual de fin de año. Entre otras cosas, porque quien aconseje eso perderá su posibilidad de presentar una factura por asesorar. Y ya se sabe que en los tiempos que corren la caridad bien entendida empieza por uno mismo. Según leo hasta en ABC el discurso de fin de año de los presidentes autonómicos ha devenido en tradicional Sin duda porque vivimos épocas en que las tradiciones pueden tener sólo diez, veinte o treinta años. Y así, a ver quién le niega su identidad histórica a Artur Mas... Pero tal vez descubran que la condición de tradicional de estos discursos tiene un origen indeseado. Aunque me atrevo a decir que los discursos de los presidentes autonómicos de 2013 sí pueden tener condición histórica Por su desvarío. Supongo que alguno tiene que haber, pero no he sido capaz de confirmar que ni uno solo de los presidentes autonómicos haya dejado de hacer un mensaje institucional al país Es decir, a la provincia o provincias que integran su comunidad. Este empeño en emular el mensaje navideño del Rey en verdad es digno de mejor causa. Sólo ese afán de evocar el discurso regio justifica estas fechas. ¿Por qué no hacerlo el día de la fiesta de cada comunidad? Aunque tal vez algún asesor, sin necesidad de gastarse un solo céntimo en investigación, pudiera explicarles que a quien de verdad emulan es a quien inventó en España el discurso de fin de año: don Francisco Franco Bahamonde. El Rey creyó que había que alejarse de él. Nuestros capos autonómicos no. Ellos lo imitan creyendo ponerse a la altura de Su Majestad. No paramos de mejorar. Este año hemos asistido a una catarata de reivindicaciones de los diversos dirigentes autonómicos que en su inmensa mayoría pertenecen al mismo partido que el presidente del Gobierno. Evocan aquella escena vodevilesca del paisano, ofendido por alguien de fuerza mayor y que, sabedor de su impotencia, grita a su colega ¡agárrame, Manolo, que le rompo la cara! Y en esa escenografía han encajado los presidentes que denunciaban su situación fiscal o su derecho a ser tratados como todos los demás. Pero hay uno que ha superado a todos: el presidente de la Junta de Extremadura. Aun suponiendo que tenga algún sentido el que un presidente autonómico haga un discurso de balance del año y perspectivas para su comunidad en los doce meses venideros, me gustaría que me explicase cómo puede él hablar en nombre de todos los extremeños sobre el aborto cuando afirma que Extremadura apoya una reforma de la ley del aborto por consenso Sólo le faltó emplear el nos mayestático. Pero es que la influencia de Franco sobre los discursos de fin de año es muy marcada. Y como el invicto, Monago se cree ya que puede hablar en nombre de todos los extremeños. Incluso para negar el derecho natural. CAMBIO DE GUARDIA GABRIEL ALBIAC CORRUPCIONES BÁRBARAS Los de Erdogán recuperaron a Turquía para el islam. A gentes como Zapatero, aquello les pareció estupendo UEDE que en ningún otro pasaje dibujara Baruch de Spinoza, tan nítida, la paradoja que enfrenta a moral y política. Capítulo VI de su póstumo Tratado Político: Ningún Estado se ha mantenido tanto tiempo inalterado como el de los turcos; y, por el contrario, ningún Estado ha sido más efímero ni ha padecido más sediciones que los Estados populares o democráticos. Pero es que, si debiéramos llamar paz a la esclavitud, la barbarie y la desolación, entonces vendría a a ser cierto que nada habría para los hombres más miserable que la paz No hay cinismo en su constancia. Y sí una lucidez amarga. Spinoza ha vivido el modelo holandés como el alzado de una política moral: de una política de hombres libres. No era sentimentalismo: bajo el gobierno de Johan y Cornelius De Witt, Ámsterdam, había dado en ser el lugar prodigioso para vivir en el cual tan sólo se exigía el respeto a las leyes y la no interferencia en las creencias de los demás: la prosperidad de la República reposa sobre la expansión del libre comercio; las prohibiciones religiosas traban el desarrollo armonioso de esa riqueza; la ciudad garantiza, pues, el libre culto de todo ciudadano que se comprometa a no interferir el libre culto de ningún otro. Fue un paraíso. Destruido ya, cuando el filósofo redacta P el testamentario Tratado Político, que había de cerrar las paradojas abiertas por su Ética. ¿Son compatibles acción ética y política? Lo convenido era hablar de difíciles armonías. Spinoza, naturalmente, opta por lo contrario. Y, como corresponde a un filósofo, dice aquello que no debe ser dicho, aquello cuya agria verdad a nadie place. A nadie. Tampoco a él. Pero placer o displacer nada ponen ni quitan a la verdad de un análisis. No, nada hay compatible entre moral y política. No hay más que una verdad moral para un hombre: la libertad, en el ejercicio de la cual se juega su potencia, su ser por tanto. La política, sobre la cual pervive cualquier Estado, se cifra en otra exigencia: la seguridad de leyes e instituciones. El despotismo imperial turco es una garantía de continuidad despiadada y ajena a remordimientos morales. La democracia es paradójica y frágil. En 1672, la República de los Witt fue destruida. Y ellos mismo linchados. La imagen, que retrata el cuadro de Jan de Baen, fue vivida como la peor barbarie por el filósofo: la derrota de la libertad. Pero también lo más horrible debe ser entendido. Igual que lo más hermoso. De eso habla el póstumo Tratado Político: lo asesino es, con la mayor frecuencia, lo más rentable. En política. Y el imperio turco, que es la hipérbole del crimen como arma de poder, está llamado a perdurar monstruosamente. Tres siglos más duró. Intacto. Como el puro modelo de esa barbarie consistente en transferir todo el poder a un solo hombre, lo cual es ir en el interés, no de la paz, sino de la esclavitud Cuando, en la segunda década del siglo XX, un grupo de jóvenes militares liderado por Kemal Ataturk cerró los cuatrocientos años de califato, abolió la intemporal teocracia y alzó en su lugar un Estado laico, el mundo musulmán tuvo su ocasión de modernidad. Única. La perdió. Y tres cuartos de siglo luego, los de Erdogán recuperaron a Turquía para el islam. A gentes como Zapatero, aquello les pareció estupendo. E hicieron de Erdogán su primer aliado en la demente Alianza de Civilizaciones Ahora sabemos lo que había tras Erdogán: corrupción sólo. Y adivinamos lo que vendrá para curarla: clérigos. Irán se perfila ya en el horizonte.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.