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ABC MADRID 26-12-2013 página 22
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  • EdiciónABC, MADRID
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22 ESPAÑA JUEVES, 26 DE DICIEMBRE DE 2013 abc. es españa ABC Mensaje de Navidad El Rey defiende esa España abierta en la que cabemos todos Para mí, la crisis empezará a resolverse cuando los parados tengan oportunidad de trabajar Asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad Su Majestad el Rey transmitió la pasada Nochebuena uno de los Mensajes de Navidad más cercanos a la sociedad de todo su Reinado. En poco más de once minutos y medio, Don Juan Carlos abordó los graves problemas de nuestro país: habló del paro, de la necesidad de ejemplaridad en la vida pública compromiso que asumió en primera persona y de la importancia de seguir construyendo una España abierta en la que cabemos todos en clara referencia a Cataluña, e invitó a superar las diferencias para poder emprender las reformas necesarias. El Rey no habló de unidad, sino de lo que nos une y recurrió a una frase del Príncipe de Asturias para afirmar que España es una gran Nación que vale la pena vivir y querer, y por la que merece la pena luchar Cada vez con mejor tono vital, defendió el actual sistema político, el de la Constitución de 1978, frente a quienes pretenden que lo ignoremos, porque nos ha proporcionado el periodo más dilatado de libertad, convivencia y prosperidad de toda nuestra historia A continuación reproducimos el texto íntegro del Mensaje de Navidad: Buenas noches. Quiero expresaros a todos mi cordial felicitación en esta Navidad, desearos un venturoso Año Nuevo y compartir con vosotros mis reflexiones sobre el que estamos acabando y mis convicciones sobre nuestro futuro en común. España continúa sufriendo los efectos de una crisis económica y financiera de una duración y magnitud desconocidas en la historia reciente de la Unión Europea, con efectos muy negativos sobre las personas, las familias y las empresas. Quiero, por eso, empezar mis palabras con un saludo especialmente afectuoso a aquellos a quienes con más dureza está golpeando esta crisis: a los que no habéis podido encontrar trabajo o lo habéis perdido durante el año que va a terminar; a los que por circunstancias diversas no podéis disponer de una vivienda; a los jóvenes que no habéis podido encauzar todavía vuestra vida profesional; a todos los que habéis soportado tan duros sacrificios con coraje, y a quienes lucháis con vuestros mejores esfuerzos por hacer realidad vuestras legítimas aspiraciones. Saludo también a quienes estáis aportando lo mejor de vuestra creatividad y de vuestro talento para superar las dificultades. Pienso en particular en todos los emprendedores; en la pequeña y mediana empresa que sostiene el tejido productivo de la Nación; en los trabajadores autónomos; en los inmigrantes, cuya aportación hay que agradecer sin reservas; en los servidores públicos; en quienes estáis trabajando fuera de España. Y pienso en vosotros, las personas mayores, los pensionistas, que estáis siendo el soporte de muchas economías familiares. Gracias por vuestra ayuda. Es extraordinaria la fuerza de la familia en España, y fundamental el papel que está jugando en esta grave crisis. Gracias también a la sociedad civil que ha demostrado una solidaridad verdaderamente ejemplar para atender a millones de personas en graves dificultades. Gracias, en definitiva, al conjunto de los ciudadanos por vuestro ejemplo de responsabilidad y de civismo en tiempos ciertamente difíciles. Permitidme dedicar un recuerdo muy especial y emocionado a las víctimas del terrorismo, con las que la so- Las claves del mensaje Cataluña Que las diferencias y las controversias se resuelvan con arreglo a las reglas del juego democráticas aprobadas por todos... Es una verdad incuestionable Paro Los indicios tienen que ser más sólidos porque no podemos aceptar como normal la angustia de los millones de españoles que no pueden trabajar A quienes aportan lo mejor Texto íntegro ciedad sigue teniendo una permanente deuda de gratitud. Unas personas y unas familias que durante décadas han sufrido cruelmente la violencia y el terror de unos criminales totalitarios. Sé que estáis pasando momentos especialmente difíciles. Hoy, como antes y como siempre, quiero compartir vuestro dolor con renovada solidaridad y expresaros todo mi apoyo. Es indiscutible que la crisis económica que sufre España ha provocado desaliento en los ciudadanos, y que la dificultad para alcanzar soluciones rápidas, así como los casos de falta de ejemplaridad en la vida pública, han afectado al prestigio de la política y de las instituciones. Sé que la sociedad española reclama hoy un profundo cambio de actitud y un compromiso ético en todos los ámbitos de la vida política, económica y social que satisfaga las exigencias imprescindibles en una democracia. Es verdad que hay voces en nuestra sociedad que quieren una actualización de los acuerdos de convivencia. Estoy convencido de que todas estas cuestiones se podrán resolver con realismo, con esfuerzo, con un funcionamiento correcto del Estado de Derecho y con la generosidad de las fuerzas políticas y sociales representativas. Realismo para reconocer que la sa- lud moral de una sociedad se define por el nivel del comportamiento ético de cada uno de sus ciudadanos, empezando por sus dirigentes, ya que todos somos corresponsables del devenir colectivo. Esfuerzo para que la economía confirme los indicios de recuperación que se están empezando a ver y que tienen que ser todavía más sólidos, porque no podemos aceptar como normal la angustia de los millones de españoles que no pueden trabajar. Para mí, la crisis empezará a resolverse cuando los parados tengan oportunidad de trabajar. Funcionamiento del Estado de Derecho para que la ejemplaridad presida las instituciones, para que se cumplan y hagan cumplir la Constitución y las leyes, y para que las diferencias y las controversias se resuelvan con arreglo a las reglas de juego democráticas aprobadas por todos. El respeto de esas reglas es la garantía de nuestra convivencia y la fortaleza de nuestra democracia. Esta es una verdad incuestionable que debemos tener muy en cuenta. Y, como siempre, generosidad para saber ceder cuando es preciso, para comprender las razones del otro y para hacer del diálogo el método prioritario y más eficaz de solución de los pro- Una verdad incuestionable

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