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ABC MADRID 22-12-2013 página 22
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ABC MADRID 22-12-2013 página 22

  • EdiciónABC, MADRID
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22 PRIMER PLANO DOMINGO, 22 DE DICIEMBRE DE 2013 abc. es ABC las homilías, cuando quiere rebatir objeciones suele presentarlas con un sencillo pero ustedes me dirán padre, yo no creo que... Para los laicos resulta muy normal tratarle de usted con respeto y cariño o, como máximo, Santo Padre Del lenguaje de la Curia está desapareciendo la palabra Pontífice Cuando decidió quedarse a vivir en el hotel del Vaticano con treinta residentes fijos y un flujo continuo de visitantes, todo el mundo pensó que era una situación insostenible por motivos de seguridad y de logística. Ahora, en cambio, resulta natural y simpática. La casa se ha vuelto más humana. Sus compañeros de residencia han aprendido a vivir juntos con naturalidad, y disfrutan de su cercanía. La Guardia Suiza y los Gendarmes, al principio nerviosísimos, se han relajado. Y los cardenales han comprendido que el Papa tiene derecho a vivir a gusto, cerca de la gente si así lo prefiere, con sencillez y sin privilegios, como ha hecho toda su vida. A la salida le cantaron el cumpleaños feliz y se fueron a desayunar todos juntos. De camino al comedor se sumaron tres vagabundos con los que se había cruzado una hora antes el padre Konrad, limosnero pontificio. Eran un polaco, un eslovaco y un rumano que traía Uno a uno Al final de la misa se sienta en el último banco para la acción de gracias y saluda uno a uno a todos Su mañana favorita El contacto con la gente en la audiencia de los miércoles y el saludo a los enfermos le hacen muy feliz a su inseparable perro. El Papa le preguntó cómo se llamaba. Marley, Santidad. Como Bob Marley Y se inclinó para acariciarle. La única diferencia visible en la Casa Santa Marta es que, cuando el Papa está dentro, hay dos guardias suizos en la puerta de entrada. También hay siempre uno o dos de guardia ante su habitación. Al principio estaban siempre firmes, serios y envarados, pero el Papa les dijo que podían sentarse, les ofrece café o refrescos de vez en cuando... Les trata con humanidad, pero sin poner dificultades a su trabajo. Poco después del desayuno, el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein que continúa como secretario de Benedicto XVI se presenta con un coche a la puerta para recoger al Papa y llevarlo a la oficina donde trabaja con los jefes de depar- tamentos vaticanos y recibe las visitas oficiales. Los miércoles, en cambio, lo recoge el comandante de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani, para llevarlo en el papamóvil blanco a la audiencia general, que sigue siendo en la plaza de San Pedro, pues continúan acudiendo cuarenta o cincuenta mil personas a pesar del frío. Es su mañana favorita. Dedica una hora a recorrer los pasillos de la plaza en el papamóvil besando a docenas de niños y estrechando miles de manos, incluso desde el vehículo, a riesgo de caerse. Su catequesis es breve, directa y divertida. Después dedica hora y media a saludar a enfermos sus preferidos y visitantes especiales. Termina exhausto y, en alguna ocasión, mareado. Pero regresa a Casa Santa Marta con una sonrisa feliz. Es, a todas luces, el Papa de la gente Misa con los empleados Al comienzo de la jornada, Francisco saca mucho partido a la oración personal previa a la misa, y también a esa primera actividad en público. Desde el principio invitó a asistir a grupos de empleados del Vaticano: los barrenderos, los jardineros, las telefonistas, los gendarmes... No hay ningún formalismo para los concelebrantes ocasionales ni para los invitados. El Papa entra siempre puntual y recogido. Se inclina ante el sagrario, pues le resulta difícil arrodillarse, y comienza la misa. La homilía es breve y suele presentar una única idea en tono sereno e intimista. Pero ninguna semana falta algún cañonazo contra el clericalismo, los eclesiásticos carreristas los hipócritas que no admiten sus pecados pues pecadores lo somos todos, también el Papa o los laicos corruptos que dan a sus hijos el pan sucio fruto de sobornos. Al terminar la misa, el Papa se quita los ornamentos y regresa a la capilla para sentarse en el último banco, de modo que no distraiga a la gente durante el breve rato de acción de gracias. Después les espera en el hall para saludar, uno a uno, a todos los asistentes, unas veinte o treinta personas. Un apretón de manos, un abrazo, un beso, una simple broma o una sonrisa alegran el día de cada visitante. Así ha saludado, una a una, a más de dos mil personas: a la mayoría de los trabajadores del Vaticano y a cientos de afortunados del exterior que han pasado el filtro de alguno de los secretarios del Papa. El martes 17 de septiembre, día de su 77 cumpleaños, Francisco invitó a misa a los empleados de la Casa Santa Marta: las cocineras, los camareros, las recepcionistas, los encargados del mantenimiento, el personal de la lavandería... En la homilía añadió los nombres de algunos de ellos a unas palabras de la Escritura: Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob... de Pedro, de Marietta, de Harmony, de Marisa, de Simone... ¡de todos! El Papa Francisco recibe a los Superiores y Oficiales de la Curia Romana AFP Os pido ejercer la objeción de conciencia ante los cotilleos AGENCIAS EL VATICANO El Papa Francisco recibió ayer a los miembros de la Curia para la tradicional felicitación de Navidad, a los que dirigió una petición muy especial. Os pido ejercer la objeción de conciencia para que nos opongamos a practicar esa ley no escrita de nuestros ambientes, que por desgracia es la de los cotilleos les instó el Papa, que desde que comenzó su pontificado ha emprendido una reforma de la Curia. A ellos, les explicó que esta petición no la hace solo desde un punto de vista moral puesto que los chismes dañan la calidad de las perso- nas, del trabajo y del ambiente y les puso el ejemplo de San José, tan callado y tan necesario al lado de la Virgen María. Pensemos en él, en su preocupación por su esposa y por el Niño. Esto nos dice mucho sobre nuestro servicio a la Iglesia Respeto recíproco El Papa agradeció a todos su servicio cotidiano: por el celo, la diligencia y la creatividad y por el esfuerzo, no siempre fácil, de colaborar en el trabajo, de escucharse y confrontarse, de valorar personalidades y cualidades diferentes en el respeto recíproco También les explicó que sus principales características deben ser la profesionalidad, que significa competencia, estudio y actualización porque, cuando no hay profesionalidad, lentamente se va resbalando hacia el área de la mediocridad En esa misma línea, el Papa alertó de que, cuando la actitud no es de servicio a las iglesias y a sus obispos, crece entonces la estructura de la Curia como una pesada aduana burocrática, controladora e inquisidora, que no permite la acción del Espíritu Santo y el crecimiento del Pueblo de Dios Galería de imágenes de la recepción del Papa a la Curia

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