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ABC MADRID 05-12-2013 página 3
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ABC JUEVES, 5 DE DICIEMBRE DE 2013 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA EN SU PROPIA TRAMPA POR JOSÉ MARÍA CARRASCAL Tan despistado, tan ignorante, tan inocente, pues, no es nuestro expresidente como tiene fama y aparece en sus memorias. Su último problema ni siquiera es que sigue instalado en el autoengaño y en una concepción falsa de su país, del mundo y del momento en que le tocó gobernar. Su último problema que terminó siendo el nuestro fue, y sigue siendo, confundir los deseos con la realidad Estas y otras lagunas no aclaradas en los 600 días de vértigo del expresidente nos advierten no solo de que desatendió como habría debido la economía, la política territorial y la lucha antiterrorista, sino también de algo mucho más grave: que su agenda era otra que esos tres temas. O, dicho a la inversa, que subordinó esos tres temas a otro para él más importante. Visto con la perspectiva de hoy, todo apunta que al llegar La Moncloa por una de esas carambolas que de tanto en tanto se dan en la política, una veces para bien y otras para mal su verdadero objetivo no era mantener la marcha de la economía española, solucionar el problema catalán o acabar con ETA, sino la vieja aspiración de la más extrema izquierda española: dar la vuelta al resultado de la última Guerra Civil. Naturalmente, no lo dijo con estas palabras, sino que le pusieron el nombre rimbombante de Memoria Histórica, dándole incluso la categoría de ley. Pero fue el proyecto más ambicioso y ambiguo de todo el mandato de Zapatero, al que dedicó su mayor esfuerzo e interés, convirtiendo su levedad e inconsistencia habitual en terquedad e intransigencia. En este terreno, el Bambi se convertía en ciervo en celo. Si había que sacrificar la Transición llena de ánimo de pasar página se la sacrificaba. Si había que cambiar NIETO la Constitución modelo de consenso se la cambiaba. Si había que meter al Partido Popudo había peligro de incendio en toda Europa. lar uno de los dos grandes en un lazareto de apesAunque el expresidente fue un ignorante no solo tados, se le metía. Lo que consiguió fue, aparte de en uno de los sectores más decisivos de la vida na- arruinar el país, abrir las viejas heridas y dividirlo cional, la economía. Lo fue también en otros dos, como no había estado dividido desde que accedió más decisivos si cabe: la configuración del Estado a la democracia. Pero fue, como todos sabemos, a y la amenaza terrorista. A su frase a los catalanes lo que se dedicó en cuerpo y alma el presidente José os daré lo que salga de vuestro Parlamento le Luis Rodríguez Zapatero, con el apoyo de los más añade ahora si es constitucional Lo que, de ser beligerantes de su partido y de las fuerzas más reverdad, indica que no tenía la menor idea de lo que vanchistas de nuestro espectro político, a más de son los nacionalistas, pues les das la mano y te co- los oportunistas de siempre, que solo buscan megen el brazo e incluso el cuerpo si te descuidas. Pero drar al amparo de las circunstancias. A cuál de esos es que tampoco es verdad, pues aquel nuevo esta- grupos pertenece Alfredo Pérez Rubalcaba está por tuto catalán pasó el examen de su Gobierno y del dilucidar, pues tiene mañas para acomodarse a los Parlamento español, dominado por su partido, con tres. Pero que le fue fiel escudero en su tarea de intales desmesuras que el Tribunal Constitucional tentar dar la vuelta a la historia de España lo deno tuvo más remedio que someterlo a una severa muestra que le dejase como sucesor. poda para ajustarlo a la ley. Algo parecido puede decirse de la lucha contra an despistado, tan ignorante, tan inocente, ETA. Es verdad que todos los gobiernos de la depues, no es nuestro expresidente como tiemocracia han intentado negociar con ella que dene fama y aparece en sus memorias. Su úljara de asesinar. Pero no menos es cierto que, tras timo problema ni siquiera es que sigue insconstatar que la negociación no llevaba a ningu- talado en el autoengaño y en una concepción falsa na parte, al exigir la banda terrorista condiciones de su país, del mundo y del momento en que le tocó que ningún gobierno democrático puede conce- gobernar. Su último problema que terminó sienderle, las negociaciones se rompieron. Pero el Go- do el nuestro fue, y sigue siendo, confundir los debierno Zapatero siguió adelante, bajo cuerda ade- seos con la realidad. Algo que le da un aire infantil más, como nos demostró el caso Faisán, que ha y genera en él un impulso incontenible hacia el prollevado a dos altos mandos policiales al banqui- ceder improvisado e irresponsable que caracterizó llo y a la condena judicial. Lo que nos queda por su mandato y pudiera ser lo que le empujó a escrisaber es si esos dos mandos, por altos que fue- bir este libro que ningún favor le hace. ran, podían tomar iniciativas que conciernen Y a este hombre lo hemos enviado al Consejo de nada menos que a la política del Estado. Algo Estado. Claro que a cualquier sitio mejor que a la que, de momento, parece que no vamos a cono- presidencia del Gobierno. cer. Pero algún día lo sabremos, nosotros o los futuros españoles. JOSÉ MARÍA CARRASCAL ES PERIODISTA T ODO el mundo tiene derecho a defenderse, ¡faltaría más! Como tiene derecho a mentir en su defensa, sobre todo los políticos, que según Camba mienten como el buey muge, el toro embiste y la gallina cacarea. A lo que no tiene derecho, sobre todo si se ha sido presidente de Gobierno, es a hacer el ridículo. Que es lo que ha hecho José Luis Rodríguez Zapatero con sus memorias, que apostrofa de 600 días de vértigo al reducirlas a los dos últimos años de su mandato. ¿Y los seis previos, los 2.190 días previos, de qué fueron? cabría preguntar ¿De siesta, de juerga, de irresponsabilidad? Es la primera trampa del libro, en la que el primero en caer es el autor. ¡Con lo bien que estaba calladito JLRZ en su papel de jubilado! Incluso creímos que iba a ganarse el título del mejor ex de cuantos tenemos. Y lo ha echado todo a perder devolviéndonos de golpe y porrazo al desmadre que presidió. Si hubiera dejado esas memorias para su vejez, aún lejana, cuando otras generaciones de españoles, dada la velocidad que ha adquirido la historia, ni siquiera se acordaran de él, tal vez consiguiera que le perdonasen, que le consideraran una víctima más de las terribles circunstancias reinantes en la economía mundial a principios del siglo XXI. Pero sus mandatos están demasiado frescos y todos sabemos lo que pasó en ellos, lo que hizo, no hizo y deshizo para enfrentarse a la mayor crisis de los últimos tiempos. Y, naturalmente, no pasa el test. El retrato que hace de sí mismo es calamitoso. Reconoce que cometió errores, pero a continuación intenta justificarlos con la excusa del conductor pillado en un control de radar invocando la situación del tráfico para explicar su exceso de velocidad: si no quiso reconocer la crisis fue porque temía agravarla. Cuando todos le oímos no solo negarla, sino presumir de que habíamos adelantado a Italia y pronto adelantaríamos a Francia, ¡eso sí que es ir a 250 kilómetros por hora! Y ya, cuando era tarde para todo, su alegre gastarse las reservas que quedaban en economía no productiva, como los cheques- bebé y las rotondas por toda España, que él convierte en medidas reactivadoras. Está visto que la economía que le enseñó Jordi Sevilla en un par de tardes antes de entrar en La Moncloa no pasaba del primer curso de carrera. Lo más grave de todo es que esto tenían que saberlo no ya los economistas a su alrededor, sino los que tenían sentido común, empezando por Rubalcaba. Pero ninguno de ellos se lo dijo. Pone los pelos de punta solo pensar en ello. Dadas las circunstancias, Zapatero era un niño jugando con pólvora y cerillas, que solo Obama y Merkel pudieron quitarle aquella famosa madrugada de mayo de 2010, cuan- T

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