ABC MADRID 01-12-2013 página 126

DOMINGO 1.12.2013 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.766 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. IMANOL ARIAS, actor Españoles Retratos de ÁLVARO YBARRA ZAVALA Viva la clase media Por IGNACIO CAMACHO P ARA encarnar al español medio se necesitaba un actor fuera de serie. La televisión lo encontró en Imanol Arias, un intérprete tan sólido como versátil, capaz de reflejar en su talento la iluminada soberbia de Calígula, el conmovedor camino de violencia y redención de El Lute o la entregada filantropía de Vicente Ferrer. Cercano, empático, perfeccionista, generoso, carismático, humanísimo, se presentó una noche en los hogares del país metido en la piel de un hombre de la calle. Desde entonces es el rostro de la clase media que hizo posible la democracia: la pequeña burguesía urbana que recorrió desde el final del franquismo un tránsito casi milagroso hacia la libertad. La evolución de ese Antonio Alcántara sufrido, medroso, apocado, prudente, un luchador cotidiano de supervivencia, ha retratado el avatar sociológico de la España reciente hasta convertir a Imanol en un espejo stendhaliano de la normalidad ciudadana. Debajo de esa especie de paradigma civil hay un artista comprometido, estudioso y metódico, un autodidacta curtido en el perpetuo aprendizaje. Tiene el oficio de un hombre que ha cargado en sus espaldas el peso de una vida vivida con tanta intensidad como dramatismo: la del antiguo obrero metalúrgico que pasó por los estragos de la fama hasta asentarse en una experiencia de serena madurez remansada. Su sello de autenticidad le brota de dentro; simplemente, es un tipo de verdad. Uno de los nuestros.