ABC MADRID 01-12-2013 página 57

ABC DOMINGO, 1 DE DICIEMBRE DE 2013 abc. es sociedad SOCIEDAD 57 JOSÉ FRANCISCO SERRANO OCEJA CAMBIO DE PERSPECTIVA Con la Exhortación Apostólica, por decirlo en términos escolares, se ha acabado el recreo U n silencio se ha hecho en la Iglesia. Con la promulgación de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco, por decirlo en términos escolares, se ha acabado el recreo. El Papa quiere introducir a la Iglesia en un movimiento que va de lo fundamentado al fundamento, que significa el fin de la ideologización de la fe. Como escribiría un discípulo de E. Husserl, es una invitación en forma de susurro, a volver a la realidad de las cosas mismas y a introducir la conciencia cristiana en el mundo de la vida. Nos encontramos con el acta de defunción de la rutinización del carisma, por utilizar términos sociológicos. Se podría hablar de un cambio de perspectiva, que no significa un cam- bio en lo esencial cristiano. El Papa ve la Iglesia desde otro punto en el espacio. Para interpretar al Papa Francisco convendría recuperar la obra de Alberto Methol Ferré. En la reciente conversación que mantuvo el Papa con el presidente uruguayo José Mújica, éste dijo que el genial intelectual del Río de la Plata nos ha ayudado a pensar Methol Ferré, que fue asesor personal de monseñor Antonio Quarracino, habla de la Iglesia fuente y de la Iglesia reflejo, conceptos que a su vez proceden del jesuita y teólogo brasileño Henrique Claudio de Lima Vaz. Una Iglesia reflejo es una Iglesia en la que pesa más la mera imitación repetitiva que la fuerza del descubrimiento que supone la novedad del Evangelio. La Iglesia reflejo es una Iglesia, por decirlo con términos de la Exhortación del Papa, de esquemas aburridos envejecida volcada en la pastoral de la conservación llena de actitudes burocráticas con psicología de la tumba ocupada por generales derrotados con teología de escritorio El Papa Franciso quiere una Iglesia fuente; una Iglesia sorpresa, no sospecha. La pregunta ahora es cómo hacer para que la Iglesia fuente lo sea en todo el tejido. El mensaje interpela a todos los miembros de la Iglesia. Por ejemplo: ¿cómo influirá esta Exhortación a la hora de nombrar obispos o de proveer las sedes? ¿Cómo se hará para que las puertas de los templos se abran? AFP lesta a unos cuantos. Pero al Papa que renunció a los coches blindados no le faltará valor para afrontar contragolpes de la burocracia vaticana o de los poderes financieros mundiales. La revista Forbes, que le declaró la cuarta persona más influyente del mundo, ha abierto fuego de represalia por su atrevimiento a criticar la adoración del antiguo becerro de oro y el fetichismo del dinero Pero, sobre todo, por culpar del desequilibrio económico a ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera Es posible que algunos se sientan aludidos cuando lean que hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua o cuando el Papa insiste en que un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral En cambio, las personas de buena voluntad disfrutarán con un documento de lenguaje sencillo y claro que desborda optimismo desde su primer párrafo. El documento afronta docenas de temas importantes, desde el papel de la mujer hasta el modo de preparar homilías que no aburran a los fieles o la indiferencia culpable ante los pobres y los explotados. Francisco escribe con valentía y libertad. Quienes lean tranquilamente La Alegría del Evangelio se darán cuenta de que es revolucionaria porque propone un regreso a lo estrictamente esencial, tirando por la borda lo que se ha vuelto inútil. En 1870 hubo también muchos lamentos por la pérdida de los Estados Pontificios. Pero, en realidad, los patriotas italianos liberaron a la Iglesia de un tremendo lastre político, económico, militar y territorial. Desde entonces, los Papas se concentran en su tarea religiosa, y todos han sido ejemplares. Francisco quiere soltar ahora lastres estructurales y mentales. Quiere una Iglesia más espiritual, más preocupada por los pobres, más alegre y más libre.