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ABC MADRID 24-11-2013 página 44
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ABC MADRID 24-11-2013 página 44

  • EdiciónABC, MADRID
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42 ESPAÑA DOMINGO, 24 DE NOVIEMBRE DE 2013 abc. es españa ABC Porto y Basterra simularon buscar a Asunta antes de acudir a comisaría Las cámaras de la Policía Nacional los grabaron a las 22.17 entrando, y Porto declaró que llegó a su casa a las 21.30 CRUZ MORCILLO PABLO MUÑOZ MADRID Las cámaras de seguridad de la comisaría del CNP de Santiago registraron la entrada de Rosario Porto y Alfonso Basterra en estas dependencias a las 22.17 de la noche del 21 de septiembre. Los padres acudieron para denunciar la desaparición de su hija Asunta. Hablaron durante 14 minutos con los agentes y a las 22.31 se empezó a redactar la denuncia formal. En ese momento, su testimonio resultó creíble a los funcionarios, pese a algunos detalles llamativos, como que ninguno de los dos describiera cómo iba vestida la pequeña (no aparece ni una sola prenda de las que llevaba en esa denuncia) o la celeridad con la que se presentaron en dependencias policiales, según su relato de los hechos. Rosario Porto contó que había llegado a su casa de Doctor Teixeiro a las 21.30 (en ese momento también ocultó que había estado en la finca de Teo, algo que solo se supo tras visionar varias cámaras de la ciudad) que la puerta estaba cerrada con llave y la alarma conectada. No se extrañó porque pensó que Asunta había ido a casa de su padre (que vivía a unos 25 metros) No estaban histéricos, algo normal en casos de desaparición de menores, pero tampoco tuvieron un comportamiento lineal ni durante el tiempo que pasaron en comisaría ni en las horas posteriores; es decir, a ratos estuvieron tranquilos y a ratos nerviosos señalan fuentes de la investigación. Sin embargo, en esos primeros momentos, y pese a algunas reticencias de los agentes, la denuncia resultó creíble. Pero esa confianza se quebró muy pronto. Nada más empezar a analizar las llamadas que habían realizado los padres desde sus teléfonos supuestamente buscando a Asunta. El inicio de la sospecha Esas llamadas resultaron chocantes y del todo inadecuadas; es decir, según los investigadores se realizaron a personas que no podían dar paradero de la niña, por lo que lo interpretaron como una simulación. Ese fue el principio de las sospechas hacia los padres, que horas después se agrandaron cuando varias cámaras de seguridad de la ciudad escupieron sus imágenes y dejaron al descubierto las aseveraciones de Porto. Asunta no se quedó estudiando en su casa mientras su madre salía para hacer unas compras, sino que ambas viajaron en el Mercedes de Rosario en dirección a la finca familiar de Teo. Después de ser informada durante su interrogatorio de Destinatarios inadecuados Los destinatarios de las llamadas de los padres marcaron el inicio de las sospechas hacia ellos que existen cámaras en las que presuntamente se la ve acompañada de su hija camino de Teo, cambia su versión y, después de reiterar en numerosas ocasiones que su hija había quedado en Santiago, afirma que subió con ella a Teo, si bien rehúsa explicar dónde la dejó al traerla de vuelta señala el juez José Antonio Vázquez Taín en su auto de levantamiento de secreto de las actuaciones con respecto a Porto. Alfonso Basterra corroboró la versión de su esposa, hasta que, conocedor de la existencia de grabaciones que la contradecían, comenzó a afir- mar que no había preguntado a su esposa dónde había quedado la menor prosigue el instructor. Los destinatarios de las llamadas de la pareja (no ha trascendido a quién se realizaron) ofrecieron la primera pista de que algo no cuadraba y las cámaras de seguridad corroboraron estas sospechas y han servido además para que los investigadores fijaran horarios y trayectos de los imputados. El desconocido con guantes Pero la credibilidad de los padres aún se vio más resquebrajada por el extraño episodio que relató Porto en su denuncia. Contó a los agentes que a mediados de julio dejó por descuido las llaves de su piso puestas cuando regresó a su casa. En torno a las 2.30 de la madrugada escuchó gritos y se levantó de la cama. Vio a un varón en el pasillo vestido con ropa oscura y guantes de látex que escapó sin que ella pu- Solo media hora A continuación llamó a Alfonso Basterra, pero la pequeña no estaba con él. Estuvieron esperando un tiempo prudencial y, dado que la niña no regresó al domicilio, se pusieron en contacto con varios conocidos y amigos de la niña, con resultado negativo se explica en la denuncia. A continuación, juntos se dirigieron a la comisaría, a unos diez minutos caminando; es decir, entre la llegada de Porto a su vivienda y la decisión de encaminarse a comisaría pasó poco más de media hora, y en ese escaso tiempo la madre relató numerosas gestiones y llamadas al entorno de Asunta. Un supuesto violador que nunca fue tal, exculpado Las declaraciones de los investigados y las comprobaciones efectuadas permiten afirmar con solvencia que los tres investigados son totalmente ajenos a los hechos Con esa contundencia aleja el juez la sospecha de la participación de un tercero en el crimen. Da tres nombres que han sido investigados. Uno de esos hombres señalado y ajeno por completo al caso es el dueño del ADN aparecido en los análisis de Criminalística. El Laboratorio ha concluido que la muestra no se contaminó, pero su perfil genético figura en la base de datos tras ser investigado por una supuesta violación. Tal agresión sexual no existió, pese a que tuvo que ingresar en prisión. Las pesquisas revelaron que fue una relación consentida. El día del crimen de Asunta ese joven estaba en Madrid: lo corroboran su teléfono, las declaraciones de varios testigos y su propio testimonio, al que el juez da credibilidad. El misterio del semen sigue, pero sin autor.

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