ABC MADRID 23-11-2013 página 67
- EdiciónABC, MADRID
- Página67
- Fecha de publicación23/11/2013
- ID0006277637
Ver también:
ABC SÁBADO, 23 DE NOVIEMBRE DE 2013 abc. es estilo GENTESTILO 67 Viaje a EE. UU. La Princesa brilló, pero no eclipsó Doña Letizia consiguió ocupar un sitio sin ensombrecer el mensaje económico del Príncipe ALMUDENA MARTÍNEZ- FORNÉS MADRID La mañana que los Príncipes de Asturias partieron hacia California la revista ¡Hola! dedicaba 27 páginas al armario de Doña Letizia. Un mal augurio para empezar un viaje oficial de alto contenido político, económico y cultural que podía quedar eclipsado, como ha ocurrido otras veces, por los detalles más anecdóticos. Una vez más, el fantasma de Lady Di, que convierte a las Princesas en referencias de moda, intentaba colarse en el vuelo. Pero aunque Doña Letizia llevó a EE. UU. una estudiada maleta para brillar con luz propia (en alguna ocasión fue más elegante o rompedora de lo que las circunstancias requerían) al final la Princesa consiguió ocupar un sitio sin ensombrecer el mensaje institucional y económico del Príncipe. La crónica rosa se completaba con dos pasajeros que concentraban la atención: el embajador de EE. UU. en España, James Costos, y su novio, Michael Smith, famoso decorador de las estrellas de Hollywood. También el ministro de Exteriores, José Manuel García- Margallo, viajaba excepcionalmente con su esposa, Isabel Barreiro. Entre la veintena de actos del programa Doña Letizia sólo faltó a dos o tres había uno muy atractivo para las revistas del corazón: la recepción que el embajador y su marido ofrecieron en su espectacular casa de Holmby Hills. Tras probar la ensalada de calabaza, decenas de asistentes, seguidos por otros, abandonaron sus mesas para acercarse a saludar a los Príncipes y pedirles que se hicieran una foto con ellos. Lo que sería una falta de educación en Europa había que interpretarlo como un gesto de espontaneidad en Miami. Don Felipe y Doña Letizia así lo entendieron, contentos probablemente también por tener una excusa para no seguir cenando un cordero imposible que se quedó en los platos. Doña Letizia, en un colegio bilingüe de Miami EFE Aplausos y piropos Pero donde arrasaron los Príncipes fue en Miami. Allí fueron recibidos con ovaciones, aplausos y piropos por el público de un Teatro Olympia lleno hasta la bandera. Ese fue el preludio de lo que ocurrió en la cena del día siguiente, la que conmemoraba los 500 años de la llegada de Ponce de León a la Florida. Siguiendo la costumbre americana, distintas empresas habían comprado mesas a 500 dólares el cubierto para sus invitados. La solemnidad con que empezó el acto (himnos nacionales, discursos... se esfumó después del primer plato. Cena en Miami La solemnidad se esfumó tras el primer plato: los invitados se levantaron a saludar a los Príncipes