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ABC MADRID 16-11-2013 página 47
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ABC MADRID 16-11-2013 página 47

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 16 DE NOVIEMBRE DE 2013 abc. es cultura CULTURA 47 estos cuentos muestra una sensibilidad extrema y una magnífica capacidad narrativa asegura Joan Tarrida, editor del autor soviético en España. De hecho, según Tarrida, Eterno reposo y otras narraciones (que escribió mientras estaba trabajando en Vida y destino muestra al Grossman más maduro, mucho más cercano a su esencia: al final siempre prevalece la bondad del ser humano A juicio de Todorov, todos los cuentos abordan los mismos problemas, la vida enfrentada a la violencia del Estado, pero también la percepción del mundo a través de los ojos de la gente corriente Una de las características esenciales de la obra de Grossman (que aquí se refleja particularmente) es que nunca describe la vida de los héroes, sino la de la gente que se comporta de forma normal Para Grossman, el universo humano no es el de los héroes o los santos, sino el de la gente corriente. Gente tan ordinaria como la que murió en el campo de concentración de Treblinka, de cuyo exterminio dio cuenta el autor soviético en un documento que fue utilizado como prueba en los juicios de Núremberg. Pero también como su madre, a la que el autor soviético adoraba y cuya muerte (fue asesinada, junto a más de 30.000 judíos, en Berdíchev, su ciudad natal) fue, junto a su experiencia en la guerra, el golpe definitivo que cambió su vida y su destino. Como Fragmento de uno de los cuentos Eterno reposo La vida del cementerio es inseparable de la vida del país, de la nación y del Estado. En verano de 1941, las vías de la estación de Bielorrusia fueron bombardeadas con especial virulencia por los alemanes. Algunas de las pesadas bombas cayeron en el cementerio Vagánkovskoie, situado junto a las vías, destrozando árboles y haciendo volar por los aires pedazos de tierra, trozos de granito, fragmentos de cruces arrancadas de las tumbas y, aquí y allá, féretros y cuerpos de difuntos. Durante los años famélicos de la guerra civil se iba al cementerio a coger acedera y hojas de tilo. También se arrancaban ramas de los árboles para alimentar a las cabras. Y los crímenes cometidos en el cementerio guardan una estrecha relación con la época y las condiciones de vida de la gente. Poco después de la revolución, se contaba la historia de un guardián del cementerio que había comerciado con cerdos a los que cebaba con la carne humana extraída de los cadáveres que desenterraba por la noche. El corazón vivo del ser humano es lo más maravilloso que hay en el mundo. Su capacidad de querer, de confiar, de perdonar y de sacrificarlo todo por amor es admirable. Pero aun los corazones vivos duermen un sueño eterno bajo la tierra del cementerio. El alma del difunto, sus penas y sus amores, son invisibles: no se los puede espiar a través de las lápidas, los epitafios o las flores que adornan las tumbas. El mármol, la música, el plañido o la oración son incapaces de revelar su misterio. Ante la sacralidad de ese misterio silente, todo es desdeñable: la fanfarria del Estado, la sabiduría de la historia, la piedra de los monumentos, el clamor de las palabras y de las oraciones fúnebres. Eso es la muerte. cuenta Tarrida, hasta la guerra, Grossman es un escritor convencido de que el comunismo es un sistema político válido, incluso tiene novelas que cantan al régimen soviético Es apreciado por el régimen (de hecho, aunque sus obras sí fueron requisadas y prohibidas, él nunca llegó a ser deportado a los campos de trabajos forzados) y lo mandan como corresponsal al frente junto al Ejército Rojo, pero lo que escribe es tan bueno que es devorado por los soldados soviéticos. Y la guerra lo cambia todo. Esto le convirtió, según Todorov, en el mejor analista y narrador de la vida soviética, con obvias ambigüedades, pero enorme generosidad En esta línea, Tarrida asegura que Vida y destino es la gran novela sobre la guerra en el siglo XX, igual que Guerra y paz lo fue en el XIX Grossman mantuvo su creencia en la bondad humana y, aunque no predijo la desaparición del régimen, fue el primero en darse cuenta de que el nazismo y el estalinismo son dos caras del totalitarismo Hoy en día, la URSS es historia y la figura de Grossman no para de crecer. Y seguirá creciendo en España, ya que a finales de 2014 Galaxia Gutenberg publicará un libro coordinado por su hijastro y formado por cartas, notas personales y papeles que recogen el día a día del autor soviético. Grossman visto por sí mismo, en primera persona.

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