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ABC MADRID 13-11-2013 página 15
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ABC MADRID 13-11-2013 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 13 DE NOVIEMBRE DE 2013 abc. es opinion OPINIÓN 15 UNA RAYA EN EL AGUA EL RECUADRO ANTONIO BURGOS EL PSOE HA VUELTO Volver, lo que se dice volver, ha vuelto a Largo Caballero, a los ataques a la Iglesia, a los silbidos a la Monarquía L EES lo que ha dicho Rubalcaba en la Conferencia Política, que el PSOE ha vuelto y te atracas de balón. Te atracas de toro como Jaime Ostos cuando entraba a matar. Y te entra el canguelo de que falles este match ball que nos ha puesto en bandeja a los articulistas. De momento este volver suena a disco dedicado del oyente: Al niño Felipito González, deseándole disfrute de su sueldo de Gas Natural y del cortijo que se ha comprado en Extremadura, y a Susana Díaz, de quien ella sabe ¿Qué disco ha pinchado Rubalcaba, después que el PSOE haya hecho lo mismo, pinchar, en las últimas generales? Quizá sea un tango de Carlos Gardel. Es que se oye de fondo al ver la foto de González acompañando a Susana Díaz y al mentado Rubalcaba: Volver con la frente marchita las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en las sombras te busca y te nombra Yo adivino el parpadeo de las lucecitas rojas de la reserva progresista de Occidente que se le han encendido al PSOE cuando han visto la irresistible ascensión de Susana Díaz y la posibilidad de que ponga dique de contención al sunami de votos de Izquierda Unida. Por eso Rubalcaba ha sentado plaza de general MacArthur: Volveré pero sin pipa de mazorca de maíz, sin gafas Ray Ban Aviator y sin haber perdido las Filipinas. Las Filipinas, no, pero La Moncloa sí que la perdieron, y parece que la dan por reconquistada. (Uf, qué palabra he dicho, perdón: reconquistada ¿Ustedes saben que decir Reconquista es políticamente incorrecto? Tanto, que Jerez de la Frontera no está celebrando los 750 años de cuando Alfonso X la reconquistó de los moros, no, sino de su incorporación a la Corona de Castilla ¡toma del frasco de la Historia! Aunque el PSOE está por Volver de Carlos Gardel, el disco que suena para Rubalcaba es No me amenaces de José Alfredo Jiménez: Porque estás que te vas, y te vas, y te vas, y no te has ido Entre los que no se han ido, los que tienen que volver y los que vienen arrasando por llegar, como Susana Díaz, menudo cante de ida y vuelta está dando el partido mayoritario de la izquierda, que quiere hacerle la gata parida a Izquierda Unida: echarla a empujones de demagogia radical del banco de la exclusiva del progresismo y del por aquí te quiero ver. El PSOE ha vuelto Ha vuelto, ¿a qué? Ha vuelto, ¿de dónde? Volver, volver, lo que se dice volver, ha vuelto a Largo Caballero, a los ataques a la Iglesia, a los silbidos a la Monarquía, al puño en alto y al canto de La Internacional quizá para que no se escuche el A las mariscadas que cantan la Orquesta y Coros de los ERE en Andalucía. Ha vuelto al radicalismo. Ha vuelto a los tiempos anteriores a Suresnes, al pañuelo rojo, no al traje de pana. ¿Están a cinco minutos de volver a abrazar el marxismo del que abjuró González como atajo para llegar a La Moncloa? Y han vuelto, ¿dónde? No creo que hayan vuelto a los tiempos de moderación y sentido de Estado de González. Han vuelto al lavado de cara radical de izquierda tras la mayor mangoleta pública que vieron los siglos, llamada caso ERE. Lo de El PSOE ha vuelto me ha recordado una historia de Juan Belmonte que cuenta Curro Romero con mucha gracia. Se encontró el Pasmo de Triana con un torero retirado, retirado por el fracaso, quien con mucha alegría le dijo: Don Juan, ¿sabe usted que voy a volver? A lo que Belmonte, con su elegante tartajeo oxoniense de Triana, le contestó: Y... y... y... ¿quién te ha pedido a ti que vuelvas? Belmontinamente, no sé quién le habrá pedido al PSOE que vuelva. Que vuelva no se sabe a qué. Porque de dónde, sí lo sabemos. IGNACIO CAMACHO ANTISISTEMAS EN EL SISTEMA Los autores del linchamiento verbal de Rato exhibían la autoritaria seguridad y la arrogancia moral de los fanáticos NTRE los grandes logros del pensamiento hegemónico de la izquierda está el de haber despenalizado políticamente su propia radicalidad. Así, mientras hace décadas que la etiqueta de fascista se aplica a ideas y personas con universal connotación descalificadora, los comunistas han exhibido siempre con orgullo su ideología a despecho de una tradición histórica no menos criminal y totalitaria. La cultura moderada de la Transición logró un cierto arrinconamiento social de los extremismos favorecido por el éxito del centro de Suárez y de la socialdemocracia felipista, pero el reciente revisionismo crítico de la etapa constitucional, el desgaste de los partidos convencionales y el malestar ciudadano ante la crisis han resucitado ciertos ajados discursos revolucionarios. En los movimientos post- 15 M, en la periferia del PSOE y en las redes digitales se ha instalado un crecido radicalismo antisistema que inflama la atmósfera social con un lenguaje sobreexaltado. La crispación civil y el retroceso bipartidista han provocado también un repunte de la extrema derecha, que por fortuna más allá de expresiones marginales no encuentra cauce político. El gran mérito del aznarismo fue la unificación del sector liberal conservador en un gran partido atrapalotodo que moderaba al núcleo más intransigente al incorporarlo en su programa reformista. El integrismo español no ha logrado cuajar más que corrientes minoritarias al estilo del Tea Party, de influencia cierta pero inestable y poco decisiva dentro del conglomerado del PP. Sin embargo el extremismo de izquierdas, mejor visto por una opinión pública complaciente, no sólo bulle en el exterior del sistema sino que ocupa asientos en el Congreso y en algunas cámaras regionales asociado a menudo al nacionalismo secesionista. Agitadores con acta de diputado convocan al asalto del poder en la calle, lanzan turbulentas soflamas de insurrección y amparan a cuanta plataforma social acude a la sede de la soberanía para cuestionar su legitimidad democrática. El linchamiento de Rodrigo Rato en el Parlamento catalán fue una demostración rutilante de esa crecida a la que da alas el sorprendente encogimiento de los partidos constitucionalistas. Los tipos que insultaban al voluntario compareciente, uno de ellos blandiendo una chancla y una inquietante mirada de odio, exhibían la autoritaria seguridad de los fanáticos, esa intransigente arrogancia moral que proporciona el fundamentalismo más sectario. Nadie les salió al paso, nadie contestó siquiera a su escalofriante matonismo dialéctico. No eran revoltosos callejeros sino señorías susceptibles de formar alianzas de gobierno. Y produce un cierto escalofrío pensar que tal vez pronto los veamos en el Norte algunos ya lo están instalados en los poderes territoriales. O más allá si los socialistas prosiguen el juego de aprendices de brujo que han iniciado. E JM NIETO Fe de ratas

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