ABC MADRID 10-11-2013 página 107

ABC DOMINGO, 10 DE NOVIEMBRE DE 2013 abc. es deportes DEPORTES 105 Jornada 13 Liga BBVA EL PATO MAREADO la línea de pase de los contrarios, acude a la zona blanda donde el compañero ha salido de su demarcación, acompaña en los balones aéreos y cubre terreno por doquier. Y lo más importante: la salida de balón fue limpia, sin mácula, apertura de treinta metros para desahogar, toque oportuno para abrir nuevos canales de ataque. Todo a un toque, a fuerza de serenidad, de saber leer el fútbol, de conocer el oficio, sin aspavientos, sin apenas ofrecer brindis al sol madridista. Es por eso (porque hay que ser profesional para verlo) que en algunos despachos hay quien se jacta, con cascos excesivamente ligeros, de que Alonso no hace tanta falta como parece, que incluso todo va más lento con él, sin darse cuenta de que lo que tiene que correr es el balón, no el que lo suelta con rapidez y precisión, que no todo es cañón que revienta o la velocidad que explota, sino que antes de todo eso tiene que haber una catapulta que los lance y un orden que estabilice los demás sectores del terreno del juego. Con Alonso, el Madrid jugó la mejor primera parte de la temporada. Luego, cuando tanto tiempo sin jugar pasó su factura y bajó, sin él descendió el juego del equipo, el orden se trucó en caos y todo volvió a ser lo de antes: un monstruo con poca cabeza y menos cerebro. JOSÉ MANUEL CUÉLLAR EL TESORO OCULTO DE TOLOSA Allí donde Xabi Alonso sentó sus reales, el Madrid floreció brillante. Cuando se fue se volvió mustio H REUTERS oy las crónicas cantarán las hazañas de Modric (formidable) o de Cristiano (tremendo) incluso el buen encuentro de Khedira, pero donde el Madrid empezó a inclinar la balanza del equilibrio para hacerla igualada en los dos lares fue un poco más atrás, justo donde el fútbol es un embrión y empieza a nacer. Allí donde la criatura comienza a ser bella, regular o fea. Ahí fue donde, después de tanto tiempo, Xabi Alonso sentó sus reales. Sin ruido, sin estridencias, con la eficacia sorda que suele, quedo pero vital. El de Tolosa es un espectáculo silencioso, tenga o no tenga el balón. Un mero vistazo a lo que hace desvela el secreto: se coloca siempre en