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ABC MADRID 31-10-2013 página 15
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ABC MADRID 31-10-2013 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC JUEVES, 31 DE OCTUBRE DE 2013 abc. es opinion OPINIÓN 15 UNA RAYA EN EL AGUA EL CONTRAPUNTO ISABEL SAN SEBASTIÁN MENOS ES MÁS Zapatero instauró un sistema cuya finalidad no era un reparto solidario de la riqueza, sino privilegiar sus graneros de votos I MAGINEMOS una empresa en la que los comerciales perciban un sueldo fijo al que se sume uno variable en función de sus ventas. Supongamos un sistema retributivo en virtud del cual cuanto mayor sea la facturación de los vendedores menos salario recibirán y, a la inversa, los que menos producto coloquen más verán engordar sus nóminas. ¿Dónde acabará la empresa más pronto que tarde? En la quiebra. Pues bien, ése es exactamente el modelo por el que se rige la financiación autonómica en España. El presidente Zapatero instauró un sistema cuya finalidad no era garantizar un reparto solidario de la riqueza nacional, estimular el crecimiento de las regiones desfavorecidas o potenciar el desarrollo de las históricamente atrasadas, sino privilegiar a dos de los mayores graneros de voto socialistas: Andalucía y Cataluña. En el segundo caso, trataba asimismo de apaciguar la voracidad independentista por el procedimiento de alimentar a la bestia (15 millones de euros se gastará la Generalitat en la consulta soberanista) en lugar de plantarle cara. Algo que evidentemente intenta hacer también Rajoy, toda vez que ni ha corregido este mecanismo perverso ni siquiera lo critica, aunque la injusticia sobre la cual se asienta sólo sea comparable a su contrastada ineficacia. Merced a este modelo demencial, que premia a los gestores más derrochadores, a los que más ago- bian de impuestos a sus ciudadanos y a los que menos recaudan, a la vez que castiga a quienes cumplen con el objetivo de déficit, aportan más a las arcas comunes y cumplen con el ideario y el programa del Partido Popular, rebajando la presión fiscal, Madrid se ha convertido en la pagana de todos los excesos patrios. Y el gobierno de Madrid está harto. En cuatro números: la Comunidad de Madrid recauda 66.000 millones de euros y recibe 11.400. Tiene seis millones y medio de habitantes. Cataluña, con una población de siete millones y medio, recauda 27.000 millones y recibe 15.000. Por IRPF, Madrid, con cuatro puntos menos de presión fiscal y un millón menos de habitantes, recauda 8.000 millones. Cataluña, 7.300; o sea, 700 millones menos, a pesar de tener un millón de habitantes más. Lo que significa que a menor presión, más actividad económica y empleo, más riqueza, menos fraude y mayor recaudación. Algo que la experiencia tiene demostrado desde antiguo y que el PP reconocía en el programa con el cual ganó las elecciones generales, prometiendo una rebaja fiscal que se ha convertido en más de treinta subidas de impuestos y tasas. Desde 2008 Madrid ha recortado en 5.000 millones el gasto público, a costa de un sacrificio notable para los ciudadanos y del correspondiente desgaste político. Ese esfuerzo se ha traducido en 2.700 millones menos de financiación, que el año próximo serán 4.000 millones con el nuevo hachazo que planea propinar el Ministerio de Hacienda a la comunidad que aporta el 73 por ciento del dinero que nutre el fondo de solidaridad interregional. Un ejemplo: Madrid desmanteló prácticamente su televisión autonómica a fin de no cerrar quirófanos. Ni Andalucía ni Cataluña han tocado las suyas, que cuestan cientos de millones anuales al contribuyente... madrileño. Y Madrid está harta. El presidente Ignacio González ha anunciado una reducción de impuestos histórica, que permitirá a la comunidad seguir tirando del carro, porque sabe que en materia de impuestos menos es siempre más. Al ministro Montoro, dicen las malas lenguas, no le ha gustado nada que otros cumplan sus promesas, aunque sea para evitar la quiebra de una empresa llamada España. IGNACIO CAMACHO COSAS QUE HACER CON TANTO DINERO Malversaron tantos fondos que no sabían cómo disimularlos. Podían haber probado directamente a no quedárselos ADA escándalo de corrupción deja una frase para la posteridad, una perla coloquial cincelada en el mármol de la historia de la infamia. En el caso Malaya fue el orgullo de poder de Roca El Ayuntamiento soy yo o la diligencia de Isabel García Marcos en la facturación de gestiones: Papel que hago, papel que cobro A Camps le perseguirá siempre el momento en que llamó a El Bigotes amiguito del alma y a Rajoy el comprometedor sms Luis, sé fuerte, mañana te llamo que intercambió con Bárcenas. La batahola millonaria de los ERE trucados quedó retratada por la madre del conseguidor Lanzas y sus billetes para asar una vaca Y ayer supimos por el periodismo valiente de Toni Vega que un dirigente andaluz de UGT, abrumado por la acumulación de facturas falsas, se quejó en una reunión de los apuros de un proveedor para camuflar tan pingüe ingeniería malversadora. He aquí el crudo autorretrato de un fraude levantado en el acta de una reunión interna de los benefactores de la clase trabajadora: Llegará un momento en que no sabrá qué hacer con tanto dinero Qué dilema tan incómodo; podían haber probado, por ejemplo, a no robarlo. Podían incluso haberlo gastado, con provecho propio, en el objetivo para el que lo recibían. Eran fondos de promoción de empleo, un reparto clientelar con el que la Junta de Andalucía daba cobertura presupuestaria a un organizado tráfico de favores. Se trataba de financiar a los sindicatos y a la patronal con recursos indirectos que distribuían entre empresas afines: eventos, materiales de publicidad, cursos de reciclaje profesional, actividades formativas. Puro clientelismo, pero legal y hasta cierto punto transparente; un artificio institucional destinado a proporcionar una capitalización extra de los llamados agentes sociales Pero no se conformaron con eso. Tenían que crear una trama fiduciaria para desviar los caudales hacia perentorias necesidades corporativas imprescindibles en la defensa de los trabajadores: mariscadas, casetas de feria, gastos de oficina, alquiler de viviendas para la nomenclatura del aparato. Y rappels con los que acumular un bote de emergencias discrecionales. Un río subterráneo de financiación que llegó literalmente a desbordar su propio cauce. Se les salía el dinero por las orejas y les provocaba dificultades de camuflaje. No sabían qué hacer con la pasta y en ningún momento se les ocurrió devolverla. Tampoco se les pasó por la mente distribuirla entre los parados un millón y medio en Andalucía, el 36 por ciento de la población activa ni dársela a los bancos de alimentos o a las organizaciones asistenciales. Se buscaron quebraderos de cabeza para esconder el botín que amasaban entre albaranes manipulados. Elaboraron, puro talento desperdiciado, hasta un manual para gestionar las mordidas. Con lo fácil que les hubiera resultado simplemente no cobrarlas. C JM NIETO Fe de ratas

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