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ABC MADRID 13-10-2013 página 46
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  • EdiciónABC, MADRID
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44 INTERNACIONAL DOMINGO, 13 DE OCTUBRE DE 2013 abc. es internacional ABC EL MEDITERRÁNEO SE CONVIERTE EN UN CEMENTERIO Las víctimas del naufragio huían de la guerra civil siria No dejan de llegar nuevas barcazas cargadas de refugiados. Ayer fueron rescatados al menos 430 inmigrantes ÁNGEL GÓMEZ FUENTES CORRESPONSAL EN ROMA Encuentran a una inmigrante embarazada con contracciones y a punto de dar a luz A. G. FUENTES ROMA Se gastan los ahorros de toda una vida y arriesgan sus vidas con la esperanza de una existencia mejor para los suyos. Nadie simboliza mejor ese sueño que esas mujeres que, pese a su avanzado estado de embarazo, se atreven a subirse en frágiles embarcaciones llenas a rebosar de inmigrantes. Para ellas, una aventura doblemente peligrosa. Entre los supervivientes del naufragio del pasado viernes, llama la atención el caso de una joven embarazada que debió ser trasladada de urgencia desde Lampedusa a un hospital de Sicilia, porque tenía contracciones y pérdida de sangre cuando fue rescatada. Estaba a punto de parir. La hemos podido tratar en un tiempo récord; por la ecografía hemos visto que el feto se encon- traba bien y hemos decidido transportarla en helicóptero al hospital de Agrigento (Sicilia) para que dé a luz señaló el doctor Pietro Bartolo, responsable del centro médico de Lampedusa. La embarazada fue rescatada junto a otros 72 inmigrantes, 5 de ellos mujeres, cuando viajaban como sardinas en lata en una barca hinchable que naufragó por el alto número de personas que transportaba. El doctor Bartolo reconoce que en el hospital de Lampedusa están desbordados: Esta mañana han llegado 21 cadáveres procedentes de otro naufragio: once mujeres, tres hombres y siete niños... Y seguirán llegando féretros La de la joven embarazada fue la única buena noticia en mitad de tanta tragedia. Pero es también un signo de la desesperación que empuja a estos prófugos del horror. Un superviviente pierde a su mujer encinta y a su hijo AFP LA VALLETA as costas de Italia, en torno al canal de Sicilia y la isla de Lampedusa viven en situación de emergencia permanente. En un sobresalto sin fin. Solo ayer, en unas horas de una sola jornada, fueron rescatados 430 inmigrantes que viajaban en cuatro barcazas frente a las costas de Lampedusa. Al alba, a 70 millas al sur de la isla, dos naves de la Marina italiana recogieron a 180 inmigrantes, entre ellos muchas mujeres y niños, de dos frágiles embarcaciones. También en la mañana de ayer, llegaron a Lampedusa 255 refugiados tras dos operaciones de salvamento: 72 de ellos, incluidas cinco mujeres, se encontraban en una barca hinchable con grave riesgo de hundirse. El recuento se hace interminable. Tras el trágico naufragio del viernes en el Canal de Sicilia en el que murieron al menos 34 inmigrantes, no dejan de llegar más y más embarcaciones cargadas de refugiados. De los 146 supervivientes de este último naufragio, 117 son sirios y 27 palestinos, según la Policía maltesa. En el naufragio del pasado 3 de octubre, los inmigrantes eran somalíes y eritreos. No son inmigrantes económicos, sino refugiados, que huyen de guerras civiles y estados fallidos. En principio, deberían tener derecho a recibir el estatus de refugiados políticos. Pero Italia no tiene fuerzas para acoger por sí sola este interminable flujo de prófugos del horror. L La ruta libia Solo en este año han desembarcado ya en Italia 31.000 inmigrantes, de ellos más de 26.000 en Sicilia y Lampedusa. Son somalíes, eritreos, sirios, palestinos, kurdos y subsaharianos, que parten antes de la llegada del invierno y del consiguiente empeoramiento de las condiciones del mar. La ruta principal es la que sale de Libia, y llega a Malta, Sicilia y Lampedusa explica Christopher Hein, director del Consejo italiano para los refugiados. Para los sirios que huyen de la guerra se ha abierto una nueva ruta, que parte del puerto egipcio de Alejandría. Son travesías gestionadas por bandas formadas por exmilitares del dictador libio Muamar Gadafi. Cada vez son menos los inmigrantes que viajan por motivos económicos, y más los prófugos que escapan de dictaduras, guerras y persecuciones explica Hein. Nunca más una tragedia en el Mediterráneo habían clamado las autoridades italianas y europeas frente Entre lágrimas y estrechando en los brazos a su hija de dos años, Achur Ashram, uno de los supervivientes del naufragio, nos da cuenta de su dolor tras haber perdido a su mujer embarazada y a su hijo. He perdido casi todo lo que tenía. Solo me queda mi hija. Y no quiero que nunca salga de mis brazos confiesa este sirio en los locales de la Policía de La Valetta (Malta) a los que ha sido trasladado. Explica que su mujer embarazada de mellizos y él habían decidido huir de Siria para buscar un mejor futuro para sus hijos en Europa. La situación en Siria es verdaderamente horrible. No era la vida que yo quería para mis hijos. Así que decidimos tomar aquel barco nos cuenta en su pobre inglés. Tenía a mi hija en brazos, no podía soltarla. Entonces vi a mi mujer, que intentaba salir a flote, pero no sabía nadar. A mi hijo no pude verle Ashram consiguió salvarse subiéndose a una balsa salvavidas lanzado al mar por un barco maltés. Desde allí intentó buscar a su mujer y a su hijo. Pero fue en vano. Ahora solo me queda ella nos dice, estallando en lágrimas mientras contempla a su hija. Entre los 33 cuerpos sin vida rescatados del mar tras el naufragio, muchos de ellos son mujeres y niños, ahogados al no saber nadar o carecer de fuerzas para alzarse a los botes salvavidas. a las interminables hileras de ataúdes con los cadáveres del naufragio del pasado 3 de octubre en el que murieron 359 personas. En Lampedusa ya no hay terreno ni para darles sepultura. Los féretros serán trasladados por la nave militar Cassiopea a Porto Empedocle (Sicilia) para ser enterrados en las ciudades que han manifestado su disponibilidad. Aunque algunos parientes de las víctimas han pedido que sean llevados a sus países de origen. Mercaderes de la muerte Nunca más dijeron, pero la realidad es que no se termina nunca de contar cadáveres en el Mediterráneo. Tras la última tragedia del viernes, el vicepresidente del gobierno y ministro del interior, Angelino Alfano reiteró la alarma contra los traficantes de seres humanos: Hay que combatir a los mercaderes de la muerte, porque si no se actúa contra ellos, no podremos frenar este éxodo desde el norte de África Según Alfano, para bloquear este despreciable tráfico de seres huma- En Lampedusa Ya no hay sitio ni para dar sepultura a los muertos; muchos tuvieron que ser enterrados en Sicilia

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