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ABC MADRID 11-10-2013 página 80
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ABC MADRID 11-10-2013 página 80

  • EdiciónABC, MADRID
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80 ABCdelOCIO VIERNES, 11 DE OCTUBRE DE 2013 abc. es ABC C ine El mal de la banalidad THE BLING RING Dirección y guión: Sofia Coppola. Intérpretes: Israel Broussard, Katie Chang, Emma Watson, Leslie Mann. OTI RODRIGUEZ MARCHANTE P Hugh Jackman es claro favorito al Oscar por esta película Las tinieblas humanas PRISIONEROS H las críticas loarán el trabajo de los dos actores principales, ambos formidables, pero sería injusto pasar por alto ese espléndido secundario que crece rol a rol como es Paul Dano, un chico capaz de parecer asustadizo y en un JOSÉ MANUEL CUÉLLAR segundo hacer creer que tiene el deay precedentes de Denis Ville- monio dentro. De un tipo capaz de neuve, y son buenos Incen- aguantar una escena al mismísimo dies Era de suponer que de un Day Lewis Pozos de ambición se director así iba a salir algo lejano a la puede esperar lo mejor. mediocridad o a la rutina permaPelícula, pues, donde reina el nente. Recibida con honores y desasosiego, que te atrapa en Película grandes loas en San Sebasla trama más y más y que tietián, Prisioneros hace hodonde reina ne continuos giros en un nor a su fama. Una historia el desasosiego, guión elaborado con hilos tenebrosa (el secuestro de que te atrapa de acero. Villeneuve entra dos niñas) lleva a Villeneucon decisión en la condimás y más ción del ser humano y le deve a descender a los infiernos de la raza humana. El disangra por completo. Le desrector convierte a un padre nornuda hasta ver cómo la irraciomal, civilizado y sereno en un poseído, nalidad y violencia se va apoderando en un animal capaz de cubrirse de mal- de gente que se va deformando en ese dad y odio con tal de proteger a los su- tortuoso camino que lleva desde el doyos, y lo hace más allá de los límites ra- lor hasta el más cruel salvajismo. cionales. Es ahí donde crece la figura, gigantesca de por sí, de Hugh Jackman (claro favorito al Oscar) un actor que PIE DE PÁGINA se maneja mejor en los límites desfasados de la furia y la ira irreprimible. Dirección y guión: Joseph Cedar. La película es de una factura exceIntérpretes: Lior Ashkenazi, lente, pues Villeneuve es capaz de manShlomo Bar- Aba, Alma Zack, tener la tensión durante todo el metraje al tiempo que perfila a la perfecANTONIO WEINRICHTER ción cada trazo de los personajes. El sta es la historia de una rivavolcán en erupción, el drama permalidad que nunca vemos declanente, se encuentra en cada minuto rarse abiertamente, pero que de un relato estremecedor. En esa atsin duda viene de muy lejos y de mósfera tensa, casi irrespirable, Primuy hondo, porque se produce ensioneros se acerca en varios momentre dos colegas universitarios que tos a Zodiac y a Mystic River pero además son padre e hijo: no cabe su factura es muy superior a la primeimaginar mayor ejemplo de endora, un trabajo aquel sobrevalorado, gamia. Pero la sangre, familiar o de confuso y de excesiva longitud. Tamotro tipo, no llega al río porque una poco llega a la altura de la película de característica de esta película del Eastwood porque es casi imposible loisraelita Joseph Cedar, que no targrar esa sensación de losa sobre la cada en convertirse en su peor defecbeza que apenas te deja respirar y que to, es que no gusta de presentar de el maestro Clint consigue como nadie. forma directa o frontal ni las esceNo obstante, el trabajo es excelennas ni los conflictos en juego. Todo te y los actores, no solo Jackman, sotarda demasiado en plantearse (el bresalen con brillantez. Por ejemplo, punto de giro que debería abrir la Gyllenhaal, actor impecable en todo momento. De hecho, probablemente, Dirección: Denis Villeneuve. Intérpretes: Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Paul Dano, Maria Bello odría ya hablarse de Sofia Coppola como la directora de la confusión, en la adolescencia, en Tokio, en la revolución francesa, en Hollywood, en el Paseo de la Fama... Y ese mundo de Sofia es el revés de su significado etimológico: el elogio del desconocimiento. En The Bling Ring el grado de confusión y desconocimiento de los personajes que presenta alcanza niveles paródicos, aunque lamentablemente parecen amoldarse a la increíble realidad que vemos y vivimos sobre el mundo de la fama, la moda, los resortes de la seducción y el deslumbramiento. Cuenta la historia (basada en hechos reales) de unos cuantos jóvenes de Los Ángeles que entran a las mansiones de las celebridades que admiran, como Paris Hilton, Lindsay Lohan, Orlando Bloom y etecés, para robarles sus cosas, sus prendas, su estilo pero no es una película de robos, de persecuciones o de juicios y condenas: es una película sobre el mal de la banalidad, sobre el paisaje desolado de una juventud no ya confusa, sino difusa e ilegible, tontaina, que ha perdido por completo la noción del espacio, de la orientación, y que no sabe si está en la planta de accesorios o de sustanciales. Tiene dos problemas a mi modo de ver The Bling Ring Uno es la imposibilidad de conectar con ninguna de las terminales de los seres que allí aparecen (la más cercana y orientada es Paris Hilton, que sale un instante como víctima del robo de prendas y joyas en su casa) y otro es el modo de narrar la historia de Sofia Coppola, que tal vez sea el apropiado, pero te pone un pie en el pecho de tan excitado, convulso, repetitivo, revistero y en cierto modo también banalizado y pasado de rosca musical y visual. Emma Watson es la estrella reconocible de la función, pícara, seductora e inane, y tiene gracia que sea precisamente Sofia Coppola, directora de la confusión, quien le cambie la imagen de aprendiz de bruja de Harry Potter por la de maestra de brujillas. trama se revela casi hacia la mitad del metraje, por ejemplo) muchas escenas se dilatan hasta el bostezo con el discutible lubrificante de una música untuosa y omnipresente y E un montaje efectista y, lo que resulta fatal, todo parece siempre mucho más importante para los personajes que para el compañero de viaje que es el espectador. Lástima, porque los presuntos contrincantes formaban una contrastada pareja que habría dado bastante juego si Cedar hubiera decidido mostrar de forma explícita el enfrentamiento en vez de optar por la vía elíptica. Ambos son expertos conocedores del Talmud, pero, mientras que el hijo es sociable y buen comunicador, el padre es como una caricatura del sabio ensimismado, incapaz de alcanzar al prójimo... incluido el que se sienta en la butaca y que nunca acaba de poder establecer alguna forma de empatía con él. Todo esto hace de la película una experiencia algo ingrata y casi tan esotérica como las cábalas académicas en que se les supone perdidos a sus protagonistas.

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