ABC MADRID 10-10-2013 página 16

16 OPINIÓN JUEVES, 10 DE OCTUBRE DE 2013 abc. es opinion ABC A LOS CUATRO VIENTOS En 2014 estaremos mejor que en 2013 Las previsiones del FMI para España solo pueden mirarse desde una vertiente optimista. Según este organismo internacional, es factible que cumplamos en 2014 con el objetivo de déficit y seguro que en 2017 lo hagamos con el 3 del Pacto de Estabilidad y Crecimento. Y buena prueba de que así lo ven también los inversores es que el Ibex se disparó al conocerse el informe. Nuestro país ha recuperado la credibilidad y eso tiene consecuencias tangibles en el mercado financiero. A la economía real, la que sufren los ciudadanos, aún no ha llegado, pero llegará. ¿A Ferraz o al club de Mas: mal de fondo, la comedia? mal de formas Pretende Joan Mesquida (o así al menos lo ha manifestado) competir por el liderazgo en el PSOE cuando se abra el proceso de renovación en el partido. Poco o nada le ayudará a conseguir ese objetivo el abusar de chascarrillos y chismes confusos para hacerse el simpaticote y el cercano. Ayer lo hizo, al apostillar con comentarios personales una anécdota que le sucedió con Don Juan Carlos. El remate fue alardear de que el Rey le llama mucho. El presidente de la Generalitat persevera en su abuso de las palabras gruesas. Nervioso por salir del lío en el que se ha metido (y en el que ha metido a los catalanes) Artur Mas ha elegido en las últimas semanas la estrategia despreciativa y faltona con la que obsequia a todo el que se opone a su plan soberanista. Ayer le tocó el turno a Alicia Sánchez- Camacho, a la que dispensó en el Parlament un tono inaceptable y tan displicente que casi tocaba el machismo. Extraviada la sensatez hace tiempo, ahora empieza a perder las formas. COSAS MÍAS EDURNE URIARTE EL MALO DE LA PELÍCULA El fondo del enfrentamiento no es un capricho de un grupo de extremistas, sino un debate de fondo de la política americana S I el malo de esta película, la de la crisis política que tiene paralizada a la Administración estadounidense, se eligiera en una encuesta realizada en España, el Partido Republicano ganaría por goleada. Lo mismo ocurre entre las huestes más exaltadas de la izquierda americana, Paul Krugman, Joe Nocera y compañía. Pero otra cosa distinta es la elección de la opinión pública de aquel país. La identidad del malo es mucho más confusa y discutida entre los norteamericanos, al igual que entre una buena parte de sus analistas. De ahí que los republicanos no cedan y sigan adelante en su propósito de torcer el brazo a Obama. Porque el fondo del enfrentamiento no es un capricho de un grupo de extremistas, tal como cuenta algún exaltado español, sino un debate de fondo de la política americana, como lo es de la europea, sobre el tamaño del Estado y el límite de sus atribuciones. Con la diferencia entre un continente y otro de que la izquierda europea y su idea del Estado ilimitado son tan claramente dominantes que hasta la derecha se pliega a sus dictados, mientras que en Estados Unidos la derecha partidaria de la limitación de las dimensiones del Estado está más o menos empatada con la izquierda. La rebelión contra Obama se produce, en primer término, porque los republicanos pueden hacerla en virtud de su mayoría en la Cámara de Representantes, en una jugada política que utilizan todos los partidos con sus mayorías cuando las poseen. Pero el fondo del enfrentamiento es doble, pues no se refiere únicamente a la ley sanitaria de Obama aprobada en 2010, la Obamacare, sino también a una deuda que los demócratas quieren incrementar y los republicanos controlar. De ahí que sea mucho más debatible de lo que pretenden algunos el lugar de la responsabilidad en esta batalla, si en la pretensión del aumento del Estado y de los impuestos consiguientes o en el objetivo de un Estado más pequeño. Sobre todo, en una sociedad como la americana más crítica con el Estado del bienestar inmenso y defensora de la responsabilidad del individuo. Eso del fin del Estado del bienestar y una sociedad más participativa que acaba de anunciar el Gobierno holandés está en la cultura política norteamericana desde hace décadas. De ahí las dificultades para proclamar un malo indiscutible entre los americanos. Entre otras cosas, porque son mayoría, un 53 los americanos que desaprueban la Obamacare, frente a un 42 que la aprueban (Pew Research Center, septiembre, 2013) Por la aviesa propaganda conservadora escribía un progresista indignado con los datos en El País La ruleta rusa del Tea Party Y eso que no se molestó en mirar otros, los que muestran división incluso entre quienes carecen de seguro médico, un 49 a favor frente a un 46 en contra. Añádase a lo anterior que los partidarios de un incremento del techo de la deuda son un 62 de los demócratas, pero un 36 de los republicanos y un 45 de los independientes. O que los americanos están muy divididos sobre quién debe ceder en esta batalla, si Obama (un 42 o los republicanos (un 44 (Pew Research Center, octubre, 2013) La buena noticia para Obama es que su gestión en esa crisis es mejor valorada que la de los republicanos. La mala, que, en el cierre gubernamental anterior, en 1996, con Clinton, la opinión pública era mucho más favorable al presidente y más crítica con los republicanos. Quizá por lo que ha aumentado el tamaño del Estado desde entonces, o por un cuestionamiento del Estado del bienestar que ahora es global. El malo ya no está tan claro y aún lo estará menos en el futuro. CARTAS AL DIRECTOR El futuro ya esta aquí Tuve la oportunidad de estar en una jornada con 99 jóvenes estudiantes de distintas carreras y universidades resolviendo un caso que nos propuso una escuela de negocios. Primero nos reunimos en pequeños grupos para estudiarlo y preparar una puesta en común con el profesor. Les sorprendería descubrir la formación, capacidad e ilusión de una generación que llaman perdida personas que terminan la carrera con ganas de empezar un proyecto, de amortizar el conocimiento adquirido e invertir su tiempo en algo productivo para la sociedad y para sí mismos. Necesitamos un voto de confianza fuera de las urnas, pero dentro de España. EMMA G. BAIZAN OVIEDO De aquellos polvos, estos lodos De aquellos polvos, estos lodos, podríamos decir de la declaración de Zapatero cuando dijo que la nación española era un concepto discutido y discutible El secesionismo ha encontrado en la confusa idea de la España de Zapatero el aval para desafiar al Estado. Y lo peor es que la ambigüedad calculada del PSOE continúa cuando el órdago ya está lanzado. En esa ambigüedad se inscribe la abstención del PSC de Pere Navarro en la votación que permitirá al batasuno Arnaldo Otegui asesorar por escrito y desde la cárcel a la Comisión por el Derecho a Decidir creada por el Parlamento de Catalu-