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ABC MADRID 04-10-2013 página 81
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ABC MADRID 04-10-2013 página 81

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC VIERNES, 4 DE OCTUBRE DE 2013 abc. es ABCdelOCIO 81 a su protagonista, una Sandra Bullock que interpreta a la astronauta Ryan Stone. Reservada, insegura y maternal, la Bullock que vemos en pantalla contrasta con el personaje al que da vida George Clooney. George representa la vida. Es un observador que se empapa de lo que ocurre a su alrededor. Mi personaje, no. Y si muriera no pasaría nada porque no hay nada en la Tierra que le merezca la pena decía Bullock durante las entrevistas de promoción de la película en Venecia. Vals de bisontes desbocados GRAVITY Dirección: Alfonso Cuarón. Con: Sandra Bullock, George Clooney. OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE Trabajo extenuante Bullock parecía orgullosa de un trabajo que exigió un gran esfuerzo físico, para el que tuvo que aprender a hablar a un ritmo normal mientras se movía muy despacio. Entrené desde seis meses antes del rodaje para no padecer lesiones y para poder darle a Alfonso lo que me pedía. Y eso fue emocionante, porque me encanta ser una atleta, llevar el cuerpo al límite y hacer algo que nadie ha hecho hasta ahora. No quería cargarme esa oportunidad decía seria. Esta afirmación revela cómo vive la actriz su trabajo. Con qué responsabilidad y con qué poca atención a las críticas. Nunca he sentido que tuviera que probar nada ante nadie, aparte de mí misma. Soy mi peor crítico, nunca me gusta nada de lo que hago, nunca me satisface mi trabajo, siempre pienso que no he trabajado lo suficiente. Paso tanto tiempo machacándome que estoy demasiado ocupada como para escuchar cómo me machacan los demás. ¡Y lo hacen! Pero, ¿sabe qué? No puedo controlarlo. Ni siquiera puedo controlarme a mí misma. La única persona a la que quiero impresionar, que quiero que se sienta orgulloso, es mi hijo afirmaba rotunda sin apenas hacer una pausa. Alfonso Cuarón asegura que reescribió el papel con Bullock para incorporar sus propias adversidades. De nuevo esa palabra. Sandra ha hecho un cine comercial pero también es muy buena actriz. Quería trabajar con una actriz fuera de su zona de confort. De la suya y de la del espectador revelaba enigmático. rry Potter Su nueva criatura, Gravity inauguró la pasada Mostra de Venecia e impresionó al público en Toronto y San Sebastián. Me da mucho gusto la recepción que está teniendo Gravity pero todo eso es engañoso. Hay películas que tienen una gran vida con festivales, muchos premios... y nadie se acuerda de ellas siete años después Lo cierto es que la buena ejecución de la cinta en los festivales de septiembre la han situado muy bien de cara a la temporada de premios. Y también Sandra Bullock y la crítica Soy mi peor crítico, nunca me gusta nada de lo que hago, siempre pienso que no he trabajado lo suficiente George Clooney Voy a hacer preguntas importantes ANGÉLICA MARTÍNEZ En este filme había dos personajes, uno fue a parar a manos de Sandy (Bullock) y a mí no me quedo más remedio que interpretar el otro dice Clooney sobre su papel en Gravity Cada vez que el actor contesta provoca la risa. Siempre hay ironía en sus palabras: Desde hace quince años en mi carrera solo trato de formar parte de buenos guiones. Cuando tienes la oportunidad de elegir, y no muchos actores pueden, lo importante es fijarse en el guión, el director y los actores con los que vas a trabajar. Son los tres elementos importantes Clooney es un peso pesado en la industria del cine, no solo como actor y director, sino también como productor. Siento que he estado compitiendo contra mí mismo toda mi vida, no me importan demasiado los premios, me gusta mi trabajo y lo hago porque me divierte T omando el relevo de Warren Beaty en su papel de artista comprometido y liberal, Clooney confiesa que nadie va a conseguir callarle: Soy un niño grande, voy a hablar sobre muchas cosas, voy a hacer preguntas sobre temas importantes, creo que es necesario. Por supuesto, me podría sentar en mi villa de Italia con una copa de vino en la mano y olvidarme del mundo El éxito llamó tarde a las puertas del apartamento de Clooney en las oscuras calles de Hollywood: acababa de empezar la serie Emergencias y cumplía los 33 años. Desde entonces mantiene la locura de la fama con rienda corta: La fama es una espada de dos filos, ahora lo llevo mucho mejor y la uso para mi ventaja, para hacer las películas que quiero. Como Gravity que sale porque pones empeño y ganas de formar parte de ella. Luego, está ese otro aspecto de la fama que puede avergonzarte mucho más de lo que te imaginas. Me da vergüenza bajar al lobby de un hotel y encontrarme con una chica de doce años vistiendo una de esas camisetas que dicen George Clooney for President egún se sale de la Tierra, pues un poco a la derecha... ahí es donde transcurre el suceso de la película, justo a esa distancia en la que nuestro planeta parece un balón de playa antes de darte en la nariz. Y en ese espacio donde lo cerca y lo muy lejos se confunden, Cuarón empieza a amasar un verbo que se conjuga con pericia e intensidad parecida al que conjugaba Rodrigo Cortés en Buried y donde la claustrofobia se siente en su preciso revés: agorafobia. Lo más sorprendente de Gravity es la oleada de emoción que su alta tecnología produce (la fotografía, increíble, es de Emmanuel Lubezky, el de El árbol de la vida mediante un tocado de sensaciones espaciales que mantienen al espectador en un estado de ensueño, de viaje en el que se apropia de la odisea de los protagonistas como si ésta fuera contagiosa... Nadie abandonaría la sala del cine durante su proyección ni al grito de ¡Fuego! La trama es sencilla: sobrevivir cuando el caos espacial es ya una manada de bisontes desbocados y empiezan a diluirse las diferencias entre el cosmos infinito y un ataúd cerrado. La doctora Ryan Stone, en su primera misión en el espacio, y el veterano astronauta Matt Kowalsky se mantienen a flote como a ritmo de vals de Strauss en ese líquido amniótico que está más allá del cielo, donde la gravedad no existe; detalle que refuerza Cuarón no sólo en el movimiento de sus personajes, sino también en sus diálogos: George Clooney despliega su enorme talento para desgravar tensión con un sentido del humor y del encanto sólo comparable al de los grandes del viejo Hollywood. Sandra Bullock es la estrella polar de la película, pero el efecto Clooney es su aurora boreal y sus golpes de luz, su flujo hipnótico, es tan potente y espectacular en Gravity que los dos o tres guiños de guión que afectan esencialmente a su personaje parecen escritos, borrados y reescritos en el interior del alma de cada espectador. La trama se respira entrecortada, ansiosa, como desde dentro del casco de un astronauta y se padece muy, muy encima, en parte gracias a un 3 D que te mantiene tan orientado como Bill Murray en Lost in traslation y que le permite a una lágrima pasearse y mojar las gafas de toda la platea. S

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