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ABC MADRID 19-09-2013 página 15
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ABC MADRID 19-09-2013 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC JUEVES, 19 DE SEPTIEMBRE DE 2013 abc. es opinion OPINIÓN 15 UNA RAYA EN EL AGUA EL CONTRAPUNTO ISABEL SAN SEBASTIÁN PAZ A CAMBIO DE DECENCIA La deriva del Faisán demuestra que en política el honor se mide en poder y votos S I el precio a pagar porque ETA dejara de matar iba a ser la impunidad de tantos crímenes cometidos en su nombre, el abandono de las víctimas y la indignidad colectiva de una Nación, alguien debería habernos avisado con tiempo. Muchos, como ésta que suscribe, nos habríamos ahorrado una considerable dosis de dolor recurriendo preventivamente al bálsamo de la indiferencia que ahora alivia de manera milagrosa la conciencia de nuestros dirigentes. ¿O es que el poder aniquila ese órgano moral que rige la capacidad para discernir entre el bien y el mal? Siete años ha tardado en llegar a un tribunal el caso Faisán, paradigma de infamia sin precedentes en cuarenta años de lucha contra el terrorismo, y lo que está ocurriendo en esa sala no permite abrigar la menor esperanza. El principal testigo de la acusación, Joseba Elosúa, cabecilla de la trama de extorsión etarra y receptor del chivatazo policial que frustró la operación destinada a desmantelarla, apenas recuerda nada. A su edad, dice, los contornos de la memoria se difuminan. Y eso que, merced a una oportuna dolencia de próstata que el juez Garzón consideró fatal nada menos que en 2007, el propietario del bar que la banda utilizaba como centro de recaudación de su brutal impuesto disfruta de todos los beneficios de estar en libertad en espera de juicio. Libre como un pájaro, fuman- do puros en su establecimiento, mientras los inocentes asesinados con su complicidad se pudren bajo tierra. ¿Es mucho pedirle a cambio que borre una cara de su mente y olvide el rostro de ese madero que un día 4 de mayo de 2006 le pasó un teléfono en su propio bar para que otro txakurra le advirtiera de que él y sus colegas del hacha y la serpiente iban a ser detenidos en la frontera si pasaban con el dinero? No, no parece un gran esfuerzo. Me he preguntado muchas veces qué puede inducir a un miembro del Cuerpo Nacional de Policía a traicionar a sus compañeros caídos y violentar sus principios hasta el punto de prestarse a colaborar con una organización terrorista. ¿La obediencia debida? ¿El temor a las represalias en caso de negarse? ¿La posibilidad de un ascenso? Ninguna de estas razones me parece convincente. Dicho lo cual, la responsabilidad de los ejecutores materiales de esta ignominia es insignificante en comparación con la que pesa sobre quienes dieron la orden de alertar a ETA y quienes ahora miran hacia otro lado confiando en que pase de ellos este amargo cáliz. A saber, el PSOE de Zapatero y Rubalcaba, que a la sazón negociaban con la banda un acuerdo de paz en términos similares a los del Pacto de Múnich suscrito en 1938 por Chamberlain y Daladier con Hitler, y el PP de Rajoy y Fernández Díaz, determinados hoy a hacer o dejar de hacer todo lo que sea menester con tal de que ese acuerdo no se rompa. Paz a cambio de dignidad, sentenció en su día Churchill. Paz a cambio de decencia, diría yo, entendida ésta como la cualidad de las personas incapaces de acciones delictivas o inmorales. ¿Dónde está la voz de Cosidó, actual director general de la Policía que desde la oposición exigía en el Senado conocer toda la verdad del chivatazo? ¿Qué ha sido del diputado Gil Lázaro, quien en 2011 señalaba al caso Faisán como la tumba política de Rubalcaba y ahora permanece callado? ¿Queda alguien con vergüenza en esta España cobarde? Hubo un tiempo en el que creímos que plantar cara al terror era una cuestión de honor. La deriva del Faisán demuestra que fue puro cálculo, que en política el honor se mide en poder y votos. IGNACIO CAMACHO PISARSE LA MANGUERA En Valencia el PP va a necesitar al Cid Campeador, pero en Madrid podría bastarle con no ayudar al candidato del PSOE OR razones diversas que confluyen en el desgaste de gobernar, los recortes sociales y el relevo de las cabeceras de lista, el PP tiene bastante comprometidos sus grandes feudos electorales de Valencia y Madrid. En Valencia el desastre del postcampismo es tal que para renovar mandato va a tener que presentar al Cid Campeador, pero en Madrid quizá le bastaría con no patrocinar por pasividad al candidato del PSOE. En un tic cainita clásico de la sociología política de la derecha española, los gobiernos de la autonomía y de la nación han dado en chocar cuernos como si estuviesen de berrea, tan enfrascados en sus cuitas que parecen olvidar que representan a los mismos electores y militan en idéntico bando. Se enfrentan por el déficit, por los impuestos, por la pérdida de los Juegos y hasta por el tabaco de unos casinos que aún no existen; se recurren unos a otros medidas y decretos y se lanzan puñaladas traperas cada vez menos disimuladas. Se diría que en vez de ver cómo sujetan el poder andan enfrascados en encontrar por adelantado a los responsables de perderlo. El asunto tiene serias repercusiones de escala porque si los populares palman en Madrid Valencia la tienen a día de hoy en chino va a ser bastante difícil que Rajoy tenga posibilidades de reelección. Para volver a ganar en la Comunidad el PP necesita primero no autosabotearse y después encontrar para la capital un candidato solvente que arrastre los votos que se le escapan a chorros a Ana relaxing Botella. La única que tal vez garantice eso es Esperanza Aguirre, pero el aparato nacional la detesta y ella misma no lo pone fácil con su vocación díscola y esa actitud de no aclarar si está regando para dentro o para fuera. Aunque hasta el momento los trompazos eran para tomar posiciones por la futura alcaldía, la cuestión de Eurovegas ha enzarzado también al Ejecutivo autonómico con el del Estado. El lío se está generalizando en una batalla interna y al socialista Tomás Gómez, que no es político de muchas luces, le empiezan a aplaudir solas las orejas. La idea de un Madrid gobernado en coalición por Gómez y los comunistas da pánico a muchos ciudadanos, pero en la calle Génova parecen más preocupados de que no se salgan con la suya los vecinos del piso de arriba o de abajo. Rajoy, que es un pragmático aunque bastante lento de reflejos, no tendría si no hay más remedio inconveniente en nominar a Aguirre con su dedo cesáreo; sucede que como siempre desea esperar y en el largo ínterin puede cuajar un vuelco irreversible. Los electores que no están cabreados con el Gobierno que les sube los impuestos lo están con la autonomía que recorta prestaciones sanitarias. Si además se escapa la inversión de Eurovegas la gente no va a distinguir culpables. Algún gurú se debería dar cuenta de que salvo en Andalucía, que es caso aparte, los votos no son patrimonio hereditario de nadie. P JM NIETO Fe de ratas

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