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ABC MADRID 14-09-2013 página 16
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ABC MADRID 14-09-2013 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
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16 OPINIÓN SÁBADO, 14 DE SEPTIEMBRE DE 2013 abc. es opinion ABC TRIBUNA ABIERTA A LOS CUATRO VIENTOS Escuela regional de antivalores Encargada de la transmisión en las aulas de los elevados valores separatistas, la consejera catalana de Educación reconoce sin pudor que la función de las escuelas regionales es dar un sentido de pertenencia a los alumnos. El alboroto organizado a cuenta de la intención del ministro Wert de españolizar a los estudiantes- -buena se montó- -da paso a la calma más absoluta cuando es una autonomía la que anuncia que el colegio está para adoctrinar, peor aún, en la exclusión y el odio. FIRMEZA O COBARDE ACEPTACIÓN DEL DESAFÍO POR JOSÉ UTRERA MOLINA Todos los españoles amamos a Cataluña. Sólo un grupo enaltecido por el egoísmo ha decidido traicionar sus raíces, despreciar su historia, desafiar la legalidad y lanzarse hacia la nada giones. Un sentido elegante de la medida, del respeto mutuo, una gran sensibilidad hacia lo bello, un respeto a una tradición y a un profundo sentido estético que también ahora pretenden conculcarse. Poco puedo hacer yo para combatir este desastre, pero quedaría en mi corazón un amargo hueco si no clamara en mi independencia para advertir que nos encontramos en una situación límite y que el gobierno tiene la obligación histórica y moral de poner diques definitivos a esta penosa algarada situacional. He hablado, precisamente hoy, con un grupo de amigos catalanes que están escandalizados. Yo diría que nunca como hoy sienten ardiendo la sangre de sus corazones. Querrían morir por la unidad de España y no son palabras convencionales, ni actitudes de emergencia, ni miedos colectivos, ni refugios dialécticos. La muerte y la gloria campean sobre unas gentes siniestramente doloridas, atacadas en su raíz, vapuleadas en sus creencias, insultadas en sus costumbres, negadoras de la verdadera realidad de esta magnífica tierra que se llama Cataluña. Yo he amado siempre a esta tierra española, lo hice desde que escuché a José Antonio Primo de Rivera la mejor de las alabanzas en la que ponderaba el equi- N 0 quisiera remontarme a un hecho que tuvo en mi vida una importancia esencial. Se trata de recordar una circunstancia que dio origen a mi inconmovible patriotismo. Es un recuerdo puntual, pero válido en circunstancias como las que atravesamos. Contemplo a mi abuelo que tenía por cierto, cuatro años menos de los que yo cuento hoy llorando, abrazado a un aparato Telefunken que difundía a las ondas la noticia increíble para algunos de la Declaración del Estado Catalán. Era el 6 de octubre de 1934. Ahora contemplando el fervor a la tribu de una considerable minoría de catalanes, palpita mi corazón y siento un escalofrío imparable. Estamos en una circunstancia aún más grave que la que atravesó España en 1934 pero ahora con menos recursos dialécticos, con infiltraciones inverosímiles de otras posiciones históricas y con la valoración exagerada que se hace de grupos minoritarios contrarios a la esencia de España. ¿Es posible que en el tiempo en que vivimos, en el que los grandes espacios tienden a la globalización y en el que se tratan de igualar las enormes diferencias que separan a los pueblos, puedan existir los que insensatamente apoyan la ruptura de un baluarte que durante siglos tuvo su independencia y su unidad y se inclinó siempre ante las banderas del honor y de la libertad? La tercera de García de Cortázar Reaccionarios en Cadena con el que tantas veces modestamente he disentido, da fuerza a mi queja, a mi amargura y a mis palabras dolientes. Se trata de un artículo admirable y extraordinario, profundo y ejemplar y merece tener consecuencias en estos espacios pálidos y vacíos donde los españoles se preocupan más de las modas, de los modos y de los caprichos deportivos que de la propia existencia de España. Yo quiero unirme desde aquí a García de Cortázar en la defensa de esas ideas esenciales y así lo proclamo sin limitación alguna. Vargas Llosa también ha afirmado con rotundidad que el independentismo no es otra cosa que un regreso a la tribu. He escuchado la opinión de muchos venerables supervivientes de otro tiempo. Se horrorizan y hasta llegan a pedir la cercanía de la muerte. Les duele tanto España que si ya que no pueden combatir, pretender trasladar sus últimas quejas al Dios Omnipotente sirviéndose incluso de la cercanía de su última hora. Nadie niega la personalidad de una tierra a la que yo he amado siempre, que ofrece un haz de virtudes ciudadanas que posiblemente no conozcan otras re- CARTAS AL DIRECTOR Los misterios de la vida Uno de los misterios de la vida política en España consiste en dar por hecho que algunos territorios del país tienen derecho a la independencia. Solo ocasionalmente se cita alguno de los argumentos en los que se sustenta tan extraño derecho. Lo curioso es que la idea de que efectivamente dicha pretensión es un derecho ha prendido en la mayor parte de la población, incluso entre los que son contrarios a la independencia de esos territorios. Se alude en ocasiones al pasado histórico diferenciado. Aparte de que la historia que relatan los que en ella se basan está frecuentemente falseada, no se por qué ha de tener más importancia histórica lo que pudo haber ocurrido hace más de seiscientos años que lo ocurrido en estos últimos seis siglos. Se alude también a una cultura y una lengua diferentes. Es evidente que la lengua de las regiones que plantean la independencia como derecho es el español. Lo habla el cien por cien de sus habitantes y es lengua materna de la inmensa mayoría de ellos. En cuanto a la cultura, al menos el 90 por ciento de sus habitantes tiene sus raíces en otros lugares de España o son mezcla. Las diferencias culturales, por otro lado, son menores que las que pueda haber entre otras regiones en las que nadie se imagina que pudiera plantearse la independencia como un derecho. Finalmente se cita la voluntad. La voluntad, si esta se diera, por sí sola no puede considerarse un derecho en ningún caso, si no es la de todos los componentes de la PIEDRA librio, el sentido de la historia y la verdadera personalidad de Cataluña. ¿Es posible que ésta voz de arrebato, unida a tantas como las que hoy se producen en el espacio español, no sirva para detener este inmenso desastre? ¡Cataluña es España! Todos los españoles amamos a Cataluña. Sólo un grupo enaltecido por el egoísmo, por la pasión sectaria y por una animadversión patológica ha decidido traicionar sus raíces, despreciar su historia, desafiar la legalidad y lanzarse hacia la nada. Yo alivio mi conciencia uniéndome, ya muy lejos, a las lágrimas de mi abuelo que posiblemente contemplará consternado el abismo histórico que quieren abrir los que tiene el corazón corrompido, la voluntad maniatada y el alma aprisionada por el egoísmo y la cobardía. No quiero pronunciar el antiguo grito que recuerda mi corazón juvenil: Ahora o nunca pero confieso que me siento inclinado a aceptar, ante el radicalismo desafiante, otras soluciones de emergencia. ¡Por España, por su unidad y por su vida! JOSÉ UTRERA MOLINA ES ABOGADO

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