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ABC MADRID 11-09-2013 página 73
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ABC MADRID 11-09-2013 página 73

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2013 abc. es AGENDA 73 NECROLÓGICAS MARIO TRINIDAD (1944- 2013) UN SOCIALISTA DISCREPANTE S Mario Trinidad Sánchez nació en Madrid el 15 de agosto de 1944 y ha muerto en Don Benito, Badajoz, el 27 de agosto de 2013. Era miembro del Cuerpo Superior de Técnicos de Información y Turismo. Fue secretario general de la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense y subsecretario de Cultura con Javier Solana como ministro de esa cartera. in ruido y en silencio, como ha sido la postrera parte de su vida, se nos acaba de morir Mario Trinidad, víctima de esa larga y terrible enfermedad que le ha tenido en obligado reposo durante los últimos años. Mario fue un típico representante de la generación de la Transición. Nacido en una familia de fuerte raigambre franquista, apenas llegado a la Universidad cuando aquel régimen tenía todavía muchos años por delante experimentó el gozoso descubrimiento de la democracia y de cuanto significa como institucionalización de la libertad y como sistema de valores. No puedo olvidar las largas conversaciones de aquel muchacho de diecisiete años con este profesor de Derecho Político. Muy a menudo me recordó aquellos encuentros en los que nació y se desarrolló una larga amistad, mantenida a lo largo de toda su vida y a pesar de las discrepancias ideológicas. Cuando, años más tarde, llegó el momento de su boda con Pilar se encontró totalmente aislado de su familia y tuvieron que actuar como padrinos de la ceremonia religiosa aquel profesor de Derecho Político ya, ante todo, amigo personal y su esposa. Tampoco puedo olvidar el día en que, un tanto misteriosamente, Mario me llamó porque quería verme para decirme algo importante: se había hecho miembro del Partido Comunista. Como tantos otros jóvenes de entonces, Mario estimaba que el Partido Comunista era el único que había hecho una intensa oposición al franquismo y eso le parecía que justificaba la militancia. No había tenido éxito mi insistencia en que la oposición al franquismo, por sí sola, no era garantía de democracia. Pero su entusiasmo por aquella formación duró lo justo, pues Mario se dio cuenta de que la democracia circulaba por otros derroteros. Un día me llamó desde Bruselas para decirme que se había pasado al PSOE. En medio de todas estas vicisitudes, Mario había ganado, brillantemente, las oposiciones al Cuerpo Superior de Técnicos de Información y Turismo y desempeñó una serie de cargos de relevancia, entre otros secretario del Instituto de Opinión Pública y consejero de información en diversas embajadas u oficinas de turismo en el extranjero, como Chicago, Bruselas, Rabat y Roma. Tuvo también una patente vocación universitaria. Bien formado y con muchas lecturas en su haber, se doctoró, fue un espléndido profesor y, en el plano de la gestión académica desempeñó el cargo de secretario general de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Cuando el PSOE ganó las elecciones de 1982 fue nombrado subsecretario en el Ministerio de Cultura del que era ministro Javier Solana. En ese cargo llevó a cabo el proceso de privatización de los medios de comunicación del Estado La vida de Mario en el PSOE no fue fácil. Discrepante en algunos momentos, de la línea oficial del partido se atrevió a hacer públicas esas discrepancias, algo que el aparato no le perdonó. Cerrada su etapa política volvió a su condición de funcionario y fue designado consejero de información en la embajada de España en El Cairo. Allí rehízo su vida personal y, terminada su etapa egipcia, volvió a España y se instaló en Extremadura, la tierra de sus padres, a la que amaba con delectación. Quienes convivimos con él en algún momento de su vida y, sobre todo, quienes por tantas razones le consideramos mucho más que un amigo, sufrimos ahora su pérdida como algo muy sentido y muy próximo. Nuestras condolencias a toda su familia, especialmente a Gloria y Laura, dignas hijas de un tal padre. Descansa en paz, querido Mario. ALEJANDRO MUÑOZ- ALONSO ALFONSO ANAYA (1947- 2013) SABIO EN POLÍTICA AGRARIA COMUNITARIA lfonso Anaya, consejero de Agricultura y Pesca de la Embajada de España en Buenos Aires, participó como negociador de primera fila en la adhesión de España a lo que entonces se conocía como la Comunidad Económica Europea. Los años 80 le tuvieron al frente de un proceso duro que exigía temple, conocimiento y paciencia. Tres virtudes innatas en él. Ingeniero agrónomo de carrera, su trabajo en la Administración no distinguía banderas políticas. Los gobiernos de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, pueden dar cuenta de la lealtad y entrega de un profesional que siempre buscó favorecer los intereses de España. Tras un breve paréntesis en el sector privado, Alfonso se reincorporó al Ministerio de Agricultura con un nuevo desafío: coordinar, con visión de conjunto, las negociaciones de las sucesivas reformas de la PAC. Tenía en su cabeza hasta el último detalle de un proceso que fue y es, clave en el sistema institucional europeo. En Argentina se encontró con un Gobierno con enorme facilidad para generar problemas. No le hizo las cosas fáciles pero él se lo tomaba con humor, son así A Alfonso Anaya Turrientes nació el 4 de enero de 1947 en Madrid y ha muerto en esta ciudad el 7 de septiembre de 2013. Era ingeniero agrónomo. zanjaba rápido antes de dar una calada a uno de sus incombustibles Marlboro. Afable, generoso, socarrón y de sonrisa fácil, Alfonso evitaba los dramatismos aunque supiera que la situación podía rozar la tragedia. Actuó de igual modo cuando le dijeron que tenía cáncer de pulmón y no era operable. Lo que tenga que ser será dijo sereno. Lo hizo en la terraza de la Biela de Buenos Aires, cuartel general de todos, al caer la noche, si hacía buen tiempo. Para él una ginebra con Coca- Cola y para su hijo, también Alfonso, una cerveza Imperial. No hacía falta pedir. Los camareros sabían sus gustos. Allí también compartió mesa hasta que partió para siempre con su gran amigo José Manuel Sánchez, el comisario Pajarita para los aficionados a los toros en Las Ventas y exconsejero de Interior de la Embajada. Fumador empedernido, Alfonso Anaya, de 66 años, era un firme candidato a morir de esa maldita enfermedad que es el cáncer. Lo sabía pero seguía echando humo a todas horas. Hoy, los que trabajaron con él y los que le queríamos, también echamos humo, pero por su ausencia. CARMEN DE CARLOS

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