Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 05-09-2013 página 47
ABC MADRID 05-09-2013 página 47
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 05-09-2013 página 47

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página47
Más información

Descripción

ABC JUEVES, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2013 abc. es madrid MADRID 47 VEJACIONES EN UN COLEGIO MAYOR Bebíamos vinagre y nos daban puñetazos en las costillas Relato en primera persona de un exuniversitario que sufrió durante un año salvajes novatadas I. G. MADRID ABC tando de las consecuencias de la transgresión de la norma La monja dominica Sor Pino Quintana lleva más de 30 años siendo la directora del Colegio Mayor Santa María del Pino, ubicado en la calle de San Francisco de Sales, íntegramente formado por chicas. Cuando se le cuestiona por el trato vejatorio sufrido por muchos novatos, ella niega que en su colegio se hayan producido tales salvajadas, quizás porque aquí son solo chicas Sí reconoce que a veces la gente joven se pasa Describe alguna de esas bromas: En la comida les dicen que se levanten a por agua o les mandan a comprar café. O por la calle les hacen desfilar Desde este Colegio Mayor, queremos que se conozcan, nadie debe vivir aislado, pero sin que pase nada, claro Las bromas duran un mes. Hasta la fiesta del novato explica una exalumna del mismo Colegio Mayor. Se hacen para que los nuevos se integren, aunque muchas niñas lo pasan mal Su versión es menos benévola que la de la que fuera su directora. A mí me hicieron atracar con albornoz y secador un Banco Popular o probar colchones en El Corte Inglés vestida de buzo Pese a ello, cuenta que ninguna fue de especial gravedad y apunta la misma razón que Sor Pino: Las chicas se pasan menos que los chicos En los últimos años, la creciente importancia de las redes sociales Twitter y Facebook ha hecho que algunos veteranos las utilicen para ir amedrentando a los novatos Mi estancia como residente en el Colegio Mayor Ximénez de Cisneros, de la Fundación de la Universidad Complutense, fue muy extraña. El primer día que llegué, un mes de septiembre de hace unos cuantos años, todo parecía que iba a ser una etapa feliz. El silencio se adueñaba de los pasillos del edificio, las habitaciones estaban impecables y las puertas tenían llave para disponer de una privacidad que nunca existió. Nunca existió porque ese primer día, tras ver marcharse a mis padres y quedarme solo por primera vez en mi vida, bajé a cenar. Lo primero que nos dijeron los veteranos a los novatos fue que las puertas de nuestras habitaciones debían estar sin cerrar con llave, para que cualquier compañero pudiese entrar a fomentar el buen ambiente. Permanecí incrédulo al enterarme de esa primera norma, a la vez que exigían llevar zapatos de vestir en los almuerzos y cenas si queríamos entrar en el comedor. Durante las dos primeras semanas comenzó el cuento de nunca acabar. Parecía la mili En otros colegios, las novatadas solamente duran un mes. En el mío, no. Fue durante todo mi primer curso. Duchas de agua fría; puñetazos en las costillas antes de eventos del colegio; obligaciones a ciertos alumnos a que tomasen vasos de vinagre y tostadas con un amargo café molido por encima; vuelcos de colchones a las 4 o 5 de la madrugada mientras dormíamos; actos de presentación en los que teníamos que gritar nuestros datos de procedencia, y cantos de villancicos en Navidad hasta altas horas de la noche acompañados de pacharán... Todas esas cosas fueron las más graves que viví en el colegio. A otros compañeros que debutaban en el primer equipo de rugby les hacían revolcarse por el barro y, posteriormente, rapaban su cabeza al cero, incluyendo las cejas en algunos casos. Como siempre, todo iba acompañado de alcohol y puñetazos en las costillas. Era el denominado bautizo Vómitos, sangre y orina Además, cuando un alumno pasaba muchas horas fuera del colegio, a menudo se encontraba con trampas de agua en la entrada a su habitación para que cuando entrase le cayera encima. Cuando finalizaban las fiestas del colegio u otros actos en los que se consumía mucho alcohol, era frecuente encontrar vómitos, sangre o charcos de orina por los pasillos. Pues bien, los novatos tenían que limpiar esas suciedades para ocultar lo que había pasado. El director de mi colegio, que era también catedrático de la Universidad Complutense, se refugiaba en su casa e ignoraba cualquiera de estas injusticias porque, desde el primer día, los veteranos le contaban una serie de cosas que definían como tradiciones del colegio que, por su historia, se practicaban año tras año. Así es un bautizo A los debutantes del equipo de rugby les obligan a revolcarse por el barro y les rapan la cabeza y las cejas Sin castigo El director del Colegio, que era catedrático, ignoraba estas injusticias porque los veteranos le dijeron que eran tradiciones I. G. la cabeza Les rapane las salvajadas estrella d Esta es una Así se bauti za Revolcados p or e a los novat l barro os del rugby I. G.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.