Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 02-09-2013 página 50
ABC MADRID 02-09-2013 página 50
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 02-09-2013 página 50

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página50
Más información

Descripción

50 AGENDA LUNES, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2013 abc. es ABC NECROLÓGICAS IGNACIO EIZAGUIRRE (1920- 2013) EL PORTERO DE LA CASACA NEGRA ocos días antes del Mundial de fútbol de Sudáfrica de 2010, que a la postre conquistó España, Antonio Puchades recuperaba sus recuerdos en una conversación con este diario sobre el Mundial de Brasil de 1950. Un labrador que fue un centrocampista total y que coincidió en el Valencia y en la Selección española con un portero sobrio, elegante, de cualidades plásticas y grandes reflejos, que fue objeto de las instantáneas de los reporteros gráficos de la época llamado Ignacio Eizaguirre Arregui. Guardameta duro, de nervio, que vestía con casaca negra- -color común en la camiseta de los arqueros de entonces, pero que distinguía especialmente a Eizaguirre- que brilló especialmente en el club de Mestalla durante casi una década con tres títulos de Liga (1941- 42, 1943- 44 y 1946- 47) dos trofeos Zamora (1944 y 1945) como meta menos goleado del campeonato nacional y una Copa (1949) en su hoja de servicios. Éramos deportistas. Sólo queríamos disfrutar y ganar, sino, para qué jugábamos contaba el ya desaparecido Puchades, quien todavía recitaba a aquellos con los que jugó en Maracaná en el 50, entre ellos Eizaguirre. Un grandioso portero, muy rotundo como los de entonces, pero con unas características especiales. Más allá de lo deportivo se significó por ser un caballero, decía Puchades que fue un tío muy generoso pero sobre todo un gran amigo Eizaguirre siempre que podía regresaba a Valencia donde guardaba gran cantidad de amigos. Nunca faltaba una visita a Puchades en la localidad valenciana de Sueca. Se daban un fuerte abrazo y recordaban viejos y exitosos tiempos en los que Eizaguirre se convirtió en uno de los mejores porteros de la historia de España, pero también del mundo cuando a esto del balompié se jugaba todavía en blanco y negro, y muy alejado estaba de P Ignacio Eizaguirre nació el 7 de noviembre de 1920 en San Sebastián y falleció el 1 de septiembre de 2013 en su tierra natal. Fue considerado uno de los mejores porteros de fútbol nacionales y del mundo en los años 40 y 50 del pasado siglo. Defendió las camisetas de la Real Sociedad, el Valencia y el Osasuna, y jugó 18 partidos, entre ellos el Mundial 50, con España. las grandes ventajas con las que cuentan hoy los futbolistas. Puchades, que falleció el pasado 24 de mayo, otro diamante en bruto de aquella generación se erigió como uno de los mejores centrocampistas defensivos en las tinieblas de la postguerra. Ignacio Eizaguirre fue futbolista profesional durante veinte años. Se retiró de la elite con casi 40 años. Dos etapas en la Real Sociedad, una absolutamente brillante en el Valencia, y una final en el Osasuna marcaron su carrera deportiva. Real Madrid y Barcelona quisieron hacerse con sus servicios cuando contaba 19 primaveras, pero su padre, el también portero Agustín Eizaguirre, fue taxativo pues ya existía un compromiso con el club valencianista, al que llegó tras un acuerdo entre la Real y el Valencia por 60.000 pesetas- -360 euros- Como cualquier chaval que se inicia en el fútbol, Ignacio Eizaguirre hizo sus primeras paradas en campos de tierra en varios equipos de su San Sebastián natal. En 1936, lo fichó la Real Sociedad, pero la Guerra Civil obligó a la suspensión de todas las competiciones. Debutó con el equipo donostiarra en la temporada 1939- 40, donde estuvo hasta 1941 y fichó por el Valencia. Pasó nueve años creciendo como uno más de una generación voraz y ganadora. El portero del Valencia en tiempos de la delantera eléctrica -Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza- Con el club valenciano ganó tres campeonatos nacionales y una Copa, y en la Liga, a título particular, fue en dos ocasiones ganador de la distinción como Zamora. Tiempos que le abrieron las puertas de la Selección española hasta llegar a Brasil y al Mundial, donde se disputó el puesto con el mítico Ramallets. Eizaguirre tuvo una segunda etapa en la Real Sociedad y acabó su carrera en el Osasuna. RAÚL COSÍN LEANDRO MARTÍNEZ (1913- 2013) EL ABUELO LEANDRO A Leandro Martínez nació en 1913 en Motilla del Palancar (Cuenca) Antes de la guerra actuó como novillero, con el nombre El Montillano Ha sido el forjador taurino de Enrique Ponce, su nieto. A los cien años, ha fallecido en Valencia, el 30 de septiembre. sí lo conocíamos todos, aunque no fuéramos sus nietos. Era el abuelo de Enrique Ponce, el que le inculcó la pasión por el toro bravo. A Leandro Martínez también le hubiera gustado ser torero. LLegó a actuar en la parte seria de un espectáculo cómico- taurino. Pero el destino le ofreció la mejor compensación: contribuir a formar a una gran figura del toreo, su nieto Quique. Como el héroe del romance, si no venció reyes moros, engendró a quien lo hiciera A los siete años, Ponce jugaba al toro, mostraba ya una intuición taurina fuera de lo común pero, en su educación taurina, es fundamental la figura del abuelo Leandro, que lleva al chiquillo a ver corridas en la Plaza de Valencia, le acompaña, le orienta en todo. Enrique Ponce siempre lo ha proclamado: es su abuelo Leandro el que le encamina por la línea del toreo clásico, de apariencia fácil, natural, estético; también, el que le inculca el respeto al toro y a todos los compañeros, la rectitud, la honestidad... Leandro Martínez tuvo la fortuna de ver cómo se cumplían sus sueños, cómo su nieto llegaba a ser una primera figura. Una y otra vez, Enrique le brindó faenas especialmente significativas: el día de la alternativa; en los sucesivos aniversarios... Ha disfrutado de una vida larga y feliz. Muchos lo recordaremos con su sombrero y su jovialidad permanentes. A los noventa y cuatro años, todavía toreó al alimón unas vacas, con su nieto, en su finca Cetrina en nuestro libro incluimos una fotografía. Cumplió los cien años con buena salud, gastando bromas a Canito, el fotógrafo taurino, otro ilustre centenario... Hace unos días, después de torear, Ponce corrió a su lado. Me cuentan que la escena, con algo de anticipada despedida, fue muy conmovedora: el abuelo le daba las gracias a su nieto por haberlo hecho tan feliz. Se sentía orgulloso de que Enrique fuera tan buen torero, y, sobre todo- -le dijo- -tan buena persona. Disimulando la tristeza, Ponce fue a Bilbao y cuajó allí una de sus más grandes faenas. Muy pocos sabíamos que se la estaba dedicando, sin duda, al abuelo Leandro ANDRES AMORÓS

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.