Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 31-08-2013 página 3
ABC MADRID 31-08-2013 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 31-08-2013 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

ABC SÁBADO, 31 DE AGOSTO DE 2013 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA Como referente insoslayable del periodismo español en los últimos cuarenta años, creador de géneros y formatos, revolucionario del sector audiovisual, trabajador infatigable, quintaesencia del análisis, cumbre del libre pensamiento y protagonista del panorama mediático desde la Transición, la muerte de Manuel Martín Ferrand tiñe de luto este viejo oficio de contar las cosas. Reproducimos a continuación las partes esenciales del discurso que pronunció, en esta su Casa de ABC, cuando fue galardonado en 2011 con el Premio Mariano de Cavia, la penúltima lección magistral del periodista total LOS CAVIA: EL ESPÍRITU DE ABC POR MANUEL MARTÍN FERRAND C UANDO el fundador de este diario quiso instituir un premio para el reconocimiento de un artículo firmado que, según sus palabras, acreditara perfección literaria, arraigada cultura, juntamente con la facilidad y prontitud de redacción estaba marcando el patrón del nuevo periodismo español. A mayor abundamiento, le dio al premio el nombre de Mariano de Cavia. Mariano de Cavia nunca escribió una línea en ABC. Era republicano y liberal. Pero, como muestra del reconocimiento al talento, Torcuato Luca de Tena, en un gesto de clara independencia, quiso reconocer el mérito del genial periodista fallecido unos días antes de la creación de este premio. El jurado que concedió el primero de la lista de los Cavia estuvo presidido por Antonio Maura, en su condición de académico de la Lengua; José Francos Rodríguez, masón ilustre y director de El Heraldo de Madrid Antonio Royo Villanova, ex director de El Norte de Castilla y, después, activista contra la autonomía de Cataluña, y Mariano Marfil, director de La Época y coronel de Intendencia. Ese jurado le concedía el premio a Dionisio Pérez, republicano federalista y notable en Andalucía por su lucha contra el caciquismo. Quizás por ello, el artículo se titulaba La musa de Joaquín Costa Dionisio Pérez, negro literario de José Canalejas, firmaba como Post- Thebussem su obra gastronómica, que es importante. Cito esos antecedentes porque, en tiempos de gran confusión como los que vivimos, acreditan algo que sigue vivo: el espíritu abierto y conciliador de esta Casa que, siendo vocacionalmente monárquica, nunca repudió a nadie por su manera de pensar. Mariano de Cavia y Dionisio Pérez, el primer Cavia, son claros exponentes. Como decía mi paisano Wenceslao Fernández Flórez que, mejorando los presentes, comparte con mi también paisano Julio Camba la gloria del mejor periodismo parlamentario de la Historia de España, un premio es, para un escritor, una mera anécdota, un sucedido; pero, para un periodista se convierte en fundamento, en algo perpetuo y emblemático La obra del escritor busca la perpetuidad y la del periodista no aspira a trascender más allá de las próximas veinticuatro horas. Fernández Flórez, después de Ramón Pérez de Ayala, fue el tercer Cavia de la lista que agrupa, con escasas ausencias, a los mejores animales de pluma periodística. Hay otras plumas de mayor boato, pero ya son otra cosa. Nosotros ponemos, como mínimo, un huevo diario y ellos, aunque sus huevos sean como los del avestruz, tienen bastante con media docenita por biografía. La Radio fue mi primera gran tentación y, para mi satisfacción, siguen en antena, aunque con distinto protagonismo empresarial, los mismos programas que realicé en 1962 y 1972. La televisión se cruzó por medio. En la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, en la que los exámenes de ingreso y el reducido número de alumnos marcaron un alto nivel, aun sometida a la censura de la época, apareció un cartel que buscaba redactores para TVE. Fui el único en presentarme a las pruebas de admisión. El presidente de aquel tribunal, Victoriano Fernández Asís, sin realizar prueba alguna dijo: Evidentemente, Manuel Martín Ferrand es el mejor de todos los presentados. Queda admitido El director de la Escuela, Juan Beneyto, me reprochó aquella iniciativa: ¿Cómo vas a la televisión que es algo más cercano a la física recreativa que al periodismo? Visto lo que se ve, tenía razón. Así, entre la prensa, la radio y la televisión, he ido gozando de la vida y, siguiendo las enseñanzas del primero de los premios Cavia, Dionisio Pérez Post- Thebussem, tratando de no perder ninguna oportunidad de comer bien. Es decir, con gusto y buena compañía. Por razones cronológicas, tras cincuenta años de ejercicio, he conocido todo un muestrario de posibilidades de ser periodista: sin ninguna libertad, con un poquito de libertad, en libertad vigilada y libérrimamente. Y ahí empiezan mis tribulaciones. El derecho a la libertad de información que reconoce la Constitución y solemos invocar los de mi oficio es un derecho que afecta básicamente al derecho a recibirla que tienen los ciudadanos. Lo genuinamente periodístico, ya que lo de la libertad va de suyo, es la independencia y en eso andamos más confusos. Cuando abordamos la creación de Antena 3 de Radio, hace treinta años, Guillermo Luca de Tena, uno de los pilares sobre los que se construyó aquella empresa, insistía en el valor de la dignidad como pieza de la independencia que debe servirnos de faro. Así consta en su emocionante discurso de inauguración de Antena 3 de Radio de Sevilla. Sobre esos supuestos de la libertad, que nos prestan nuestros lectores, oyentes, espectadores o navegantes de Internet y la independencia que potencia la posibilidad de ser ya que no objetivos honestamente subjetivos, nos encon- tramos ante los cinco sentidos del periodista que enunció y ejemplarizó Ryszard Kapuscinski: estar, ver, oír, compartir y pensar. Pensar es importante. En el tardofranquismo, el pensamiento periodístico amparó y amplificó el de los viejos luchadores por la democracia. La Transición no hubiera sido tan eficaz ni constructiva como lo fue sin ese pensamiento de urgencia que expresaron los medios. Ahora, en el ojo del huracán de una grave crisis, es también imprescindible el pensamiento periodístico. Nuestra crisis, que se integra en la crisis económica global, es también crisis de ideas, de liderazgo y de exigencia ética. Por ejemplo, los tres grandes poderes del Estado viven revueltos. Alguien dio por muerto a Montesquieu y parece que asistimos a sus pompas fúnebres. El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial se centran en la voluntad de los líderes de los dos grandes partidos nacionales y no median entre esos poderes las fronteras que son debidas. Como decía el párroco de mi pueblo, entre santa y santo, pared de cal y canto Pues entre poder y poder, mucha distancia: cuanta más, mejor. L o que los ingleses llamaron el cuarto poder y los teóricos de moda entienden como contrapoder es otro poder, si lo es, que tiende a la promiscuidad con los tres clásicos. De ahí que vuelva a reivindicar la independencia, dando por hecha la libertad, como ambición colectiva e individual para nuestro futuro inmediato. La independencia puede y debe ser solidaria, no es cosa de Robinson Crusoe o alguien parecido. Se puede ser independiente, como Nación, dentro de la Unión Europea y, como ciudadano, en el ámbito de la globalización. Pero, como en el juego de Antón Perulero, cada cual tiene que atender su juego. Y para ello es imprescindible que todos sepamos cuál es nuestro juego. Soy periodista porque, como bien define Gay Talese, en definición que supera todas las demás que conozco, es periodista quien dice serlo, hay una empresa que le reconoce como tal y le paga por ello. El problema reside en que, por su falta de especialización, y sin atender a su juego, últimamente hay empresas que están dispuestas a reconocer a cualquiera.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.