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ABC MADRID 25-08-2013 página 28
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ABC MADRID 25-08-2013 página 28

  • EdiciónABC, MADRID
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28 ESPAÑA DOMINGO, 25 DE AGOSTO DE 2013 abc. es españa ABC Un comisario y un fiscal Anticorrupción, claves en el juicio en Grecia contra la mano derecha de Zakhar Kalashov Los hermanos Shushanashvili El gestor de la caja criminal El capo Lasha Shushanashvili sigue imputado en España, que reclamó su entrega temporal a Grecia. Es el principal implicado de la operación Java, por la que su hermano Khakha permanece en prisión en nuestro país, a la espera de juicio. Siete horas de infarto para condenar al cajero de la mafia rusa CRUZ MORCILLO PABLO MUÑOZ MADRID P asaban las tres de la tarde del 22 de julio y Lasha Shushanashvili, alias el Gordo el cajero de la mafia rusa y por tanto uno de sus principales capos, estaba especialmente tenso en una de las salas de vistas del Palacio de Justicia de Tesalónica (Grecia) Sabía que el comisario de Policía español que llevaba horas declarando en su juicio, a apenas un metro de él, le estaba buscando la ruina con sus explicaciones acerca de la investigación que había seguido contra su red criminal, junto a sus hombres de la Brigada Central de Crimen Organizado. Es uno de los mejores expertos del mundo en la lucha contra la mafia rusa y se notaba. Como testigo de excepción, un fiscal Anticorrupción que acompañó al investigador para apoyarlo y para cumplimentar en persona la comisión rogatoria de los jueces griegos acerca de este individuo. para que testificara el comisario llegó muy pocos días y, en segundo lugar, porque a pesar de tener que declarar contra un vor (capo) de una de las organizaciones más peligrosas del mundo, la Policía helena no dio protección en el primer momento ni al agente ni al fiscal Anticorrupción. Ni siquiera fue nadie a recogerlos al aeropuerto, hasta el punto de que tuvieron que llegar al Palacio de Justicia en taxi. Como anécdota, el vuelo entre Atenas y Tesalónica lo tuvieron que hacer en compañía con algún familiar del Gordo Acusaciones de la Audiencia Nacional que pesan contra Lasha (arriba) Una juez solvente A las nueve y media de la mañana comenzó la vista oral. Cuatro agentes griegos con armas largas vigilaban a Lasha Shushanashvili- -mano derecha de Zakhar Kalashov, que cumple condena en España- -y a las otras dos personas, entre ellas una mujer, que se juzgaban junto a él. Además de con su abogado titular el capo contaba con la ayuda de otro que estaba sentado entre el público, en una bancada que compartía con familiares y amigos del Gordo Ese segundo letrado se levantaba a su antojo para consultar con su compañero sobre cuestiones del juicio. La primera en preguntar al comisario fue la presidenta de la Sala, que demostró haberse estudiado a fondo la causa. Una por una, el jefe policial fue respondiendo a las cuestiones que se le planteaban; cada vez que tomaba la palabra, Shushanashvili se envaraba, consciente de que aquello le acercaba por momentos a una condena segura. Desde su silla, el fiscal Anticorrupción presenciaba la escena, también inquieto porque el ambiente era cortante y porque sabía que no se podían cometer errores. Después de la juez, fue el turno del representante del Ministerio Público heleno. Tras las intervenciones del resto de letrados, y después de un receso, llegó el turno del abogado del cajero de la mafia rusa. Su comportamiento fue extremadamente agresivo; llegó a gritar, una vez más sin que nadie interviniese a pesar de que se trataba de un intento de coaccionar al testigo del que apenas le separaba un palmo de distancia. Tanto él como sus compañeros hacían especial hincapié en las escuchas telefónicas, preguntaban de dón- El hermanísimo Kakhaber Shushanashvili, vor v zakone (ladrón en la ley) como su hermano Lasha, es también uno de sus lugartenientes. Detenido en España en la operación Java está acusado de intento de asesinato, asociación ilícita, blanqueo... Recaudaba dinero para la caja común en varios países de Europa y la controlaba siguiendo órdenes de su familiar. ¿Quién ha sido responsable? De pronto, ocurrió algo que los dos españoles no esperaban. El capo, nacido en Georgia hace 52 años, se puso de pie y clavando su mirada en el policía comenzó a interrogarlo: ¿Quién ha sido el responsable de esta investigación? ¿usted cree que soy el jefe de esos perezosos que detuvieron en España? (en referencia a la operación Java contra la mafia rusa, de marzo de 2010) El ambiente se tensó. Lasha Shushanashvili, que estaba siendo juzgado allí por pertenencia a organización criminal, está acusado también en España de ese delito, de tentativa de asesinato, tenencia ilícita de armas y blanqueo, entre otros. Y ahora lo interpelaba personalmente sin que el tribunal interviniese, pues la legislación griega permite esa posibilidad. Una vez más, la experiencia del comisario le permitió salir airoso del trance, explicando que él había participado en la investigación junto con muchos compañeros; no se arredró e insistió en que el procesado era el jefe de la organización entonces desmantelada. Fue el momento extremo, pero todo lo que había rodeado esa comparecencia ante el tribunal griego resultó inquietante. Primero, porque la citación Tensión en la Sala griega ¿Usted cree que soy el jefe de esos perezosos que detuvieron en España? amenazó el capo al policía de habían salido y dónde estaban los archivos sonoros. Quién los trajo? preguntó desafiante el defensor de Lasha. El fiscal español respondió el policía, pues en efecto ese material formaba parte de la comisión rogatoria cumplimentada en marzo. ¡Pues que declare! solicitó, sin que esta vez la presidenta de la Sala lo permitiese. Mensajes desde La Haya Mientras, el fiscal Anticorrupción recibía sms de su compañero de Eurojust que había sido el artífice de la comparecencia del comisario y que se interesaba, no sin preocupación, de cómo transcurría todo... Era consciente de la situación y de la escasa seguridad. Pero el juicio continuaba. El abogado de Shushanashvili exigió al comisario que le dijese una conversación en la que su cliente diera órdenes con- cretas de tipo criminal. El policía, agotado, dijo que había varias, pero pidió un par de minutos para ver las intervenciones telefónicas. ¡El fiscal (español) es quien le está diciendo que pida ese receso! se quejó en ese momento otro de los defensores. Pero esos documentos existían, como una grabación del 17 de enero de 2010 en la que el Gordo ordena a su hermano Kakha, ahora encarcelado en España, que unos capos dieran una paliza a determinado individuo. El policía relató que su conocimiento de las actividades criminales del cajero de la mafia rusa procedía de las intervenciones telefónicas, pero también de vigilancias y seguimientos que se hicieron a los miembros de su organización en España y, al intercambio con otros servicios policiales. A las cuatro y media de la tarde, después de siete horas de declaración, acabó la sesión. El comisario y el fiscal, esta vez sí, fueron llevados al aeropuerto en un coche policial escoltado por otro. La satisfacción fue completa días después cuando se conoció que Lasha había sido condenado a 14 años. La aventura había merecido la pena.

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