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ABC MADRID 31-07-2013 página 71
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ABC MADRID 31-07-2013 página 71

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 31 DE JULIO DE 2013 abc. es estilo ABCdelVERANO 71 BAYREUTH Estreno de Sigfrido de Frank Castorf, ayer en Bayreuth EFE una ladera cercana porque se llevaron el tanque con una grúa. Pero Banksy se negó a auntentificar su trabajo para Mint Currency y el tanque fue finalmente llevado a un desguace. Al conocer que había convertido en un sin techo a Covington, el artista callejero le dio dinero para que buscara un apartamento y le pagó sus facturas durante un año. Después de esos doce meses, Covington se encuentra en una lista de espera para viviendas sociales y ha vuelto a acampar en la ladera. No obstante, Covington solo tiene El artista pagó otra casa Banksy se enteró de la situación que había provocado y pagó un año de apartamento al pobre buenas palabras para Banksy: Fue como un ángel para mí. Nadie como él me ha ayudado tanto en la vida Hasta su encuentro con el artista, Covington había llevado una vida bastante excéntrica, trabajando como mimo para los turistas de las playas californianas, o bien realizando imitaciones de Michael Jackson. Y los siete años que pasó dentro del tanque no perdió el tiempo, precisamente. Lo decoró a su antojo con cantidad de objetos inclasificables y materiales de desguace, y otros de uso común como un generador eléctrico y un televisor, un equipo de sonido y diversos cuadros. Vamos, que casi vivía como un rey. De hecho, en algún vídeo, el amigo Tachowa Covington se cubre la cabeza con una corona. Es más, llegó a disponer de una dirección oficial de correo. El Sigfrido de Castorf, abucheado en Bayreuth La versión dadaísta del director alemán colma la paciencia del público en el templo wagneriano OVIDIO GARCÍA PRADA BAYREUTH ABC Vucaque en la final de Emergenza Los madrileños lucharán con otras bandas emergentes de todo el mundo por ganar la Final Internacional de Emergenza, cuyo premio es tocar junto a los cabeza de cartel del Festival Taubertal en Alemania. Castorf ha vuelto por sus fueros. Y a su afición preferida: la provocación descarada con ironía y sarcasmo. En el sancta santorum wagneriano, por mustio que este esté, se permitió chotearse, esa es la palabra, de escenas y cantos legendarios que gran parte del público desea contemplar en interpretaciones probas y fieles. La escenografía, grandiosa, es una plataforma giratoria con dos decorados. El primero es el roquedo de un Mount Rushmore comunista, con las descomunales testas de Marx- LeninStalin- Mao. El segundo presenta la céntrica Alexanderplatz de BerlínOriental, años 60. Castorf no escatima exabruptos surrealistas. El enano Mime golpea desesperado con un martillo el busto de Marx, cosa que hará después Siegfried con el de Stalin, quizá como indicio de que también estos nuevos dioses serán derribados. La inexistente forja de la espada Notung tiene un resultado dual: un kalashnikov y un espadón salido de la nada. La escenificación del primer acto es sólo castorfiano en lo accidental: ídolos comunistas, kalaschnikov... El público lo despachó con bravos. La inclusión masiva de aleatorios aditamentos sarcásticos desequilibró los actos siguientes, carentes de línea dramática, y provocó dos clamorosos abucheos. Un Siegfried fusilero abatió a Fafner con una atronadora ráfaga de kalashnikov, que difundió olor a pólvora por toda la sala. Luego se en- saña con Mime, y después asalta a la joven cantarina que le puso en la pista de Brünnhilde. En el tercer acto, la caracterización de Wotan y Erda como dos degenerados burgueses ebrios y el ridículo surrealismo del cántico amoroso final. Siegfried rehúye a su ardorosa amante con traje de novia, mientras al lado se aparean lascivos dos grandes cocodrilos. Luego, uno se acerca a Siegfried, que le da por bocado una sombrilla de sol, y el otro engulle a la emplumada bailarina carioca (pájaro del bosque) Estas y otras trasnochadas acotaciones de corte dadaísta colmaron la paciencia del público. Si al final Castorf sale a saludar, la sala se viene abajo. La prestación musical vocal fue notable; la orquestal, sobresaliente. Kirill Petrenko se afianza como la estrella de este Anillo Su batuta no pierde el control, sabe ser intimista y hacer estallar la orquesta en erupciones moduladas con primor. Impolutas la trompa y el corno inglés en los solos del segundo acto. Celestiales las irisaciones cromáticas de la cuerda en el despertar de Brünnhilde (C. Forster) límpida en la mezzavoce, firme y clara en los agudos. Conmovedor el Fafner moribundo de S. Coliban. B. Ulrich con canto ágil, dinámico y comediante. Lance Ryan (Siegfried) con voz timbrada, mantuvo el vigor hasta la eclosión final. Robustos G. Koch (Wotan) y M. Winkler (Alberich) cristalina y seductora M. Hagen (pájaro del bosque) Nunca me ha interesado la completa armonía asevera Castorf inmutable. Es posible narrar una historia de una forma más compleja sin violar el original. Y eso es lo que estamos tratando de hacer aquí, lo que Wagner denominaba terrorismo artístico Por tanto, este proseguirá ya sin rumbo... en Wall Street.

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