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ABC MADRID 12-07-2013 página 102
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ABC MADRID 12-07-2013 página 102

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VIERNES 12.7.2013 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.626 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. EL VERANO, TODOS LOS VERANOS Altea VISTO Y NO VISTO El reino de los cantos rodados Al veraneante le recibe un material inhóspito, duro. Al principio puede resultar incómodo de pisar. Luego, ya no lo cambias por nada. Todos lo mitifican IGNACIO RUIZ- QUINTANO HONRAS El tertuliano es católico por dentro y protestante por fuera, y se escandaliza de que los partidos peguen toques E Altea, 1971. El puerto de fondo la Sierra de Bernia al con la ciudad alicantina, ea, 2013. Seis kilómetros de acantilados y costa con cala cinco estupen s, das playas Alt CAROLINA PUNSET A tiro hecho Dónde comer En el casco antiguo: La Claudia cocina elaborada con magníficas vistas. Xef Pirata muy buena relación calidad- precio. El Castell con horno de leña. En el paseo marítimo: La Tasquita marinera pescado y carne de primera calidad. La casa gallega (excelente marisco) El paladar delicatesen a precios asequibles. l río Algar nace en la sierra del Ferrer. A lo largo de los siglos sus aguas cristalinas han arrastrado las piedras de canto rodado que conforman la peculiar playa de Altea. Llegar a su desembocadura es desembarcar en un paraje natural peculiar. Una zona húmeda que se ha convertido en un refugio de aves con nombres que a mí me suenan a poesía, será porque tiendo a idealizar los regalos que nos brinda la naturaleza. Vencejos, golondrinas, calamones, garzas, patos colorados, gavilanes y tantos otros seres asombrosos conviven con todos los que deciden darse un chapuzón. En contraposición a la masificación de las playas de arena de nuestros vecinos, donde los bañistas pelean por conseguir un espacio diminuto entre tarteras y aceitosos bronceadores, lo que llama la atención de la playa de Altea es que es uno de los pocos lugares de la primera línea mediterránea que se preserva de la edificación masiva, en la que te mueves sin aglomeraciones y con libertad. Hoy en día, con tanta reglamentación, alivia encontrar un lugar de emancipación en el que poder respirar. Nada más llegar pisas un material en principio inhóspito, duro, que, sin embargo, se transforma con el uso en E Qué visitar El casco antiguo (declarado conjunto histórico artístico) La pequeña localidad de Altea la Vella, a 4 kilómetros de Altea. El paraje natural del río Algar: un paseo de 10 kilómetros que cuenta con una importante reserva ornitológica) El Fort y el Forat, espectaculares vistas desde lo más alto de la sierra de Bernia. un hito del paisaje. Todos los que vivimos en Altea mitificamos el canto rodado. Al principio puede resultar incómodo de pisar. Luego, ya no lo cambias por nada. Las enormes extensiones de piedras que han sido gastadas por siglos de rodar y rodar tienen algo zen, tranquilizador. No manchan, no se pegan a la piel, y cuando te dejas llevar y decides descansar tu cuerpo en ellas, te transmiten no solo calor, sino energía y vida propia. Tienen en común con nosotros, el ser humano, ser todas parecidas y, al mismo tiempo, todas únicas y diferentes. La mirada se pierde en una infinita gama de blancos y grises. Y lo mejor es tocarlas con los dedos de las manos. Se despiertan entonces todos los sentidos porque el tacto de ese canto que avanzó y saltó por el río hasta llegar a la playa en la que me encuentro es lo más suave y aterciopelado que haya acariciado jamás. Con el paso del tiempo, siguiendo su camino, el canto rodado limó todas y cada una de sus asperezas, todas y cada una de sus aristas, hasta llegar a ser sencillamente perfecto. Supongo que eso es precisamente lo que tenemos que hacer nosotros, las personas, vivir, andar, rodar, darnos golpes, aprender para intentar ser cada vez un poco mejores, un poco más suaves, como el tacto de esa deslumbrante piedra. Asombra la perfecta y milagrosa combinación de ese mar de curvas. Todas, después de muchos siglos, se ajustan en armonía las unas con las otras. En cambio nosotros, las personas, cuando nos juntamos no encajamos, y muchas veces, si nos rozamos, incluso nos cortamos. En realidad, ese mar de cantos rodados no deja de ser un modelo de convivencia en el que deberíamos inspirarnos. MAÑANA, Peñafiel n la antigüedad la honra se ocupaba de los asuntos de cintura para arriba, y la honestidad, de los asuntos de cintura para abajo. Hoy todo es lo mismo, y un madrileño se tiene por honesto y honrado sólo con salir a la calle con shantis o chubbies y en chanclas, o sea, enseñándolo todo, incluidas las uñas, símbolo de la codicia, con esos hongos que bailan el moonwalk como pidiendo a gritos crema del doctor Scholl. Madrid es una ciudad policial para la cosa de las costumbres (multas salvajes por beber, por fumar o por cantar) y esta indumentaria es la forma que tiene el madrileño de decir, a la policía, que no lleva nada encima, y al vecino, que es honrado. Por lo que tengo observado, detrás de tantos chubbies y chanclas del madrileño común lo que hay es polvo de estrellas, es decir, narcisismo aprendido en los festejos del orgullo gay, aunque esto nos llevaría al Freud que, cuando los rojos no llevaban sombrero dijo en Nueva York: ¡Ah... ¡La vida es un sombrero nuevo! Pero aquí el tertuliano ya no se conforma con un sombrero nuevo: quiere un gobierno nuevo, aprovechando los apuntes de Bárcenas. Este sentido reverencial del dinero que saca a relucir el tertuliano es una cosa protestante con la que, allá por los 30, don Ramiro de Maeztu dio mucha lata en El Sol El tertuliano es católico por dentro y protestante por fuera, protestantismo de pose que lo lleva a escandalizarse cuando descubre que, para llegar a fin de mes, los partidos, lo mismo que los paisanos, pegan toques que luego no declaran. ¿No habíamos quedado en que los partidos son los genuinos representantes del pueblo? ¿No era Madoff contribuyente del partido de Obama? Gonzalón cayó por llevarnos a la cárcel de Guadalajara; Aznar, por llevarnos a la guerra; Zapatero, por llevarnos a la ruina... ¿Hay que tirar al gobierno por los apuntes de Bárcenas? Como protestante, sí, pero a condición, como católico, de que no venga otro gobierno.

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