ABC MADRID 10-07-2013 página 46

46 FAMILIA MIÉRCOLES, 10 DE JULIO DE 2013 abc. es familia ABC La muerte de menores por ahogamiento se puede evitar El director de la Escuela de Salvamento y Socorrismo enumera los cuidados a seguir LAURA PERAITA MADRID ¿Manguitos o flotador? Lo más recomendable es el uso de manguitos de corcho, que deben ajustarse bien en los brazos y no se pinchan Con el flotador se corre el riesgo de que su diámetro sea más grande que el cuerpo del niño y pueda hundirse, o que le impulse a darse la vuelta, con la cabeza dentro del agua. En las burbujas debe ajustarse perfectamente el cinturón, si no el niño irá al fondo de la piscina. El chaleco da mucha estabilidad vertical, y cubre una mayor parte del cuerpo, pero mal abrochado tapa la cara del niño. Desde el inicio del mes de julio y en tan solo una semana veinte personas han fallecido ahogadas en piscinas, playas o ríos de España, ocho de ellas niños. Son cifras terribles, sobre todo porque son muertes que se podían haber evitado asegura Alberto García Sanz, director de la Escuela Española de Salvamento y Socorrismo La mayoría de las veces se producen por descuidos y falta de precaución. El ahogamiento es la segunda causa de mortalidad infantil en nuestro país, estando en primer lugar los accidentes de tráfico, contabilizados durante todo el año, mientras que los fallecimientos en el agua se concentran fundamentalmente en los tres meses de verano Para evitar estas muertes, sobre todo en menores, Alberto García recomienda a los padres un absoluto control de sus hijos mientras se bañan. Nunca hay que bajar la guardia. Ni un solo instante advierte Hay que tener en cuenta que, incluso, una piscina hinchable de veinte centímetros de alto puede ser una trampa mortal. Es un peligro dejar a un bebé de año y medio sentado y jugando en el agua. Basta con que el niño se resbale y no pueda ponerse de pie, o darse la vuelta si se ha caído boca abajo, para que en cuestión de minutos pueda morir Los descuidos solo se evitan bajo la vigilancia de los adultos La mayoría de los ahogamientos de menores se producen en piscinas privadas. Para evitarlo, hay que colocar una valla a media altura que imposibilite el acceso del pequeño a la piscina, y si se baña, tanto si sabe nadar ABC Vigilancia absoluta Una piscina hinchable de 20 cm de alto puede ser una trampa mortal para un bebé si no es vigilado como si no, debe estar con un adulto. En las piscinas públicas no se debe confiar en que como hay un socorrista será él quien vigile al menor. Él estará todo lo atento que pueda, pero si hay trescientas personas siempre hay que estar pendiente de lo que hacen en el agua los hijos. La responsabilidad de los menores es de los padres En espacios naturales, nunca bañarse si no hay bandera verde, y antes de meterse en el agua, mejor localizar la posición del socorrista por si hay una emergencia, y mejor aún pregun- tarle por posibles zonas de corrientes para alejarse de ellas apunta García, quien añade que no hay que confiarse con los ríos a los que nos llevaban nuestros padres de pequeños, porque el litoral cambia y puede resultar peligroso Otros consejos que no hay pasar por alto son: ducharse antes del baño, por higiene y por aclimatar la temperatura del cuerpo para evitar un shock que nos haga perder el conocimiento dentro del agua; hacer dos horas de digestión en las comidas, y hora y media en desayuno y merienda, ya que los síntomas en seco al jugar al fútbol, por ejemplo, no tienen mayor importancia que el malestar, pero en el agua ponemos en riesgo nuestra vida. familia 360 Proteger los ojos del sol desde niños omos conscientes de que el sol, aunque fuente de vida para nuestro planeta, también puede dar lugar a problemas, por lo que debemos protegernos de una exposición prolongada. Ninguno dejaría que sus hijos estuvieran este verano al aire libre sin utilizar gorras, cremas con factor de protección adecuado o camisetas para proteger su piel de la quemadura solar. Pero, sin embargo, no siempre nos damos cuenta de que los ojos también son sensibles a esta radiación, siendo especialmente peligrosa una parte de ella: la radiación ultravioleta (UV) solo parcialmente filtrada por la atmósfera. El UV es invisible para nosotros, de elevada intensidad energética, y siempre está presente, aunque esté S POR SARA BUENO FERNÁNDEZ PROFESORA DEL GRADO EN ÓPTICA, OPTOMETRÍA Y AUDIOLOGÍA UNIVERSIDAD CEU SAN PABLO nublado. Esta radiación es un 10 más intensa por cada mil metros que subimos sobre el nivel del mar, y también aumenta según nos acercamos más al ecuador. El ojo tiene un sistema natural para protegerse del UV y que no dañe su parte más delicada, la retina. Córnea, pupila y cristalino actúan como filtros naturales, ayudados por párpados y cejas. Pero esta protección no es totalmente efectiva en los más jóvenes, ya que sus ojos están menos preparados para protegerse que los de un adulto. El efecto de esta radiación produce problemas inmediatos (quemaduras, eritemas, conjuntivitis, queratitis, dolor, fotofobia) y a largo plazo, por acumulación del efecto nocivo de la radiación (alteracio- nes en esclera y conjuntiva, cataratas, degeneración macular) Las cataratas producen una pérdida de visión reversible (mediante cirugía) pero los daños en la retina son irreversibles. Es fundamental proteger los ojos desde la infancia con gafas de sol, pero no todas son adecuadas. Hay que asegurarse de que cumplan los requisitos de calidad, lleven la marca CE, filtren el 100 del UV y no distorsionen los colores. En establecimientos sanitarios nos asesorarán sobre los tipos de filtro más adecuados para cada uso (nieve, sol, mar) y también podrán graduarse la vista, si es necesario. Solamente proteger siempre los ojos frente al sol nos proporcionará garantía de salud visual.