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ABC MADRID 10-07-2013 página 44
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  • EdiciónABC, MADRID
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44 FAMILIA MIÉRCOLES, 10 DE JULIO DE 2013 abc. es familia ABC Pegar una bofetada a un hijo puede costar la cárcel a los padres Cada vez hay más casos de adolescentes que denuncian en los juzgados a un progenitor porque se le escapa un cachete o un insulto M. J. PÉREZ- BARCO MADRID ¿N o es desproporcionado que un padre se enfrente a un año de cárcel por dar una bofetada a su hija? Esta es la pregunta que se hace María José Andrés, la abogada de un progenitor zaragozano que está a la espera de que esta semana un juez se pronuncie sobre un delito de violencia doméstica del que se le acusa. El padre propinó una bofetada a su hija de 16 años con la intención de corregir su actitud de rebeldía. Ella le exigió que pagara los 140 euros que costaba la pantalla de su móvil, que se había estropeado explica la letrada Ante la negativa del padre, la hija comenzó a insultarle y a dar golpes, hasta el punto de que rompió una puerta. Mi cliente ha reconocido que le dio una bofetada para corregir ese comportamiento. Pero el fiscal pide la pena máxima de un año de prisión y tres años de alejamiento y de privación de comunicación por un delito de violencia doméstica A María Jesús no le cabe en la cabeza, más aún cuando no se ha producido ningún tipo de lesión. Casos como este ya no son tan extraños en los juzgados, como reconocen algunos abogados consultados por ABC. Hay cierto incremento de denuncias de los hijos hacia los padres porque al progenitor se le escapa un cachete, una bofetada o insultos. Suelen denunciar adolescentes de 13 a 17 años afirma Gonzalo Pueyo, presidente de la Asociación Nacional de Abogados de Familia. Si ya casi nadie duda de que la letra con sangre no entra y de que los menores tienen derecho a denunciar y reclamar, lo que está en juego muchas veces es hasta dónde pueden corregir los padres a sus hijos en determinadas situaciones y dónde se encuentra el límite. Y a la luz de algunas investigaciones que se han realizado, muchos progenitores lo tienen claro a pesar de lo que diga la ley y de lo que recomienden pedagogos y psicólogos. En un reciente estudio se preguntó a más de mil universitarios españoles si a la edad de 10 años les habían pegado algún cachete: el 60 dijeron que sí. Una cifra que coincide con una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de 2005, uno de las pocas que existen sobre este asunto: seis de cada diez adultos (59,9 creen que dar un azote a tiempo a los más pequeños evita mayores problemas en el futuro. Cambios legislativos En España los padres ya no pueden corregir moderada y razonablemente a sus hijos, como rezaba en los artículos 154 y 268 el Código Civil. De esta forma, acciones como un cachete o una bofetada tenían cierto respaldo legal. Estos artículos fueron derogados en 2007 en una disposición adicional de la ley de adopciones internacionales. En su lugar, el nuevo texto que regula la patria potestad no solo elemina la posibilidad de corregir con un azote a los hijos, sino que indica cómo los padres deben reprenderles: Con respeto a su integridad física y psicológica y de acuerdo con su personalidad Ahora, el hecho de pegar un cachete o una bofetada a un hijo constituye Un estudio entre universitarios demostró que el 60 habían recibido un cachete o bofetada de sus padres a los diez años

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