ABC MADRID 02-07-2013 página 14

14 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA MARTES, 2 DE JULIO DE 2013 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU REY DEL POLLO A L AST A Ramoncín le ocurre con la militancia independentista lo que a los nuevos fichajes del Barcelona: necesita un tiempo de adaptación L O de Ramoncín parece una versión paródica de la mudanza que otro madrileño, José Bergamín, hizo al independentismo vasco. En los ochenta, en los años de plomo. Acaso Bergamín pensara, como Alberti, que los de la guerra fueron sus años más hermosos, aquéllos en los que más se divirtieron: ¡La Belle- Époque! Así, un reflejo terminal habría animado a Bergamín a buscar, entre las mismas montañas que Otegui exige preservar hasta de internet, un Shangri- La utópico en el que aún se combatía. Y del que obtuvo un perfecto entierro de gudari que superó el de poeta, aficionado a los toros y acumulador de derrotas que le habría ofrecido Madrid. Lo comprendo. De poder elegir, yo querría ser enterrado como héroe victoriano, aunque sólo fuera para ser transportado por White Hall en armón, entre gaiteros y altivos gorros de piel de oso. Ramoncín ha decidido no resignarse a los pocos estímulos que hay en la voluntad de ser España. A este lado no existe ni un espacio emocional en el que juntarse a prender mecheros durante un concierto. A mí me viene bien, porque estoy en una fase perezosa, de apetencia de soledad, en la que no me veo persiguiendo destinos colectivos con la música alta. Ni besos de la victoria como el de Times Square me apetecen ya. Estoy extinguido, como buen castellano que no aspira a reinventarse como otra cosa. Pero a Ramoncín le queda una brasita interior que ha puesto a disposición de otro Shangri- La nacionalista, al que se ha marchado a ofrecer auxilio como Sting a los indígenas de la deforestación amazónica. Ése fue el gran error de Ramoncín, por el que lo abuchearon en el campo del Barcelona. En su saludo, como si no recordara qué sermón redentor le tocaba esta semana, mezcló Cataluña con Palestina, como un nuevo Bartolomé de las Casas que se propusiera encontrar el alma de unos buenos salvajes oprimidos por los españoles. Y la raíz burguesa del nacionalismo catalán lo chifló con ganas. Una cosa es pedir libertad, y otra muy distinta pasar por pobres. Luego aludió a la república española, y entonces sí que fue evidente que a Ramoncín le había hecho cortocircuito la gramola de los motivos de compromiso. Por poco no acabó dando vivas al Tibet libre y al subcomandante Marcos. Hay que comprenderlo. No es fácil. Un oriundo de Vallecas puede levantarse por la mañana y decir, Mira, me voy a hacer independentista catalán, como Dyango Pero tampoco es que den un cursillo. A Ramoncín le ocurre con la militancia independentista lo que a los nuevos fichajes del Barcelona: necesita un tiempo de adaptación para integrarse en los automatismos del juego. Dice que anhela instalarse en la capital de una Cataluña independiente. Su elección de causa le impondrá por tanto un cambio horario menos abrupto que el de Willy Toledo. COSAS MÍAS EDURNE URIARTE ENTRE MESSI Y SERGI AROLA Hasta los socialistas se olvidan de que lo son y a la derecha le fallan sus principios fiscales de izquierdas UANDO los profesores de Ciencia Política buscamos para nuestros alumnos ejemplos de respuestas mentirosas en las encuestas, siempre pensamos en asuntos como el racismo, la tolerancia, la igualdad de sexos, es decir, los habituales de la corrección política. Se nos olvida normalmente uno aún mejor en el que miente hasta el encuestador, la conciencia fiscal. No hay más que repasar las encuestas sobre este tema para comprobar que no hay manera de encontrar siquiera preguntas políticamente incorrectas, no vaya a ser que se ponga en un aprieto al encuestado y perturbemos la verdad socialdemócrata suprema. Una verdad socialdemócrata a la que son fieles los propios socialistas y la mayor parte de la derecha, tanto los votantes como los dirigentes, comenzando por el propio ministro de Hacienda, socialdemócrata sin par en esto de la fiscalidad. La verdad socialdemócrata del Estado inmenso e interventor que tenemos la obligación moral y la responsabilidad ciudadana de sostener con nuestros impuestos. Que es lo que todo el mundo contesta disciplinadamente cuando se le pregunta. Otra cosa es cuando se tiene que pagar o cuando nos ponemos a valorar sin los controles de la corrección política. Entonces, hasta los socialistas se olvidan de que lo son y a la derecha le fallan sus principios fiscales de izquier- C das. Y se ponen unos cuantos, por ejemplo, a defender a Sergi Arola y su derecho ciudadano a tener deudas con Hacienda mientras demonizan, sin embargo, a Hacienda por el empeño en cobrarlas, eso mismo que exigen con tanta pasión en las encuestas. Que todo el mundo pague disciplinadamente sus impuestos porque lo contrario es de insolidarios y malos ciudadanos. El fiasco de Hacienda con la Infanta ha contribuido algo a excitar los ánimos. Pero más como una excusa que otra cosa. Puesto que la realidad del trato desigual la conocemos sobradamente. Hasta a Obama, un socialdemócrata a la americana, lo han pillado inspeccionando con especial saña a sus enemigos políticos, por ejemplo, a los del Tea Party. Y en España lo hemos comprobado a través de las distintas amnistías fiscales para los evasores. Y hemos seguido proclamando la verdad socialdemócrata suprema de que ya está bien de perdonar a los deudores. Pero he aquí que salta a los medios el caso de alguien a quien se le aplica lo que exigimos en las encuestas, y tampoco nos gusta. Mejor dicho, nos indigna. ¿Pero cómo es posible que Hacienda se ponga tan rigurosa con alguien que le debe 150.000 euros y otros 150.000 a la Seguridad Social? ¡Por el derecho a tener deudas con Hacienda! Y que cierren los clubes de fútbol, dicen los mismos. Pero resulta que no sólo se está haciendo tal cosa sino que a Messi le ha caído una muchísimo mayor que a Sergi Arola. Y esa misma mayoría ha aplicado lo del tupido velo para Messi. Los del Barça porque se lo perdonan todo y los del Madrid por si acaso le toca a una de sus estrellas. Y los demás, por si les cierran sus clubes, que están de deudas con Hacienda hasta las cejas. Mientras que todos ellos, los aficionados al fútbol en este caso, también son rigurosísimos ciudadanos cuando se trata de valorar las obligaciones de las grandes empresas o de los famosos que no sean sus ídolos de fútbol. Si Messi fuera pongamos que un empresario, lo habrían querido en la cárcel, y, desde luego, en la pira pública. Y si Arola fuera pongamos que un político, estaría crucificado. Se trata de nuestro agujero negro de la conciencia fiscal y consiste en que la verdad socialdemócrata se aplica según y para quién.