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ABC MADRID 15-06-2013 página 74
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  • EdiciónABC, MADRID
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74 DEPORTES Fútbol Copa Confederaciones SÁBADO, 15 DE JUNIO DE 2013 abc. es deportes ABC Ha pasado de ser un estadio popular y masivo de 175.000 espectadores a un recinto amplio y cómodo de 78.900 MARACANÁ La leyenda se estiliza ARTURO LEZCANO RÍO DE JANEIRO E sa gigante circunferencia que destaca en el paisaje desde cualquier avión que aterriza en Río de Janeiro sigue llamándose Maracaná. Pero como le pasa a Wembley o a San Mamés, el nuevo estadio, reformado, casi reconstruido sobre el antiguo, conserva el nombre pero poco queda del viejo. Si acaso, el olor a templo futbolístico. Aunque para refrendar la mística antes tendrán que pasar años e historias. La primera podría ser una final entre Brasil y España en la Copa Confederaciones que empieza hoy. El cuadro parece hecho para esa cita. Pero Maracaná, precisamente, no entiende de pronósticos. En la final del Mundial de 1950, al poco de inaugurarse, Uruguay le dibujó un aura maldita para siempre. El estadio más grande del mundo desde entonces llevaría marcado el trauma de haberse preparado para una fiesta de 175.000 personas que terminó en desgracia: Brasil 1- Uruguay 2. El célebre maracanazo de Ghiggia, Schiaffino y Obdulio Varela sigue retumbando en el nuevo estadio. Llueven tópicos estos días sobre Maracaná y arrecian las historias sin más asidero que la tradición popular. Es una pena que ya no esté la fachada pintada de azul celeste decía Rosana López, una voluntaria uruguaya, mate en ristre, el pasado sábado en el entrenamiento de la avanzadilla de los miles de chicos que llegan dispuestos a trabajar gratis. Fue una apuesta: si ganaba Brasil se pintaba el estadio Centenario de Montevideo de verde y amarillo, y si lo hacía Uruguay Maracaná se pintaría con nuestros colores Hoy el exterior de Maracaná es gris. La pintura de la fachada no fue lo único que voló con la reforma. Para empezar, as cadeiras cativas poético nombre que se podría traducir como asientos perpetuos Cuando se construyó en 1950, cientos de familias aportaron capital comprando su localidad para siempre, no solo en usufructo en vida, sino que se transmitía a hijos y nietos. En 2010, se acabó lo que se daba para los dueños de las 4.968 butacas privadas, que ya no podrán usarlas en los grandes eventos, aunque serán indemnizados con el valor de las entradas de los partidos a los que no puedan acceder. Para llegar a la inauguración de hoy Maracaná ha atravesado un atribulado camino. En septiembre de 2010 se cerró con un triste empate a cero entre Flamengo y Santos. Al cumplirse un año de obra los trabajadores pararon para reclamar mejoras en sus condiciones. Cuando se solucionó el conflicto, una comunidad de indios colindante al estadio hizo de su resistencia al desalojo una bandera. Finalmente fueron desalojados por la fuerza en abril. En mayo llegó su primera apertura al público, tres años y 400 millones después. Somos privilegiados por vivir esto. Y puedo decir que está todo en perfecto estado decía Ronaldo tras jugar una pachanga con sus amigos frente a los de Bebeto. Era una manera de desmentir al secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, que dijo: A los brasileños hay que darles una patada en el culo para cumplir los plazos. Ahora, con el cemento más seco, llega la Confederaciones. Se confirmará lo que ya se vislumbró en ese partido: que Maracaná ahora es una arena, como dicen los brasileños, más amplio para el espectador, menos masivo (78.900 espectadores) y con una idea inédita en el fútbol sudamericano. Queremos que ir al estadio sea un acto de entretenimiento, una jornada para disfrutar toda la familia afirma el director de operaciones del Comité Organizador del Mundial y la Confederaciones, Tiago Paes. El viejo era arcaico y desde la grada más barata casi ni se veía. Esto ya es otra cosa comentaba un aficionado del Vasco da Gama al salir del partido. Para unos, le da la oportunidad a Río de capitalizar su símbolo, que también albergará la apertura de los Juegos Olímpicos de 2016. Para otros, despoja al recinto de su espíritu, pues se ha otorgado su explotación no a alguno El nuevo Maracaná, remozado por dentro y por fuera Uruguay ganó a Brasil la final del Mundial 50 en Maracaná de los clubes de la ciudad sino a un consorcio de empresas que devolverá al Estado en los próximos 30 años menos de una quinta parte de lo invertido. Hay todo tipo de protestas alrededor de Maracaná. Hay quien incluso en su día montó una plataforma en internet cuando se supo que en la Con- ABC El nuevo estadio Albergará la apertura de los Juegos Olímpicos en 2016 después de tres años y 400 millones de inversión federaciones Brasil solo jugaría en su casa si llega hasta la final. Y en una de las hipótesis más probables sería contra España. El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, puede estar tranquilo, no es Argentina. Hace tres días dijo que ya se imaginaba una final en el Mundial de 2014 entre los dos gigantes sudamericanos: Si nos ganan, me suicido apuntó, abonando la tesis fatalista del estadio símbolo de un país de 200 millones de personas y, como queda claro en la historia, casi 200 millones de hinchas con Maracaná, el nuevo y el viejo, con su orgullo y sus traumas, atravesado en el pecho.

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