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ABC MADRID 09-06-2013 página 19
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ABC MADRID 09-06-2013 página 19

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 9 DE JUNIO DE 2013 abc. es PRIMER PLANO 19 los partidos Democracia interna, reforma electoral, financiación... La mayoría de los manifiestos para regenerar los partidos políticos citan estos términos, que también salieron a la palestra en el debate entre Uriarte, Molinas, Juaristi y Otero Novas en la Casa de ABC FERNANDO ROJO FOTOS: ERNESTO AGUDO n los últimos años, y sobre todo en los últimos meses, numerosas instituciones civiles han lanzado propuestas para regenerar nuestro sistema democrático. Muchas de ellas coinciden en que hay que empezar por reformar los partidos políticos, sumidos en una deriva de descrédito y cada vez más alejados de la sociedad civil. Hace apenas unos días, se presentaba la última de estas propuestas, bautizada como El manifiesto de los 100 Por eso, invitamos a uno de sus impulsores, César Molinas, a intercambiar ideas en un debate moderado por el adjunto al director de ABC Alfonso Armada con otras tres autoridades en la materia: José Manuel Otero Novas, Jon Juaristi y Edurne Uriarte. -Alfonso Armada: ¿Qué hacemos con los partidos políticos? ¿Hay que reformarlos por ley? ¿Cómo debemos elegir a sus candidatos? César Molinas: Los partidos políticos son consustanciales con la democracia. Pero además de ser maquinarias electorales, deberían ser canales de participación política. Lo son en Estados Unidos. En España, porque en la transición pesaba muchísimo el recuerdo de la inestabilidad de la Segunda República, se decidió dar mucho poder a la cúpula de los partidos, en detrimento del debate político interno y de la meritocracia. Se primó la estabilidad sobre otras consideraciones. Y España tiene un régimen político democrático extremadamente estable. Se han completado casi todas las legislaturas, no se ha podido derribar ningún Gobierno en el Parlamento... Un nueve alto sobre diez en materia de estabilidad, pero con el tiempo este proceso de partidos controlados por las cúpulas ha acabado teniendo muchísimos inconvenientes. Actualmente son instituciones que luchan por la propia supervivencia. Todos los partidos del mundo lo hacen, pero acostumbran a acompañarlo con algún proyecto para la ciudadanía, cosa que no se da en España. E José Manuel Otero Novas: En 1963 entré en el primer partido político de mi vida, la Democracia Social Cristiana, liderada por José María Gil- Robles. Empecé a asistir a las reuniones, y un día planteé: ¿Aquí por qué todo lo decide don José María? Y me dijeron lo que se decía entonces: Es que estamos en la clandestinidad Hice un papel para decir que una democracia con partidos no democráticos no es de verdad, no existe. Y cuando íbamos a hacer la Constitución, un día le saqué a Adolfo Suárez el papel, que le había entregado a Gil- Robles quince años antes, y propuse una frase que hoy está en la Carta Magna: aquello de que su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos Suárez automáticamente dijo: Tienes razón Y yo me fui a dormir feliz y me dije: He salvado la democracia Pero después, cuando fui al Congreso y vi que uno levantaba un dedo y todos votaban lo mismo, me dije: No, no hemos salvado la democracia No obstante, creo en los partidos políticos. Son inevitables como las tormentas. Son una desgracia, pero hay que mejorar y se pueden mejorar. Edurne Uriarte: Creo que este debate que tenemos aquí, como los que está habiendo en diversos medios de comunicación y en mesas redondas en los últimos meses, deriva de un determinado diagnóstico que se está haciendo de la democracia y que hay que revisar. Se está dando por supuesto que hay una crisis de la democracia y que hay un problema de los ciudadanos con el funcionamiento del sistema democrático. A partir de ese supuesto, se están dando una serie de soluciones alternativas. ¿Realmente estamos ante esa crisis de la democracia? Y a mí me parece que la respuesta es que más bien no. Se abre este debate por un dato, el dato del empeoramiento de la imagen de la clase política y de los partidos políticos. Eso es indudable. Ha ocurrido. Pero cuidado con ese dato. Está ocurriendo en todos los países democráticos. Y a veces se habla de ello como si solo ocurriera en España. ¿Quiere decir que todas las democracias están en una grave crisis? Pues yo diría más bien no Porque, si atendemos a otros datos de las encuestas, lo que vemos es que el apo- yo al sistema democrático sigue altísimo en todos los países democráticos. Y que no surgen alternativas o propuestas que hablen de sustituir a los partidos políticos. Luego ¿no estará ocurriendo que estamos haciendo responsable al sistema político de absolutamente todo, incluidas tareas que no le corresponden? ¿O no será que se ha inventado un concepto de ciudadano y de sociedad civil pasivo y no responsable de nada? Jon Juaristi: Estoy de acuerdo con lo que ha dicho César. Las cúpulas de los partidos son demasiado fuertes, se fue a un sistema de centralismo, más cercano a los partidos de la izquierda que a los partidos liberales. Pero frente al autoritarismo de los centros sobrevienen frondas juveniles. Todos los movimientos tectónicos dentro de los grandes partidos han consistido en los últimos tiempos en el derrocamiento de las antiguas cú- César Molinas: Hay que permitir el debate y la circulación de ideas de abajo arriba. Ahora eso no existe J. M. Otero Novas: En las cúpulas de los partidos nunca se discuten asuntos que afecten a los ciudadanos Jon Juaristi: Los jóvenes acuden a los partidos políticos como si se tratara de oficinas de empleo Edurne Uriarte: Discrepo de que no exista democracia interna. En los partidos lo que hay es democracia indirecta pulas y su sustitución por gente nueva. Esta generación que está apartada del poder quiere su parte y además quiere saltarse los plazos. El juvenilismo de la cultura contemporánea está afectando a los partidos. Un miembro de las juventudes de cualquier partido hace 50 o 60 años tenía por delante un largo camino, donde tendría que fajarse en la vida profesional, y al término de ese trayecto biográfico podría ocupar un puesto en el partido. Esto se ha planteado recientemente a raíz de una serie de consideraciones un tanto duras que realizó Ana Botella respecto a las juventudes de su partido, en el sentido en que persiguen un puesto de inmediato. Estos jóvenes acuden allí como si fuera una oficina de empleo. Y cuando la maquinaria de un partido se resiste a convertirse en una oficina de empleo, surge la fronda juvenil. Y eso es lo que está ocurriendo. César Molinas: En esta situación de crisis profunda, económica, institucional y política, lo primero que hay que hacer es cambiar el funcionamiento de los partidos para permitir el debate interno y la circulación de ideas de abajo arriba, que en estos momentos es inexistente. Ni en el PSOE ni en el PP una agrupación puede ponerse en contacto con otras. Eso está terminantemente prohibido. Siempre hay que pasar por arriba. Uriarte: César, discrepo en cuanto al mito de base de vuestro manifiesto para la reforma radical de la ley de partidos de la inexistencia de democracia interna. Porque, si se asume eso, el sistema democrático no es democrático. Por una sencilla razón: porque los partidos tienen mecanismos de democracia indirecta: como el sistema democrático. ¿Qué se hace en el sistema democrático? Se elige a representantes. ¿Qué se hace en los partidos? Las distintas agrupaciones eligen a sus representantes. Esos representantes, a su vez, eligen a otros. Por otro lado, ¿puede una sociedad que no está dentro de los partidos imponer normas de funcionamiento a una organización dentro de la que los ciudadanos no están? Tengo muchas dudas. En el manifiesto se justificaba esta exigencia a par-

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