ABC MADRID 21-05-2013 página 12

12 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA MARTES, 21 DE MAYO DE 2013 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO MOU, ESE HOMBRE Somos un país de una gran capacidad de crítica, una vez que el criticado ya no manda CABA de terminar la Copa. Los jugadores del Atlético han ganado. Con gran alharaca hacen profesión de fe atlética. Una euforia un tanto Actors Studio, pues algunos, como el tigretón Falcao, ya saben que pronto dejarán atrás el Manzanares y golearán para el mejor postor, besuqueando su nueva camisola con idéntica fruición con que ahora besan la rojiblanca. Entre tanto Mourinho acude ceñudo a la sala de prensa. El entrenador portugués concluye su perorata. Ha resultado un canto a su inmenso ombligo, como todas las suyas. Y entonces el locutor de TVE que lleva la emisión, uno de esos rostros grises que forman parte del paisaje desde hace lustros y que no se mojan ni con agua caliente, se viene arriba y endilga un puyazo a Mou por lo que ha dicho. Sabedor de que al entrenador le quedan horas, el informador acaba de desempolvar su espíritu crítico, hibernado durante tres temporadas preñadas de descortesías y rácanas en resultados. Hacer leña del árbol caído es un clásico. Todos nos percatamos raudo de lo que era Mourinho. Todos sabíamos que Blesa estaba creando un lío en su banco. Todos callamos. Al que llaman Mou se le calaba fácil: gesto hosco, estética Tony Manero (ay, esas camisas negras de raso... contestaciones bordes, odio a la prensa, estilo de juego amarrategui, alergia al fair play. Ante la derrota, siempre una barricada de excusas. En su afán por eludir toda culpa, llegó a descubrir asuntos curiosos, como una conjura arbitral universal contra el Madrid, digna de un truño de Dan Brown; o que Casillas, el mejor portero del mundo, era en realidad un señor mayor con problemas de reflejos. Expulsiones, dedos en el ojo, tanganas verbales con medio vestuario. Más de 150 millones en fichajes. Casi diez millones netos por temporada para el prodigioso estratega de Setúbal. Tanto dinero dilapidado, tanta bulla, tanto psicoanalizar al personaje... para una Liga y una Copa. El peor resultado de un técnico que haya estado tres campañas en el Bernabéu. Ha sido la antítesis de todo lo bueno que asociamos al Real Madrid. Pisoteó a conciencia todos los valores cultivados durante décadas para forjar un club diferente. Le dejamos hacer. Podía ser un macarra. Pero era nuestro macarra. Mientras ganase... Al final, tampoco. Se va Mourinho con su espectáculo a Inglaterra. Allá disfrutarán ahora de sus frases epatantes y su nervio arrabalero. También de su pizarra, un saber táctico que dicen único. Para aquí se espera que venga un señor italiano, cincuentón y calmo, Carlo Ancelotti. Su don es su mano izquierda con la caseta. Deja hacer a los divos. Ellos ya saben cómo jugar. Nada nuevo. Es la fórmula que patentaron con éxito y humildad Muñoz, Molowny y Del Bosque: un poco de buen rollo, poner a los mejores y no molestar demasiado. Hay secretos que no deben vulnerarse. Pero voy a romper uno de ellos: si a usted le dan la plantilla del Real Madrid y 150 millones en fichajes, conseguirá los mismos resultados que Mourinho y Ancelotti. Fútbol es fútbol. Ciencia exigua. Se va Mou. Tarde. Tras hacernos a todos un poquito peores. A COSAS MÍAS EDURNE URIARTE LA IGUALDAD DE LOS MEDIOCRES Valenciano, encargada de denunciar que la nueva ley de educación quiebra el principio de igualdad no fue capaz de terminar sus estudios I GUALDAD frente a libertad, así definió el politólogo Norberto Bobbio la diferencia sustancial entre la izquierda y la derecha en la quizá mejor aproximación a la comparación de los dos grandes bloques ideológicos de la política del último siglo. Y lo que ha explicado seguramente el mayor éxito de imagen de la izquierda pues la igualdad parece más cercana a los pobres y débiles que la libertad, quizá un lujo que se permiten quienes ya tienen cubiertas las principales necesidades. O lo que explica que un concepto marxista de igualdad originariamente referido a la lucha contra los efectos de la desigualdad de clase haya acabado en caricaturas tales como la igualdad aplicada a la educación. Tal como lo hace el socialismo español con eso de la igualdad de resultados independientemente de las cualidades y del esfuerzo. El colmo de la caricatura ha sido que sea la número dos del PSOE, Elena Valenciano, la encargada de denunciar que la nueva ley de educación quiebra el principio de igualdad cuando esta líder no fue capaz de terminar sus estudios universitarios, a pesar de lo cual mantuvo durante mucho tiempo unas ambiguas referencias a tales estudios en su curriculum oficial de eurodipu- tada. La paradoja es que a Valenciano no le hizo tanta falta como a los hijos de los obreros eso de finalizar los estudios universitarios precisamente por sus orígenes de clase acomodados. Y es que la mayor ruptura de las limitaciones de la desigualdad de clase la han traído el trabajo y el talento y no las revoluciones comunistas. Lo que explica, por ejemplo, el éxito intelectual e investigador de un país como Estados Unidos que hizo de la meritocracia la esencia de su sistema educativo y de su concepto de vida. En buena medida porque el socialismo jamás cuajó en ese país. El nuestro se ha colocado justamente en las antípodas de la meritocracia y ahí está la explicación básica del fracaso del sistema educativo. Con un socialismo que ha fomentado la igualdad de resultados independientemente del trabajo y del talento a partir de la creencia de que toda desigualdad de resultados es producto de la desigualdad de clase. Y no del trabajo y del talento. Parafraseando a Harvey Mansfield (The Higher Educational Scandal) los progresistas no usan el progresismo para lograr la excelencia, sino que abandonan la excelencia para realizar el progresismo Es cierto que hay una parte de verdad en la idea socialista. Que el nacimiento en una clase acomodada con biblioteca en casa y dinero para estudiar en colegios extranjeros es una ventaja de partida indudable. Pero hacer de eso la piedra angular del sistema educativo es el gran error que ha acabado en el menosprecio de la meritocracia. Y en esta traca final de la movilización contra una nueva ley porque eso de exigir resultados, es decir, más aprobados, iría contra los pobres y no contra los malos estudiantes como Valenciano. Hasta al mismo Alfredo Pérez Rubalcaba le ha debido de parecer algo pintoresco lo de rebelarse contra el esfuerzo y el estudio. De ahí que haya decidido que lo verdaderamente malvado de la nueva ley está en la asignatura de Religión. En que sea evaluable lo mismo que las otras dos asignaturas opcionales. Y es que la idea de la igualdad de los resultados de los buenos y malos alumnos comienza a chocar hasta a los propios socialistas.