ABC MADRID 15-05-2013 página 46

46 TOROS Feria de San Isidro MIÉRCOLES, 15 DE MAYO DE 2013 abc. es toros ABC El confirmante Alberto López Simón sufrió un volteretón y acabó metido entre las patas del toro, como se ve en esta impactante imagen PALOMA AGUILAR Con toros flojos, la Fiesta se hunde Los tres toreros intentan justificarse, cada uno con sus armas, frente a una corrida mansa y descastada ANDRÉS AMORÓS MADRID MONUMENTAL DE LAS VENTAS Martes, 14 de mayo de 2013. Sexta corrida. Casi lleno. Toros de Puerto de San Lorenzo, mansos, flojos, descastados. EL CID, de malva y oro. Estocada y descabello (silencio) En el cuarto, pinchazo y estocada trasera (palmas) DANIEL LUQUE, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada trasera (silencio) En el quinto, estocada caída (saludos) LÓPEZ SIMÓN, de blanco y plata. Cinco pinchazos, estocada y descabello. Aviso (saludos) En el sexto, dos pinchazos, estocada y tres descabellos. Aviso (saludos) uando los toros flojean, se derrumban, en Las Ventas no hay nada que hacer. Así sucede con los del Puerto de San Lorenzo, que encrespan con razón al personal. El segundo es un absoluto inválido, se equivoca el presidente al mantenerlo y la tarde ya se tuerce definitivamente; tercero y cuarto se mueven más, permiten algunos muletazos pero sin emoción. Todos mansean, hacen muy pobre pelea en varas; varias veces, la suerte se simula; embisten al capote echando las manos adelante; a la muleta, rebrincados... Los tres diestros intentan justificarse, cada uno con sus armas, pero aquí, con estos toros, no cabe el éxito. En vísperas del santo patrono madrileño, comienzan las lluvias; aunque varias corridas hayan sido soporíferas, la Plaza sigue estando casi llena. Con- C tinúan las confirmaciones de alternativa. Esta vez, el madrileño López Simón, que tuvo mala suerte al tomarla, en Sevilla, hace un año, fue herido gravemente. Esta tarde, se gana al público madrileño por su valor impávido. El primer toro es manso, flojo, huido. Lo cita haciendo el poste y sufre un volteretón (no era lo adecuado) De rodillas, consigue muletazos templados. Problema técnico: empeñado en la verticalidad, manda poco, no domina suficientemente la embestida. Y se muestra como un pinchaúvas, en la suerte suprema. El último, mansote, no quiere varas, vuelve al revés muchas veces, acaba rajado, pegando cabezazos. López Simón cita de largo, aguanta más que sujeta, le planta cara. Se justifica con la quietud y la entrega. Aunque vuelve a pinchar, la gente le ovaciona. El segundo toro rueda por la arena una y otra vez, es un inválido absoluto; además, corto, soso, andarín. La primera vez que El Cid le baja la mano, va al suelo. Y la segunda. Y la tercera... Un es- firme toda la tarde. El tercero, suelto, huido, se mueve pero de una manera informal. El diestro demuestra sus condiciones, lo puesto que está, en una faena irregular, por las condiciones del toro, pero de cierto mérito. Se luce también en unas apretadas gaoneras en el cuarto. El quinto no quiere varas, pierde las manos, se para. Luque no le duda, dibuja algunos templados naturales. Muestra su buen oficio pero, con este toro, no cabe la emoción. Cumbre al revés Seguimos con el desastre ganadero. Y seguimos escuchando a muchos que, ahora, los toros son más bravos que nunca. Depende del concepto de bravura que se tenga. No es el mío, desde luego. Si hablamos de un animal que se deja al que hay que cuidar, que hace innecesaria la suerte de varas, que no tiene fuerza ni casta pero no complica las cosas demasiado a los toreros, sí que estamos viviendo una cumbre. Para otros para mí es una cumbre al revés. La famosa toreabilidad nos está llevando a estas simas de flojera y descastamiento. Asistiendo a este rosario de confirmaciones, uno saca algunas conclusiones. Está confirmado que, para confirmar la alternativa, hay que estar pectáculo lamentable. El Cid se empeña en darle muletazos que no tienen eco. Lo mejor, lo caza rápido. El cuarto también es flojo, rebrincado, de incierta embestida. Lo llama El Cid de largo y casi se lo lleva por delante. Va haciéndose con él, poco a poco, logra naturales movidos pero con emoción. Hay momentos en que parece que va a reverdecer éxitos pasados. No lo logra pero, en todo caso, el público agradece su afán. Hemos visto a Daniel Luque muy