ABC MADRID 25-04-2013 página 12

12 OPINIÓN AD LIBITUM PUEBLA JUEVES, 25 DE ABRIL DE 2013 abc. es opinion ABC MANUEL MARTÍN FERRAND ASEDIO A LAS 17 Solo en una democracia de mala calidad se puede llegar a semejante falta de respeto a quienes son los representantes de la ciudadanía S I, como asegura Baura, el silencio callejero es la banda sonora de la normalidad democrática aquí estamos lejos de ella. Nos hemos instalado en el pandemónium y los gritos callejeros, el alboroto, tienden a suplir la vaciedad de las palabras que se pronuncian en el Congreso. Está lejos de mi ánimo negarle a nadie el derecho al pataleo, el que nos queda; pero no deja de ser una pieza democrática de segundo orden y tercer intento. Cuando las Cámaras se quedan sin contenido y pierden la centralidad del debate político y, simultáneamente, los clamores de los medios informativos se pierden en el desierto representativo, la calle y sus voces alcanzan un valor sustitutorio que conviene usar con moderación para no degenerar, más de lo que ya lo está, una democracia chunga. Lo suyo sería que el Congreso y su hermano inútil, el Senado, centraran el debate político; pero la democracia se hace con demócratas y la norma electoral debiera propiciar que todos, uno a uno, nos sintiéramos representados en ellos. Aunque algunos de sus iniciales promotores se hayan desvinculado ya del proyecto, los anónimos- -y por ello sospechosos- -integrantes de la plataforma ¡En Pie! han convocado para esta tarde un asedio al Congreso hasta que dimita el Gobierno Tan arraigada está ya la costumbre de manifestarse en la Carrera de San Jerónimo para coaccionar a los diputados que ya forma parte del folclore madrileño, como el chotis o las fiestas de San Isidro; pero la contumacia, tan española ella, no es un camino hacia la sabiduría. Rodear el Congreso es una forma colectiva para la descalificación representativa de los 350 diputados que en él tienen escaño. No es un gesto contra el Gobierno, lo que tampoco sería deseable, sino la enmienda a la totalidad. Es la escenificación intransitiva de un golpe de Estado. Algo similar al caballo de Pavía que nunca llegó a entrar en el hemiciclo, pero con el que se suele evocar la contestación en su grado más intolerable. Los autoconvocados para el asedio de esta tarde, que tendrían mejor tratamiento en las carteleras de espectáculos que en las páginas de la información política, quieren dar un paso más con respecto a sus intentos anteriores y trasgredir el cordón policial ¡Qué disparate! Solo en una democracia de mala calidad, como desgraciadamente es la nuestra, se puede llegar a semejante falta de respeto a quienes- -mejores o peores- -son los representantes de la ciudadanía y tienen un claro mandato para ejercer como tales. ¿A quiénes representan los trapisondistas que confían más en la bulla que en el Estado de derecho? Tras ellos se ven los bigotes de una izquierda rancia que puede perder por su mala educación ciudadana la legitimidad de ejercicio en el relevo de un centro izquierda caduco. Caducado. EXTERIOR DARÍO VALCÁRCEL MUCHA ATENCIÓN A DOS ESTRELLAS Somos una mezcla, escribía François Jacob, de ácidos nucleicos y recuerdos, de sueños y proteínas, de células y palabras N esta ocasión el genérico antetítulo, Exterior, está justificado. Astrónomos del proyecto Kepler, dependiente de la NASA, han hallado dos planetas de diámetro algo mayor que la mitad de la Tierra. En la constelación Lyra, a unos 1.200 años- luz. Los dos pudieran reunir condiciones para acoger vida semejante a la de la Tierra. Giran en torno a una gran estrella amarillenta, antes poco conocida, hoy llamada Kepler 62, de diámetro ligeramente menor que el Sol. La crónica de Dennis Overbye, para el New York Times, describe el entusiasmo de los astrónomos al encontrar las dos estrellas. Para William J. Borucki, científico senior del proyecto Kepler, es un grandísimo hallazgo. Ahora la tenacidad de astrónomos e investigadores parece justificada. Los dos planetas girarían en torno a ese astro mayor, a 37 y 65 millones de millas, más o menos la distancia media de la elipse trazada por Mercurio y a Venus alrededor del Sol. Son Goldilocks planets, planetas capaces de reunir condiciones de vida, entendiendo por vida lo que a nosotros, hombres, jilgueros, gatos o elefantes, nos hace vivir. La niña del cuento del que toman nombre estos planetas apunta a su viabilidad, a su posibilidad: en Goldilocks y los tres ositos, la niña Goldilocks escoge entre tres posibilidades, ignorando las más extremas. Extremas por su tamaño, temperatura... La niña busca E un modelo intermedio, como la Tierra: un modelo inteligente, susceptible de apoyar la Remota Posibilidad de vida. Estas estimaciones reforzarían el principio copernicano en favor de la no radical excepcionalidad de la Tierra. Encontraríamos antes o después planetas de dimensión no muy diferente de la Tierra, girando en torno a grandes estrellas más tenues y frías, según explica el astrofísico David Charbonneau, del Harvard- Smithsonian Center, un avezado cazador de exoplanetas, planetas remotos a más de 1.000 años luz. En esas zonas, el planeta más lejano del grupo Kepler, el Kepler 62 f, tiene la temperatura y el tamaño adecuados, con órbita anual de 267 días. El Kepler 62 e es algo mayor, más cálido, quizá habitable, órbita de 122 días. En menos de 20 años, los Kepler 62 desvelan largas cadenas de descubrimientos. Son en verdad momentos desconcertantes para un equipo científico. Es como probar un plato, como olerlo, como rozar un muslo de pollo. ¿Dónde leemos esto? En el trabajo publicado en Sciencie hace una semana. Perdonen, traten de seguirnos. Vivimos en Madrid, en 2013, preocupados por Cataluña. ¿Vale la pena? Sí, vale la pena. Cataluña separada de España no es aceptable para los europeos de hoy. El mañana está por escribir. Aparece en nuestro radar un planeta al que una expedición de humanos, volando a la velocidad del sonido, tardaría siglos y siglos en llegar. Si volaran a la velocidad de la luz algunas glándulas de los astronautas se desintegrarían. Aun así, qué altísima utilidad el esfuerzo del grupo Kepler... Los astrofísicos de Harvard, fijos en los planetas remotos, fortalecen nuestra fe. En los 4.500 años que nos separan de la pirámide de Keops, sabemos cómo el faraón y su corte de astrónomos y matemáticos acumulaba dos cosas, métodos de transmisión del saber y, lo que es distinto, mecanismos para proteger el saber. Los profesores William J. Borucki, Alan Boss, David Charbonneau, Geoffrey Marcy o la profesora Lisa Kaltenegger se han ganado un puesto en la lista más alta de la raza humana. Estamos hechos de una mezcla extraña de ácidos nucleicos y de recuerdos, de sueños y de proteínas, de células y palabras. Esto escribía François Jacob, premio Nobel de fisiología 1965, muerto esta semana en París a los 93 años.