ABC MADRID 21-04-2013 página 102

DOMINGO 21.4.2013 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 35.544 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. MARIMAR BLANCO, víctima del terrorismo Españoles Retratos de ÁLVARO YBARRA ZAVALA La mirada de Antígona Por IGNACIO CAMACHO E L vacío de rencor frente a la agresión terrorista, la ausencia absoluta de ánimo de venganza entre unas víctimas embestidas de manera unilateral por el delirio etarra de violencia y sangre, ha sido el rasgo humano esencial que ha impedido un conflicto civil en el País Vasco durante los largos años de plomo, luto y rabia. Esa limpieza moral, ese digno, recto y decente dolor sin resentimiento es el que transparenta la serena mirada de cristal de estos ojos que llevan dieciséis años familiarizados con las lágrimas. Una década y media después de aquella tarde trágica de estío en que los relojes de España se pararon a las cuatro y diez con un escalofrío de abatimiento y desesperanza, el rostro dulce de Marimar Blanco simbo- liza la nobleza de espíritu de esas vestales del sufrimiento que han sostenido con su coraje, su integridad y su firmeza la resistencia civil de la democracia frente a la más constante, encarnizada y cruel de sus amenazas. No hay un ápice de encono guardado en este semblante acostumbrado desde muy joven al duelo, surcado como el de Antígona por el trazo del drama del hermano muerto. Sólo un dolor insondable sedimentado con piedad entre los pliegues del alma. Ésa es la gran lección del relato agónico que han transmitido frente al crimen y sus secuelas las víctimas del holocausto democrático: ni olvido ni perdón ni revancha. Paz, memoria, dignidad y una justicia que no merece quedar pendiente.