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ABC MADRID 19-04-2013 página 88
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ABC MADRID 19-04-2013 página 88

  • EdiciónABC, MADRID
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88 AGENDA VIERNES, 19 DE ABRIL DE 2013 abc. es ABC NECROLÓGICAS ALEJANDRO CARRA LÓPEZ (1914- 2013) EL REGENTE POR ANTONOMASIA V Alejandro Carra López nació en La Roda (Albacete) el 24 de marzo de 1914 y murió en Santa Pola (Alicante) el 16 de abril de 2013. Dedicó toda su vida profesional a ABC, periódico en el que entró con 13 años a trabajar como aprendiz y salió en 1978 como regente. Bajo su dirección, los más de 150 trabajadores de talleres de este diario se convirtieron en un ejemplo de eficacia. ivir casi un siglo te convierte en la memoria viva de una época. Máxime cuando la mitad de esos 99 años se han pasado entre los muros de una Casa también centenaria como es la de ABC y se han visto los tiempos en los que este diario se colocó a la vanguardia de la prensa española con su apuesta por las grandes firmas, la fotografía y las redacciones profesionalizadas y dignamente pagadas. Mucho ha cambiado en esta peculiar disciplina del periodismo desde que en 1927 Alejandro Carra López entró como aprendiz con tan solo 13 años. Desde entonces hasta 1978, año en el que se jubiló como regente, solo dejó de trabajar para su querido diario y realmente así lo sentía durante el calamitoso periodo de la guerra civil, que le sorprendió realizando el servicio militar en África, y le llevó desde aquellas tierras hasta el Ebro combatiendo en todas las grandes y crueles batallas de aquel terrible enfrentamiento. De esos tiempos, quienes después vivieron tantas noches y cierres junto a él, recuerdan que le quedó marcada una peculiar impronta para comprender las debilidades humanas y para basar sus relaciones con sus subordinados que llegaron a ser más de 150 en la humanidad y la exigencia, por ese orden. Su obsesión por el trabajo bien hecho motivó durante décadas a quienes trabajaron a su lado y a quienes jamás exigió más de lo que él sabía que podían dar. Como jefe de sección, como responsable de la edición de provincias, que entonces se enviaba por correo ferroviario a toda España, y finalmente como regente, todos los que pasaron bajo su mando y recibieron órdenes desde aquella mesa que dominaba toda la rotativa, en la que su palabra era siempre la última y la más respetada, coinciden en recordar que muy pocas personas han sabido ser a la vez severos pero enormemente justos. Siempre prefería la solución personal a la administrativa y entre los sindicalistas de los talleres que en los años previos a la llegada de la democracia no tenían las cosas precisamente fáciles, más de uno salvó su puesto de trabajo porque en el parte diario de asistencias e incidencias que él redactaba figuraba baja por problemas familiares cuando en realidad habían sido detenido por la Policía. Igualmente, cuando descubría a alguien llevándose matrices de linotipia para venderlas fuera, la solución pasaba por sacarle personalmente de sus bolsillos aquellas letras de plomo y exigirle y ahí sí exigía que no se volviese a repetir nunca más la explicación dada a los jefes de sección dice aún más de su carácter: Es un padre de familia Y aquel padre de familia mantuvo su puesto, y nunca más faltaron w y k Durante esos años de tipografía caliente, en los que se fundía plomo en los talleres, sacar cada día un periódico era un verdadero milagro. Y buena parte de ello se debe a profesionales que, como él, consiguieron dirigir como una orquesta a una legión de hombres que hasta bien entrada la madrugada bregaban con plomo, tinta, papel cristal, planchas y platinas para que todo encajase en su sitio a la perfección y el periódico estuviese cada mañana en las manos de sus lectores. El día después de despedirse de su compañeros, el 1 de mayo de 1978, el día del trabajador, otro hombre que llegó a ser también una institución en vida de este diario, Andrés Travesí, el redactor jefe total le despedía en una cariñosa columna como el regente por antonomasia Y la fórmula para conseguirlo, aunque ya no exista el cargo de regente, ahí está: humanidad y exigencia con tu equipo, siempre por ese orden. Con esos principios, cerró durante medio siglo puntualmente un periódico, y la madrugada del pasado martes 16, pocos días después de cumplir 99 años, cerró sus ojos. ALEJANDRO CARRA BIOSCA PERIODISTA RAYMOND BOUDON (1934- 2013) ELOGIO DE LA SENSATEZ CRÍTICA B Raymond Boudon nació en París el 27 de enero de 1934 y murió allí mismo el 10 de abril de 2013. Fue uno de los grandes sociólogos de su tiempo, partidario de Tocqueville y alérgico a las corrientes marxistas. oudon fue víctima, en España, del ostracismo de los intelectuales partidarios de las corrientes marxistas y socialistas, cuando su obra recibía el reconocimiento universal debido a los grandes maestros capaces de repensar los fundamentos de su disciplina, la sociología. Antiguo alumno de la legendaria Escuela Normal Superior, de la calle de Ulm, Boudon estudió filosofía y emigró muy pronto a Estados Unidos, donde sus primeros estudios de sociología se enriquecieron con el trato de otras disciplinas científicas. Su primer libro, La desigualdad de oportunidades (1973) relativamente tardío, se convirtió en un ensayo canónico, muy pronto. Raymond Aron dirigió algunos de sus estudios posteriores, enriqueciendo las disciplinas sociológicas con puntos de vista muy personales: crítica muy aguda de la ideología (en la estela de Hanna Arendt) rescate de Alexis de Tocqueville (el gran patriarca francés del pensamiento liberal) crítica racional del inmoralismo y relativismo que comenzaron a crecer con los años 80 del siglo XX, restauración de los valores morales, considerados como motores de la acción ética, individual. Tras repensar los fundamentos del pensamiento sociológico, Boudon consagró tres grandes libros a refundar la democracia y el liberalismo. ¿Por qué los intelectuales no aman el liberalismo? (2004) resumía de manera crítica y divertida un divorcio que Raymond Aron ya había tratado en El opio de los intelectuales Tocqueville, hoy (2005) contribuyó a reinstalar al gran patriarca liberal entre los grandes clásicos del pensamiento moderno. Renovar la democracia: elogio del sentido común (2006) sugería una desideologización crítica de la vida pública, para devolver a los ciudadanos la libertad hipotecada por las nubes tóxicas y la basura ideológica... Desaparecido un poco prematuramente, había conseguido un reconocimiento universal que no siempre tienen sus colegas más traducidos y ensalzados en España. Nos deja un legado de indispensable recuperación. Amén. JUAN PEDRO QUIÑONERO

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