ABC MADRID 14-04-2013 página 34

34 ESPAÑA DOMINGO, 14 DE ABRIL DE 2013 abc. es españa ABC Mensaje de Don Juan Sed buenos españoles, porque quién sabe si todo lo que está pasando no será para bien de España me con el resto de mi familia. Firmemente espero que os acordéis del que siempre fue vuestro compañero efectivo, a las duras y a las maduras, pues sabed, que aunque ya no soy nadie, me acordaré siempre con mucho cariño de todos vosotros. Yo no sé qué efecto os habrá causado el momento de ver izada la Bandera Republicana en la Escuela. Sólo sé el que me ha causado a mí el verla esta mañana, cuando llegué en un torpedero a un pueblecito al lado de Gibraltar. Os recomiendo que seáis ante todo buenos españoles, porque quién sabe si todo lo que está pasando no será para bien de España, ya que Dios lo permite. Para ello estudiad, estudiad mucho, que todo lo que aprovechéis ahora será luego en bien de nuestra gloriosa Marina de Guerra. En fin, os dejo de sermonear, pues no viene al caso, y solamente espero que me escribáis con alguna frecuencia. No sabéis lo que se echa de menos eso, fuera del país de uno. Os ruego que saludéis en mi nombre a todos los alumnos, y recibid un fuerte abrazo de vuestro amigo y ex compañero. Juan de Borbón. 15 de abril de 1931. P. S. Las señas no las sé todavía, pero ya os escribiré. Revuelta, a Miralles hazme el favor de darle un abrazo muy especial, así como a Castro Alfonso XIII, a su llegada a París en abril de 1931 tras exiliarse de España ABC Hace 82 años, tras la proclamación de la II República, Don Juan salía hacia el exilio. Antes, pidió en una carta a sus compañeros guardamarinas que fueran leales a España Carta de un soldado español RAMÓN PÉREZ- MAURA MADRID Leal a la Patria Quien lea esto tendrá que convenir que hace 82 años Don Juan se sentía antes que Infante de España, un soldado español. Ante la magnitud de la catástrofe familiar, ante lo que representa la nueva bandera que ve izada en la Escuela Naval, la reacción es la de un guardiamarina leal a la Patria. Uno que pide a sus compañeros que sean ante todo buenos españoles, porque quién sabe si todo lo que está pasando no será para bien de España, ya que Dios lo permite Recordaba el pasado jueves Santiago Castelo, durante la presentación en la Biblioteca de ABC del Retrato de España que los lectores tienen hoy en sus manos, que el 17 de abril de 1931 se publicaba en la Tercera de este diario el mensaje al país redactado para el Rey el 14 de abril por su último ministro de Trabajo, el duque de Maura. En ese texto, el Rey justifica su renuncia al acabar el mensaje con la siguiente frase tan en línea con la de su hijo: También ahora creo cumplir el deber que me dicta mi amor a la Patria. Pido a Dios que tan hondo como yo lo cumplan y lo sientan los demás españoles Es evidente que padre e hijo escribieron ambos textos sin comunicarse. Por ello es tan notoria la sintonía de sus mensajes que refleja pasión por España. Pasión patriótica que la República no alentó en los españoles. O chenta y dos años después de aquel 14 de abril, algunos intentan presentar lo que fue el resultado de un fracaso de todos los españoles como una efeméride. Y prefieren ignorar el hecho de que ese 14 de abril de 1931 fue el anticipo del 18 de julio de 1936. Hoy es un triste aniversario en la Historia de España. Y precisamente porque lo es, parece oportuno recordar alguna reacción poco conocida de nuestra Familia Real. Es bien sabido que el Rey salió de España por Cartagena, la Reina en tren hacia Francia, quedando el testimonio gráfico del conde de Romanones despidiéndola sentada en un peñasco de la sierra madrileña... Y algunos recordarán que el entonces Infante Don Juan, que era guardiamarina en la Escuela Naval Militar de San Fernando, en Cádiz, fue obligado a cruzar la bahía y exiliarse en Gibraltar. Es menos conocida la carta que desde allí escribió a sus compañeros de armas y que hoy está reproducida y exhibida en aquella Escuela. El texto íntegro es el siguiente: Don Juan, Doña María de las Mercedes y Alfonso XIII, en Londres ABC Mi querido Revuelta: A ti, como el más antiguo de todos mis compañeros me dirijo, para que me hagas el favor de transmitir a los demás mis más afectuosos recuerdos. Supongo que os habréis dado perfecta cuenta, el martes, de por qué no me despedí de vo- sotros de otra forma, pero me fue imposible, y aún después, aunque hubiese querido, no me lo habrían permitido, por deber permanecer mi partida en secreto hasta el último momento. Mañana salgo en un vapor para Génova y desde allí me iré a París a reunir-