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ABC MADRID 03-04-2013 página 58
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  • EdiciónABC, MADRID
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58 CULTURA MIÉRCOLES, 3 DE ABRIL DE 2013 abc. es cultura ABC Filmografía: los imprescindibles Miss Muerte (1966) Una historia de médicos que buscan controlar con operaciones la voluntad humana. La última y mejor de las películas que rodó en suelo español antes de emigrar, harto de la censura. Los depredadores de la noche (1988) Raptos y desfiguraciones ponen a Franco en la senda de Los ojos sin rostro a la que añade su toque en un filme con bisturí, sangre y piel de quita y pon. La venganza de Fu Manchú (1968) Jess Franco tomó al villano de ojos rasgados e intenciones aviesas y dirigió sobre él varias películas. La primera de ellas, con Christopher Lee en el papel del malvado chino. Don Quijote, de Orson Welles (1992) Adaptación montada por Jess Franco, que recorrió medio mundo buscando materiales que había dejado su amigo para terminar la película. Jack el destripador (1976) No podía faltar en la filmografía de Franco una versión sobre el famoso asesino (Klaus Kinski) en la que también aparecía la eterna musa y pareja del director, Lina Romay Killer Barbies (1996) Franco firmó películas de escasa calidad como esta loca historia de una banda de éxito con la pin- up Silvia Superstar y un Santiago Segura todavía poco conocido. Fundamental para conocer el otro cine del director. Muere Jesús Franco, cineasta irrepetible El rey de la serie B tenía 82 años y falleció en Málaga después de rodar 200 películas ANTONIO WEINRICHTER MADRID Si hay algo que puede decirse a ciencia cierta del desaparecido Jesús Franco es que su nombre contenía multitudes. Bajo la marca Franco se esconden al parecer, porque nadie ha debido de ser capaz de comprobarlo dos centenares largos de películas, un número indefinido de seudónimos y alias, y una variedad igualmente nebulosa de denominaciones de origen de esos títulos, rodados en coproducción, como tax shelter o con intenciones fiscales aún más dudosas, o directamente canibalizándose a sí mismo al rodar dos o más películas por el precio (y con el equipo técnico y artístico) de una... O de mucho menos que una, pues el formato del cine franquista superaba muy por lo bajo lo que los americanos llaman serie B, e incluso a menudo también (pero en esto hablamos de oídas) las simas de la tóxica serie Z. Dar cuenta de los resultados de esta actitud profesional exigiría acuñar un término nuevo; como en el caso de Roger Corman, la noción adecuada podría ser una que incluyera producción y creatividad: digamos, productividad... porque si Franco tuvo una carrera, fue una carrera hacia delante. Su caudaloso legado supone una pesadi- lla para todo historiador que pretenda ver en él algo más que un síntoma, un síndrome más o menos berberisco del oficio de cineasta (también, por qué no, de un desmedido y quizá no correspondido amor por el cine) Pero es el caso que Franco contó ya en vida con un nutrido comando con tácticas de comando de fans fatales que vieron en él no ya un autor sino todo un cineasta de culto, categoría que no cuesta nada conceder (hay tantos como capillas dispensadoras) al final la cuestión Franco puede tener menos interés para la historia del cine que para la historia de la crítica de cine. RAFAEL LAFUENTE Rififí en la ciudad Por supuesto, Jesús Jess Franco tuvo sus roces con la primera de esas historias, como el rodaje del Quijote de Orson Welles, en cuyo montaje más o menos definitivo participó en 1993. También, hoy, resulta sorprendente para los que no fuimos franquistas revisar una película como Rififí en la ciudad de 1963, en la que Franco mostraba un gran dominio de las claves de un cine negro autóctono. Pero ese sería el camino no tomado por el realizador, su actividad y su leyenda se cimentarían a partir de géneros de recepción tan codificada como el cine de terror y fantástico, y enseguida el cine erótico y luego pornográfico: toda una historia del llamado exploitation film y del europudding puede trazarse a partir de las decenas de películas que fue rodando sin cesar hasta casi el mismo momento de su muerte. Jesús Franco Entre Orson Welles y Fritz Lang La vida de este cineasta mítico le llevó a participar en el rodaje de Campanadas a media noche de Orson Welles (también participó en el tardío montaje del Don Quijote wellesiano) Una de sus anécdotas más delicisas se produjo después de presentar en el Festival de Berlín su obra Necronomicón Recibió un tarjetón de un espectador impactado por la proyección y su sorpresa fue mayúscula cuando al dar la vuelta al papel leyó en el reverso que iba firmado por Fritz Lang, que varias veces citó el filme de Franco entre sus favoritos. Desde la reciente muerte de su musa y esposa, Lina Romay, se mostraba abatido debido al golpe emocional. Lo cierto es que su muerte llenó de dolor al cine español. Desde el ministro José Ignacio Wert a los anónimos fans en las redes sociales, todos lamentaban la desaparición de este cineasta irrepetible. Paco León, Santiago Segura o Assumpta Serna figuraban ayer entre los miembros de la familia de la cinematografía que tuiteaban sus condolencias.

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