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ABC MADRID 28-03-2013 página 62
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  • EdiciónABC, MADRID
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62 DEPORTES JUEVES, 28 DE MARZO DE 2013 abc. es deportes ABC 110 MOTIVOS PARA ADMIRAR A Un milagro surgido de la nada Hace solo unos años casi nadie en España conocía este deporte, que ha regalado momentos inolvidables ANNA TARRÉS ESPAÑA 33 Equipo de natación sincronizada Éxitos colectivos H 54 MEDALLAS De la nada a la elite mundial. Triunfos en Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos que han situado a la sincronizada española a gran altura. Primera alegría 13 AÑOS La primera medalla en un gran campeonato llegó en el año 2000, en el Europeo de Helsinki, donde se logra una plata y un bronce. Es el inicio del boom de la sincronizada. Cumbre mundial 1 ORO La ausencia del imbatible equipo ruso hace que la selección suba por primera vez al cajón más alto del podio. Satisfacción general. Deporte en auge 609 LICENCIAS En 1997 había solo 191 licencias en la sincronizada, que ha despertado el interés de muchísimas niñas. Cada día va a más. acía tres años que había cumplido mi sueño de acudir a unos Juegos Olímpicos. Fue durante Los Ángeles 84, en una experiencia inolvidable en la que formé dúo con Mónica Antich. Aquellos Juegos supusieron el estreno de la sincronizada en el programa olímpico y pocos podíamos imaginar (muchos lo soñábamos) que casi 30 años después España iba a ser una potencia en esta modalidad deportiva. Era otoño de 1987 y en Barcelona ya se notaba ese ambiente previo a los Juegos que debían disputarse en la ciudad cinco años después. La fiebre de Barcelona 92 impregnaba a todo el deporte y la sincronizada no era ajena a ello. Yo había dejado la piscina pocos meses atrás y había empezado a dar los primeros pasos como entrenadora en el Club de Natació Kallipolis, que poco a poco se convirtió en el germen de lo que hoy es uno de los deportes más laureados del panorama nacional. Por aquel entonces ya jugaban en el agua unas niñas llamadas Mengual, Rodríguez, Amorós y Morón. Se divertían, ajenas al futuro de éxito que les esperaba. Ellas iban a ser la base de un crecimiento sin igual para una disciplina minoritaria que ha terminado por dar un enorme rédito al deporte español. Fue 10 años después cuando la Federación española me propone hacerme cargo del equipo nacional. Un buen conjunto, pero lejos de la elite formada en ese momento por Italia, Francia, Rusia- -dominadoras absolutas en Europa- Estados Unidos, Canadá y Japón. Desde ese momento, la progresión de la selección española es espectacular, más aún si tenemos en cuenta los indicadores respecto al resto de rivales: un número de licencias irrisorio (alrededor de 100) pocos jueces en el panorama internacional, un equipo de colaboradores del equipo nacional muy limitado y una base casi nula. Con esos condicionantes, el trabajo fue mucho más duro. El gran salto de calidad se da en el año 2000, cuando se apuesta por la concentración permanente del equipo nacional en el CAR de Sant Cugat. Allí se encuentran reunidas todas las herramientas necesarias para el desarrollo de las capacidades y habilidades deportivas, lo que unido a las becas ADO supuso el factor clave para que un grupo de mujeres unieran su talento y trabajo para ser mejores cada día. Mucho tiempo y esfuerzo dedicado a crecer como equipo. Voluntad de mejora continua para poder reducir paso a paso la diferencia con nuestras rivales más cercanas hasta llegar a lo más alto. Hablar de natación sincronizada en España es hablar de éxito deportivo, pero también de éxito de trabajo en equipo. Hace solo unos años casi nadie conocía este deporte y hoy es uno de los más queridos por el gran público. Una metamorfosis cuya clave ha estado en la capacidad de organizar a un grupo de personas para que trabajen entorno a un objeti- vo común. Enseñar una manera de ser, de vivir y de sentir a través de un deporte como la natación sincronizada, donde se compagina técnica, dificultad, creatividad y sincronización en un medio como el agua y con tres componentes indispensables: la música, la coreografía y las nadadoras. Si me preguntan por el secreto del éxito, diría que no hay ninguno en particular. Un poco de talento, combinado con grandes dosis de trabajo, pasión, esfuerzo, disciplina, dedicación y una búsqueda obsesiva de la perfección. Hemos aprendido que a más horas de dedicación, mejor ejecución y sincronización, y por lo tanto, mejores resultados. Hemos necesitado quince años para consolidar el nivel y para que nuestros logros tuvieran impacto a nivel social. Quince años Tarrés, una pionera al mando del equipo La llegada de Anna Tarrés a la selección nacional supuso el inicio de los éxitos de este deporte casi clandestino hasta entonces. Con ella al mando se logran 54 medallas.

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