ABC MADRID 14-03-2013 página 17

ABC JUEVES, 14 DE MARZO DE 2013 abc. es PRIMER PLANO 17 FRANCISCO I El primer Papa americano y jesuita de la historia Los cardenales eligen en la quinta votación a un argentino, el primer Pontífice no europeo en doce siglos y el único Francisco JUAN VICENTE BOO CORRESPONSAL EN CIUDAD DEL VATICANO La primera llamada de Bergoglio, tras saludar a los fieles desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, fue para el Papa Emérito Benedicto XVI Cuando salió al balcón, la primera sorpresa fue que no llevaba la vistosa muceta roja, sino una simple sotana blanca, con un cuello demasiado ancho. No llevaba una cruz pectoral de oro sino una más sencilla, de plata o quizá simplemente de metal. El primer golpe de vista era de un Pio XII, serio, envarado, inmóvil. Saludaba moviendo ligeramente la mano derecha, pero con el brazo izquierdo pegado al cuerpo. Sin embargo, a los pocos minutos se había convertido en un Juan XXIII, pues hablaba con el corazón. Su primer saludo no pudo ser más sencillo: Fratelli e sorelle, buona sera! A continuación, en un italiano bastante suelto, comentó con sencillez: El Cónclave tenía el deber de dar un nuevo obispo a Roma. Da la impresión de que mis hermanos cardenales hayan ido a buscarlo casi al fin del mundo... Pero estamos aquí... Gracias por la acogida Era un gesto de buen humor, que recordaba vagamente la expresión de un país lejano empleada por Juan Pablo II en esas circunstancias en 1978. Francisco estaba ya ganándose a los romanos y empezó a ganarse al mundo anunciando que antes de nada querría hacer una plegaria por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Recemos todos juntos por él para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo custodie. Padre Nuestro... Había dicho, quizá sin darse cuenta, nuestro obispo emérito. Como un romano más, y en perfecta sintonía con su predecesor. A l cabo de medio milenio de la evangelización del Nuevo Mundo la Iglesia católica ha dado el gran paso de elegir el primer Papa americano. Es un cambio de gran envergadura, cuya alcance se irá viendo poco a poco. La persona elegida, el cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, fue una sorpresa total, pero los católicos y el mundo entero descubrirán muy pronto que Francisco I es una buena noticia es la encarnación del Evangelio de la sencillez. En los días previos al Cónclave, nadie prestaba atención a un cardenal que caminaba ensimismado rezando el rosario por la Vía de la Conciliazione. No se fijaba en la gente y no llamaba la atención. Cuando algún periodista le paraba, el purpurado explicaba que estaba dispuesto a hablar a título personal, pero que no concedía entrevistas. Es tímido y de pocas palabras, pero siempre pide que se rece por él. Bergoglio caminaba a pie porque es su costumbre. No usa coche oficial sino que se mueve utilizando el metro de Buenos Aires o los autobuses de Roma. Detesta el lujo y los gastos inútiles. Le gusta el fútbol, pero apoya a un equipo bonaerense modesto, el San Lorenzo. Ha sido siempre un cardenal atípico alérgico a los cargos y a la carriera clerical, y precisamente esa característica traerá un aire nuevo a la Curia romana. Entre sus temas favoritos figura la Nueva Evangelización y la familia. Se preocupa también mucho de los sacerdotes y los seminaristas. Cuando el cardenal protodiácono, Jean- Louis Tauran que sufre un párkinson y a veces no articula bien las palabras- anunció su nombre, la primera reacción instintiva en una plaza de San Pedro desbordante de entusiasmo hasta ese momento fue un ¡Nooo... No habían entendido el nombre del cardenal, y casi nadie conocía al elegido. Sabían, eso sí, que no era su candidato favorito. Era otra persona. Se entendió, en cambio, que adoptaba el nombre de Franciscum y de allí a poco la gente empezó a corear ¡Francesco! ¡Francesco! con fuerza cada vez mayor. Su primer discurso La nueva evangelización Comenzamos este camino de la Iglesia de Roma, obispo y pueblo, juntos, en hermandad, amor y confianza recíproca. Recemos unos por otros, por todo el mundo, para que haya una gran hermandad. Este camino debe dar frutos para la nueva evangelización El Papa del fin del mundo Ustedes saben que el deber del Cónclave era darle un obispo a Roma. Siento que mis hermanos cardenales fueron a buscarlo al fin del mundo... pero estamos aquí. Gracias por la hospitalidad. ¡La comunidad diocesana de Roma ya tiene su obispo! Una llamada especial Poco después de retirarse del balcón, Francisco llamaba por teléfono a Benedicto XVI a Castel Gandolfo. Era un gesto inmediato de cariño, precisamente el que el cardenal Sodano retrasó y escatimó al comienzo de las reuniones de cardenales. En el balcón, después de mencionar a su predecesor, pasó a hablar de sus propios proyectos, de su estilo. Un poco más suelto y moviendo las manos con normalidad, manifestó a la multitud de más de cien mil personas: Y ahora comenzamos nuestro camino. Obispo y pueblo Nadie había hablado así desde ese balcón. El primer obispo jesuita de la historia trae grandes sorpresas. La etapa que inicia, dijo, es un ca-