ABC MADRID 12-03-2013 página 29

ABC MARTES, 12 DE MARZO DE 2013 abc. es españa ESPAÑA 29 Camacho pide que dimita el jefe de Mossos, que la acusa de mentir Interior pidió hace tres semanas el cambio de escolta de la dirigente del PP catalán JANOT GUIL BARCELONA MANEL PRAT PELÁEZ DIRECTOR DE LOS MOSSOS Un corto historial lleno de polémica Perfil J. G. La cosa no empezó nada bien para Manel Prat. En 2011, con 38 años de edad, fue nombrado por el consejero de Interior, Felip Puig, como director de los Mossos d Esquadra, un cargo que había desaparecido en 2007, con el tripartito, tras la destitucción de Rafael Olmos por las cargas contra los universitarios antibolonia. Su inmediato superior debía ser Xavier Crespo, el ex alcalde de Lloret y diputado imputado por sus favores a la mafia rusa. Crespo renunció al cargo y el Cruce de acusaciones de mentir, amenazas de acciones legales y una petición de dimisión. Todo ello cupo ayer, el día después de que se conociera que Alicia Sánchez- Camacho ha pedido renunciar a su escolta de Mossos- -y reclamar a la Policía Nacional- por desconfiar de los mandos de la policía autonómica por su injerencia en el caso Método 3. En sendas ruedas de prensa simultáneas, la líder del PP catalán pidió la dimisión del director de los Mossos d Esquadra, Manel Prat, a raíz de que su coche apareciera el pasado 18 de febrero en las inmediaciones de la casa del director de Método 3, Francisco Marco, horas antes de que éste fuera detenido, y que recogiera a una periodista que se había visto con el detective. Si dimitía Prat, Camacho volvería a pedir la escolta de Mossos, dijo. Pero Prat no dimitió sería un error alegó acusó a Camacho de desprestigiar a los Mossos, una estructura de Wstado presentándolo como un cuerpo politizado y le imputó tres mentiras a la popular. Según Prat, no es cierto que Camacho renunciara por primera vez a la escolta de Mossos el pasado sábado. El 27 de febrero alguien de la secretaría de Estado de Interior ya hizo esa petición por teléfono, reveló. Además, desveló que a finales de febrero, y durante dos días, Camacho tuvo una doble escolta, policías nacionales y mossos, sin que se supiera. La líder popular explicó, y también la Delegación de Gobierno, que durante dos días requirió a los policías nacionales una vigilancia puntual en torno a la escuela de su hijo, en Barcelona, porque se había detectado a periodistas. Y los Mossos fueron advertidos, sostienen Camacho y la Delegación, en contradicción con lo defendido por Prat. Según el responsable de los Mossos, se enteró el pasado 22 de febrero, cuando los mossos de escolta de Camacho pidieron a sus colegas que se identificaran, sostiene Prat. Prat acusó a la líder popular de engañar a la opinión pública, a propósito de que si el coche de éste estaba cerca de casa del responsable de Método 3 y si recogió a una periodista tras verse ésta con el detective. Anunció que pedirá los informes policiales que lo sostienen y explicaciones al ministro de Interior, además de estudiar si emprende acciones legales contra Camacho. Prat y la periodista explicaron ayer que él la recogió en su coche tras la cita con Marco, pero lejos de la casa del detective. Habían quedado para comer, ella se olvidó y él se ofreció a recogerla de camino a la Consejería de Interior. Se vieron unos veinte minutos y Prat asegura que ni le preguntó de dónde venía, ni hablaron de Método 3. cargo dejó de existir. Prat, licenciado en Geografía e Historia, exjefe de gabinete de Felip Puig en la Consejería de Obras Públicas, entre otros cargos públicos, y representante legal del Centro de Estudios Jordi Pujol, se puso al mando de los Mossos y desde entonces acumula polémicas. Está imputado en la querella por el violento desalojo de los indignados de Plaza Cataluña en 2011 e implicado en otro proceso judicial: por la pérdida de un ojo, supuestamente a causa de un impacto de una pelota de goma disparada por los antidisturbios de Mossos, que sufrió una mujer durante los altercados de la última huelga general, el pasado 15 de noviembre. Su departamento dio varias versiones del suceso, forzó la dimisión del jefe de los antidisturbios, y niega aún hoy el dañino pelotazo. La Audiencia de Álava empezó ayer en Vitoria el juicio al excargo del PNV Aitor Tellería por espionaje EFE JUICIO A UN EX ALTO CARGO VASCO Y DOS ERTZAINAS El acusado por espionaje en el PNV lo rebaja a mero chisme I. REYERO BILBAO Amenaza de acciones legales Según Prat, notificaron el incidente al jefe superior de la Policía Nacional en Cataluña, Agustín Castro, que les aseguró que desconocía que los Mossos también prestaban servicio de escolta a Camacho en asuntos familiares. El supuesto watergate del PNV alavés aterrizó ayer en los juzgados de Vitoria para probar si Aitor Tellería, un ex alto cargo de este partido, y dos ertzainas afines uno con carné planearon una red de espionaje a rivales políticos, sin conocimiento aparente de la dirección del PNV. El hallazgo en 2010 de seis documentos en un dis- co duro de Tellería, similares en forma a las fichas policiales, encendió la luz de alarma por su contenido sensible, aunque informal, de políticos locales del PP y PSE, pero también de confidentes de la Policía vasca y de los servicios de inteligencia. Tellería, que está implicado en otra trama de corrupción urbanística que afecta a la anterior cúpula del partido en Álava, negó que el contenido de esos archivos la punta del iceberg de la red de espionaje, según el fiscal procediera de la Ertzaintza y lo rebajó a chismes, a perogrulladas de dominio público Puso como ejemplo la poca afinidad de la familia del dirigente del PP Santiago Abascal con el nacionalismo. Así, admitió que él recibía los anónimos en el PNV sobre política local. Pese a reconoció su relación con los agentes, uno de los cuales montaba la fiesta anual del PNV, dijo desconocer que trabajaran para la unidad de Información de la Policía vasca. Se enfrentan a cuatro años de prisión por violación de secretos y 342.000 euros para las personas espiadas.