Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 27-02-2013 página 12
ABC MADRID 27-02-2013 página 12
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 27-02-2013 página 12

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página12
Más información

Descripción

12 OPINIÓN AD LIBITUM PUEBLA MIÉRCOLES, 27 DE FEBRERO DE 2013 abc. es opinion ABC MANUEL MARTÍN FERRAND ITALIA- ESPAÑA El problema italiano, de la deuda al déficit pasando por el paro, es muy parecido al nuestro. Cambia el nivel interpretativo de sus protagonistas A NDREA Camilleri es uno de los más populares escritores italianos en ejercicio. Es siciliano de nacimiento y suele hablar de Sicilia en sus novelas. Las protagonizadas por el comisario Montalbano un homenaje a nuestro Manuel Vázquez Montalbán son un gozo que, además de leerse de un tirón, nos descubre una realidad que ayuda a entender algunas de las cosas que pasan en Italia. A mis viejas lecturas de Indro Montanelli, maestro de maestros, y las más recientes de Camilleri les debo, junto a los clásicos, estar en condiciones de entender el resultado de los últimos comicios italianos que, con notable diferencia actoral, se asemeja en demasía a la situación partitocratica española presente. Los italianos son gente de provecho. Ante un vino ramplón cosechado en sus tierras, lejos de convertirlo en alcohol para el refuerzo de otros caldos, lo maceran con todo tipo de hierbas, lo azucaran debidamente y, embotellado de diseño lo sacan al mercado llamándole vermú. Nosotros lo incluimos en la pensión completa del turismo barato. Su problema actual, de la deuda al déficit pasando por el paro, el desanimo nacional y el recorte de prestaciones sociales del Estado son muy parecidas a los nuestros. Cambia el nivel interpretativo de sus protagonistas. Pierluigi Bersane, el líder del Partido Democrático, una rara mezcolanza más apta para servir en copa con hielo y unas hojitas de hierbabuena que para sentarse en el Parlamento, dice con buenos modales y tacto cuasi vaticano las machadas que aquí le corresponden a Cayo Lara y algún desesperado del PSOE hambriento de protagonismo. Silvio Berlusconi, lindo tipo de varón y viejo conocido en estos pagos nuestros que son colonia informativa suya, es como Mariano Rajoy. Habla y liga más que el gallego, pero su oquedad dialéctica equivale a los silencios de Rajoy, que no liga nada, un mucho por su fe en el matrimonio y un poco porque la actividad resulta extenuadora. Beppe Grillo, populismo en vena, es un autentico made in Italy. Aquí, aunque el italiano se expresa de modo parecido al de Carlos Floriano y con voces y gestos propios de las verduleras de los mercados anteriores a la supresión de la Cartilla de Racionamiento, su equivalente funcional es de difícil señalamiento. Un payaso sin gracia no cabe en cualquier circo. Mario Monti, el gran perdedor, es uno de esos fraudes tan frecuentes en la política europea. Explica lo que no sabe hacer, trascendentaliza el café con leche y conoce más bibliotecas que tabernas, algo peligrosísimo para enfrentarse a la realidad. Una vez cayó en paracaídas made in Germany y se creyó Superman, pero apenas llega a Pulgarcito. Esto es un empate y si se le quiere buscar virtud sirve para que los unos nos consolemos a los otros. Es el mal de muchos... CAMBIO DE GUARDIA GABRIEL ALBIAC BERLUSCONI IN PARADISO Il Cavaliere podrá imponer cuanto le venga en gana. Con coste cero. El paraíso E N febrero de 2008, yo andaba dictando unas muy académicas conferencias sobre la filosofía del siglo XVII en el Instituto Italiano de Estudios Filosóficos de Nápoles. Un periódico de allí me pidió una entrevista. Puede que mi vanidad me jugara la mala pasada de hacerme creer que aquello tenía que ver con mis lecciones sobre el Dios oculto de Pascal. Salí pronto del malentendido. Lo que una periodista bien informada sobre España quería saber concernía a algo bastante más empírico: la desolación de la cual daba cuenta un libro reciente mío- -bien ajeno a cuestiones teológicas- -que llevaba por título Contra los políticos: el rechazo de la política era tema mayor- -me explicó ella- -de la Italia presente. La antipolítica llenaba los titulares de prensa. Un vuelco radical había trocado la vieja pasión política italiana en odio cerval a la política y, más aún, a los políticos. Y ese odio daba cuenta de un callejón sin salida: saber el modelo constitucional italiano agotado y saber imposible su reforma. En Italia, ya ni siquiera escandaliza que los políticos sean delincuentes. Todo lo que el ciudadano ha visto desde 1945 se resume en eso: robo bajo distintas siglas. Que mafia y partidos- -todos- -se solapen aparece como tan fatal cuanto el horno del ferragosto romano. La pasión positiva se tro- có en negativa. Pero la pasión sólo genera catástrofe. Sea cual sea su signo. En política, como en cualquier otra actividad humana, todo lo que no se restringe al prosaico cálculo racional lleva a lo peor. Los cuarenta años de épica grandilocuente, a golpe de humanismo comunista frente a humanismo demócrata- cristiano, dieron en la masiva disolución de los partidos durante los años noventa. De ella surgió una legión de pícaros al frente de organizaciones con nombres a cual más pintoresco Olivo Forza Italia Lo mismo, bajo otra retórica. Envejecieron muy deprisa, porque la estafa se notaba demasiado. De esa colección de pícaros, hubo uno más avispado y con más medios. Silvio Berlusconi entendió lo primordial: si la política había sido un subgénero de la retórica, mejor apostar por la más devastadora de las retóricas, la de la imagen. Se precisaba una apisonadora televisiva. Él la tenía. Su éxito estaba garantizado. Lo sigue estando. En el año 2011, Bruselas pone el veto a Berlusconi. Bien está que a los italianos les divierta el histrionismo herziano. Pero lo de pagarlo con dinero europeo tenía menos gracia; sobre todo, para centroeuropeos y nórdicos. La UE dio un aterciopelado golpe de Estado en Roma. Bastante razonable. Hay veces- -De Gaulle en el 58 es el caso más claro- -en que un golpe de Estado puede llegar a ser lo menos malo. Pero hay que saber darlo. Monti- -quien jamás había pasado por las urnas- -fue nombrado presidente del Consejo de Ministros, para poner orden en aquel desbarajuste. No duró un año. Ahora, después de unas elecciones que han barrido al hombre de la UE, Berlusconi inviste la posición estratégica óptima. No tiene los votos necesarios para gobernar. Es lo mejor que pudo sucederle. Puesto que sí tiene los suficientes para bloquear a cualquier gobierno desde el Senado. Bersani, junto a sus supervivientes de la casta política de los ochenta, está obligado a formar un gobierno sometido a permanente acoso: su desgaste será horrible. La tentación antipolítica de los exitosos hombres de Beppe Grillo puede lastrarlos de impotencia: está por ver. Queda el gran cínico. Berlusconi podrá imponer cuanto le venga en gana. Con coste cero. El paraíso.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.