ABC MADRID 22-02-2013 página 5

ABC VIERNES, 22 DE FEBRERO DE 2013 abc. es ENFOQUE 5 La imagen que ilustraba la portada de ABC del pasado 30 de octubre era suficientemente explícita ABC Pere Navarro y la abdicación del Rey El problema catalán del PSOE JAIME GONZÁLEZ Convencido de poder resolver en dos tardes el eterno dilema del encaje de Cataluña en España, José Luis Rodríguez Zapatero que seguramente a estas horas cuente nubes tendido en una hamaca diseñó una estrategia de aproximación al nacionalismo cuyos efectos no solo amenazan con abrir en canal al socialismo, sino que han erosionado los cimientos sobre los que se vertebra el Estado. Las consecuencias de aquella carta blanca otorgada al nacionalismo catalán encumbraron al PSC a la cima de un sueño largamente anhelado: la presidencia de la Generalitat, cúspide de las aspiraciones de un partido que catapultó a Zapatero a La Moncloa en aquellas elecciones de 2004 marcadas a sangre y fuego en la memoria de España. Con el PSOE en el Gobierno de Madrid y el PSC en el Gobierno de Cataluña, el socialismo creyó haber cuadrado el círculo de la tranversalidad, la quintaesencia de un poder sustentado en el nihil obstat al Estatut y las concesiones sin límites a ERC, socio en el Govern y visitador de honor de La Moncloa. Tan felices se las prometía el contador de nubes que creyó haber resuelto el problema catalán Aquellos días de rosas marcaron el preludio de un camino de espinas, porque el problema catalán le ha estallado al socialismo en la cocina y las llamas amenazan con calcinar al partido. ¿Qué es hoy el PSC? Francamente, no lo sé. Estoy seguro de lo que no es: un partido fiable. Siete años compartiendo cama con ERC son demasiados para no dejarse contaminar por el ambiente: el mismo dormitorio, los mismos pasillos, los mismos despachos, el mismo agua del oasis. El viejo catalanismo del PSC no se parece en nada a ese nuevo e irredento catalanismo en el que el derecho a decidir esconde los resabios de un soberanismo light un guiño embozado a la autodeterminación. Tal vez ha llegado la hora de que el PSOE rompa con el PSC (o al revés) porque la gravedad de la situación no admite excusas ni actitudes diletantes. La abdicación del Rey reclamada por el secretario general del PSC, Pere Navarro, no es sino un síntoma más de ese soberanismo light que ha llevado el catalanismo al límite constitucional: ahí donde se quiebra el consenso sagrado de la Monarquía parlamentaria y la unidad de España. Si el PSOE no rompe con el PSC (o al revés) se rompe el PSOE. Ya se está rompiendo. Tal vez empezó a romperlo sin saberlo Zapatero, que seguramente a estas horas cuente nubes tendido en una hamaca. Dios le guarde.