ABC MADRID 17-02-2013 página 43

ABC DOMINGO, 17 DE FEBRERO DE 2013 abc. es españa ESPAÑA 43 31 de agosto de 2012 Peluches para recordar a los niños 20 de octubre de 2011 Georradares en Las Quemadillas EFE 27 de agosto de 2012 Aparecen los restos óseos ROLDAN SERRANO VALERIO MERINO ABC últimos momentos de su vida Pero, según Lainz, pretendía algo más. Hacerse con las llaves del Kia Picanto de su cuñado José para ir a la finca. Quería comprobar si sus vecinos de la derecha, los únicos que podían tener cierta visual con el lugar escogido para la hoguera, se encontraban allí o no A su vuelta al domicilio de su hermana tuvo que esperar a que ésta regresara de la compra, y dicho retraso hace que se precipiten los acontecimientos. Así, a las 13.31 horas sale de casa de sus padres en el Opel Zafira con sus dos hijos y un minuto después inactiva el sistema de localización Latitude de su iPhone. A las 13.39, tras intentar contactar con su exmujer, detiene el coche durante dos minutos. De haber usado las pastillas de Orfidal y Motiván, éste habría sido el momento propicio para ello apunta Lainz. Siete minutos después llega a la finca, según recogen las cámaras del Centro de Inserción Social Carlos García Valdés. Dos minutos después realiza el último y decisivo intento de contactar con Ruth Ortiz Este momento coincide con la plena desconexión de su terminal, que no vuelve a encender hasta su paso por la avenida de la Libertad a las 17.49 horas. José intenta a toda costa estar ilocalizable dice el auto. Los vecinos de la parcela situada al fondo de la casa de los Bretón datan entre las 15.00 y las 17.00 horas la franja de tiempo en que olía como a basura quemada. Bretón sale de la parcela antes de las 17.30 horas y el último avistamiento de humo se realiza las 18.09, habiendo uno inmediatamente anterior, a las 17.59 horas Preparación de la coartada Los indicios que, según el juez, sirven para afirmar que Bretón no sacó a sus hijos ni vivos ni muertos de la parce- la son diversos. Por un lado, los resultados del análisis de la cámara de seguridad de la entrada accesoria a la Ciudad de los Niños, donde se aprecia que a las 17.56 horas, cuando el vehículo del procesado es captado, no iba nadie en los asientos traseros Además, no conecta el Whatsapp ni el Latitude hasta que llega al sitio donde aparca, y todos los mensajes de su hermano Rafael los recibe y envía una vez estacionado su coche; la separación temporal con el cruce por la cámara de seguridad de la entrada al complejo de ocio solamente casa con dicha realidad. De hecho, solo pasan cinco minutos desde que pasa delante del dispositivo de grabación hasta que contesta al primero de los mensajes de Rafael Igualmente, ha quedado demostrada la imposibilidad material de que José pudiera sacar a su hijo por el lado izquierdo del coche al existir un poste de señal de tráfico que se lo impedía Su coartada no es posible, ni temporal ni materialmente, dice el juez. Si un dato muestra claramente la imposibilidad real de que la pérdida se hubiera producido, siendo incluso generosos, sería la de contrastar el tiempo que transcurre entre el último diálogo de José por Whatsapp con su hermano y el momento en que es por primera vez avistado por la cámara de la entrada de la Ciudad de los Niños. Este espacio de tiempo es de sólo 10 minutos y 39 segundos. El tiempo que se calcula para que pudiera haber tenido lugar la desaparición según mediciones, supera en nada más y nada menos que 10 minutos y 39 segundos tal espacio de tiempo objetivo aparca el coche, ni en la zona del parque Actitud sospechosa Igual de llamativa es la actitud que muestra Bretón tras perder de vista a sus dos hijos. Cuando aparecen sus hermanos y su cuñado, los dirige en un momento inicial hacia la Ciudad de los Niños, cuando, según él, la pérdida se produce en el parque También es llamativo el gesto que hace el progenitor al descubrir la presencia de la cámara de seguridad que hay en el complejo de ocio infantil: se tapa el rostro, para luego partir hacia un lugar alejado al punto de pérdida, pese a que declarara que volvió hacia el mismo lugar señala. Resulta sospechoso para el togado la férrea ocultación inicial del hecho de que había estado al mediodía con sus hijos en la parcela; sin duda, ante el miedo de que pudiera encontrarse la Policía aún la hoguera en llamas o sin tiempo de haberse incinerado plenamente los restos óseos de sus hijos Además, durante la investigación, su conducta despierta suspicacias: borra por sí o con la ayuda de un tercero todos los registros de llamadas de su iPhone Tampoco cuadra con la actitud que debería tener un padre que ha perdido a sus hijos la que adoptó Bretón durante los registros en Las Quemadillas, en los que parecía absolutamente ajeno a lo que, según él, estaba sucediendo a los pequeños Finalmente, Lainz recuerda que Bretón llegó a reconocer los hechos a uno de los agentes que participó en la búsqueda, diciéndole, a pie de hoguera, que los menores estaban muy cerca Tampoco olvida el juez los movimientos de Bretón en el entorno de la finca en la madrugada del 11 de octubre, que hacen pensar en un intento de esconder o llevarse algo olvidado. Indicios adicionales Lainz suma a su resumen de la instrucción que justifica el enjuiciamiento de Bretón una serie de factores complementarios que demuestran que los dos hermanos no se extraviaron en Cruz Conde tal y como relató Bretón, ni que superasen los tiempos marcados por el procesado. Por un lado, la escasa edad del pequeño José, de apenas dos años recién cumplidos, contaría con unas capacidades psicomotrices propias de un niño que apenas se desplazaba autónomamente a un ritmo de adulto Igualmente, representaría un obstáculo que los dos menores fueran- -como relata el encartado- -cogidos de la mano, lo que ralentizaría aún más su marcha. Las características orográficas del trayecto, con dos cruces de vía, habrían sumado sin duda segundos al tiempo que fija Bretón desde que salen del coche hasta que, según defiende, se pierden. Lainz destaca también la curiosa ausencia de un solo testigo que refiera haber visto al acusado en compañía de sus hijos, ni en la calle donde AARON Ruth Ortiz, madre de Ruth y José