Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 11-02-2013 página 56
ABC MADRID 11-02-2013 página 56
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 11-02-2013 página 56

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página56
Más información

Descripción

56 CULTURA Muere Eugenio Trías, un filósofo al límite GABRIEL ALBIAC privilegiado; pero vale la pena releer hoy aquella Teoría de las ideologías del año 1970, para percibir hasta qué punto su lectura de Marx y Freud anunciaba ya travesías muy alejadas de cualquiera de las tentaciones escolásticas que asfixiarían a otros. La dispersión, del año 1971, revelaba una voluntad literaria que, a través del homenaje al estilo aforístico nietzscheano, nos ponía ante una apuesta de radicalidad muy difícil de situar: Trías alzaba el vuelo. Hacia ese territorio en el cual especulación y estética son indistinguibles. Y esa LUNES, 11 DE FEBRERO DE 2013 abc. es cultura ABC TRÍAS EN LAS CESURAS La reflexión sobre lo sagrado cierra su vida intelectual y construye sus libros más intemporales La búsqueda del sentido, en un mundo que de él carece, debe ser rastreada en esos instantes vacíos con que la discontinuidad nos fuerza a rehacer todo lo pensado. Y a desechar, con frecuencia, tantas cosas en las cuales creímos poder dar clave coherente a nuestros anhelos. El empecinamiento del filósofo consiste en ese despiadado enfrentarse a lo ya hecho. Y, una y otra vez, volver a comenzar el juego de la escritura como si fuera nuevo, como si nada de lo escrito pesase: pensar es dinamitar las propias convicciones. Trías daba esa paradoja con palabras de Goethe: ¡Muere y transfórmate! No hay otro modo de estar vivo. Las cesuras que dan sentido a la obra de Eugenio Trías son, sin duda, generacionales. Hay un arranque en ella que es, como el de todos los de nuestra edad, el retorno sobre textos que abren el pensar contemporáneo: Marx, Nietzsche, Freud. Del juego de paradojas mediante el cual esos tres nombres quiebran los tópicos acerca del sujeto humano, Trías tomará su punto de partida. Al cabo, será Nietzsche quien le acompañará ya para el resto de su vida como interlocutor E ugenio Trías abría la que es quizá su obra más ambiciosa, La edad del espíritu, de 1994, con una reflexión acerca de los intervalos: el lugar en el que todo sucede para aquel que apuesta por vivir en esa escritura incierta a la cual, desde Platón, llamamos filosofía. En la cesura que marca el cierre de un libro, no hay autor que no sepa haber dejado algo de su vida sobre lo cual ya nunca volverá y que seguirá determinando las nuevas vidas que le forzarán a volver a inventarse en otros libros. Sin sosiego. Distinto cada vez, cada vez en una nueva clave del ser. Como si, a fin de cuentas, la única clave verdadera de una biografía debiera buscarse en el sentido que esa discontinuidad puntúa en el fluir del tiempo. La muerte anotaba Trías allí, es, quizás, un espacio en blanco: el que media entre dos aforismos... mutación hacia una nueva, o renovada, forma de ser y de existir Nietzsche Será Nietzsche quien le acompañará ya para el resto de su vida como interlocutor privilegiado Gusto por la literatura El lector ve resonar en cada línea un gusto desenfrenado por la gran literatura Una bella armonía Su obra tiene la bella armonía de los grandes teoremas matemáticos. O de las sinfonías apuesta y ese estilo iban a marcar la continuidad de su obra, a través de todas las discontinuidades. En cada línea de Trías, el lector ve resonar un gusto desenfrenado por la gran literatura: por la centroeuropea, en primer lugar, pero no sólo. También, el saber hondo plástico que cristaliza en Lo bello y lo siniestro. También y cada vez con más peso la primordial metafísica de la música, que él desarrollaría en El canto de las sirenas, del año 2007. También y no es demasiado frecuente eso entre nuestros filósofos la comprensión del cine como constructor de la conciencia y las pasiones del hombre del siglo XX: su libro sobre el Vértigo de Alfred Hitchkock es una primorosa exquisitez, no sólo para los cinéfilos. Y, al fin, ¿qué emerge a lo largo de las cesuras que el filósofo ha ido marcando con lucidez sobria? El sentido. Su ausencia, esto es, la necesidad de construirlo. A eso llamaban los clásicos la búsqueda del absoluto. Y, para eso, Eugenio Trías reservó un nombre preciso: lo sagrado. Y es esa reflexión sobre lo sagrado la que cierra su vida intelectual y construye sus libros, pienso, más intemporales: La edad del espíritu y Pensar la religión. Todo ha sido, sí, cesura, espacio en blanco. Pero la obra que contemplamos, al final de todo, tiene la bella armonía de los grandes teoremas matemáticos. O de las sinfonías.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.