ABC MADRID 11-02-2013 página 5

ABC LUNES, 11 DE FEBRERO DE 2013 abc. es ENFOQUE 5 ARTÍCULO DE ESPERANZA AGUIRRE LA POLÍTICA NECESITA DE LOS MEJORES Ahora, cuando la regeneración de todos los aspectos de nuestra vida política se ha hecho imprescindible, recuperar las canteras de donde han salido nuestros mejores políticos y buscar a los más preparados son tareas ineludibles que hay que afrontar E stamos viviendo unos momentos muy intensos desde el punto de vista político, de eso no cabe la menor duda. La crisis económica ya puso de manifiesto la necesidad de llevar a cabo profundas reformas en el marco socioeconómico español. Y ahora la crisis provocada por la aparición de casos de corrupción que afectan a muchos partidos e instituciones está poniendo de manifiesto la necesidad de abordar reformas también profundas para dignificar la vida política y para acabar con el divorcio que existe entre ciudadanos y políticos. Algunas de las ideas o sugerencias que se han puesto sobre la mesa para lograr esa regeneración democrática y para conseguir que los ciudadanos sientan más cerca a sus representantes van en la línea de reivindicar que la política no sea considerada como una profesión, sino como un honor que los ciudadanos otorgan a los mejores para que se ocupen durante un tiempo de representar y defender los intereses del conjunto de la ciudadanía. Esa concepción no profesional de la política implica que los políticos saben ganarse la vida fuera de la política, y es siempre la mejor garantía de la independencia y de la libertad de espíritu y de acción de nuestros políticos en defensa de sus principios. Dedicarse a la política es un honor que otorgan los ciudadanos para que los elegidos se ocupen de defender los principios y los valores que creen que servirán para mejorar la vida en común de todos. Lo lógico sería que los elegidos por los ciudadanos fueran siempre los mejores. Los mejores en todos los sentidos: en lo profesional, en lo intelectual, en lo político y en lo humano. O, al menos, los que los ciudadanos consideran que son los mejores. Sin embargo, con el actual sistema electoral la realidad es que los auténticos electores de nuestros representantes son los líderes de los diferentes partidos en el momento de elaborar las listas, que ya no consideran necesario encontrar a los mejores, sino a los más afines o a los más fieles. Al llegar a este punto del razonamiento también hay que preguntarse cómo podemos reconocer a los que de verdad son los más capacitados y los que tienen más cualidades profesionales, políticas y humanas. O, dicho de otra manera, ¿cómo podemos calibrar la calidad de los candidatos que Listas abiertas Con el actual sistema electoral, los auténticos electores de nuestros representantes son los líderes de los partidos, que no consideran necesario encontrar a los mejores, sino a los más fieles se presentan a unas elecciones o la de los que son nombrados para desempeñar altas funciones en la administración del Estado? No lo podemos dejar sólo en manos de los gurúes del marketing o de la publicidad o en manos de los fotógrafos que saquen a los candidatos más o menos favorecidos. Un país serio tiene que tener mecanismos para reconocer a los más capacitados. Todos los países de nuestro entorno tienen esos mecanismos. En Francia es una garantía haber estudiado en alguna de las Grandes Écoles, o en Inglaterra provenir de alguna de sus prestigiosas universidades- -Oxford y Cambridge, en primer lugar- Y son sólo dos ejemplos. También nuestro país, desde los años de la Restauración, ha tenido mecanismos para reconocer a los mejores. La brillantez de los estudios en la Universidad o en las siempre exigentes Escuelas Técnicas Superiores o la superación de las duras oposiciones a los altos cuerpos de la Administración eran en España garantía suficiente de preparación para afrontar las enormes responsabilidades que lleva consigo la dedicación a la política. Y la mayoría de nuestros mejores políticos han provenido de entre los que habían demostrado cumplidamente su capacidad antes de llegar a la política. Ahora, desgraciadamente, esto no funciona tan bien como en otras épocas, probablemente por la tendencia de los partidos a preferir a los más dóciles y no a los más preparados. Por eso ahora, cuando la regeneración de todos los aspectos de nuestra vida política se ha hecho imprescindible, recuperar las canteras de donde han salido nuestros mejores políticos y buscar siempre a los más preparados para los puestos de responsabilidad son tareas ineludibles que hay que afrontar y cuanto antes, mejor. ESPERANZA AGUIRRE PRESIDENTA DEL PP DE MADRID