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ABC MADRID 17-11-2012 página 5
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ABC MADRID 17-11-2012 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 17 DE NOVIEMBRE DE 2012 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA LAS TRES CRISIS POR ÁLVARO DELGADO GAL Atravesamos una triple crisis, una crisis de verdad, que no admite composturas ni terapias de medio pelo. Saldremos, pese a todo, adelante, bajo figuras que todavía no sabemos imaginar. No deben espantarnos los accidentes, por aparatosos que sean OS latinos decían trivium, y nosotros, los españoles, trivio punto en que confluyen tres caminos. Pues bien, España se encuentra en este momento en un trivio. En un trivio crítico, porque cada camino corresponde a una crisis: crisis económica, crisis política y crisis constitucional. De la primera no les voy a hablar, no porque no sea importante, sino porque es imposible hablar de todo. Pondré el acento en las otras dos, íntimamente conectadas entre sí y también con la económica. Después de las generales del 2011, se han celebrado tres elecciones de formato grande: las autonómicas andaluzas (marzo del 2012) y las vascas y gallegas. Las tres ofrecen un balance claro: deserción del centro, entendiendo por tal el centro derecha y el centro izquierda. Las andaluzas se saldaron con una repetición de los pobres resultados obtenidos por el PSOE en las legislativas, y un descenso importante del PP Ya sé que no es correcto comparar cantidades heterogéneas: ya sé que unas autonómicas no son unas generales. Pero se daba una circunstancia no baladí: y es que poco antes de los comicios el Gobierno había decretado, haciendo violencia a su programa y sin previo aviso, un aumento del IRPF. Esto, más una concentración del retroceso popular en las zonas más industriosas y dinámicas de la región, autorizó a sospechar que muchos andaluces (cientos de miles) se habían quedado en casa por motivos, por así llamarlos, fiscales. Una protesta típica de clases medias, que son las que pagan impuestos directos. ¿Todo en orden? Todavía no. La prudencia aconsejaba reunir más datos. Wait and think, que dicen los ingleses. A continuación, las gallegas y vascas. El episodio gallego ha sido mal entendido, principalmente, porque una corrección del censo a la baja (350.000 electores menos) produjo un baile de cifras en los medios. Primero se habló de un fuerte descenso de la participación respecto de las autonómicas anteriores. Acto seguido, de una caída del uno y pico por ciento. La corrección censal, más el numero de votos emitidos en términos absolutos, despejan el equívoco. En bloque, socialistas y populares pierden casi 400.000 sufragios, que son muchísimos dadas las dimensiones de Galicia. Los cerca de doscientos cincuenta mil votos que cede el socialismo se han escurrido hacia su izquierda en proporciones apreciables. El grueso, no obstante, se lo lleva la abstención, que es, asimismo, el destino de los 150.000 apoyos que ha dejado de recibir el PP. Éste ha ganado escaños por un descenso todavía mayor de sus rivales principales, no porque haya ampliado su base en la región. Los abstencionistas, resumiendo, han sido muchos, presumiblemente de centro. ¿Y en el País Vasco? Allí los constitucionalistas retroceden en 125.000 votos, con menguas significativas aunque no terribles del PP, y un desplome del PSE. No disnos y malos argumentos. El argumento bueno es que no es sostenible que Cataluña transfiera renta, y no lo hagan País Vasco y Navarra. El malo, que Cataluña es objeto de un maltrato específico, a saber, un trato que resulta discriminatorio haciendo abstracción incluso de los casos vasco y navarro. Se arguye, en especial, que el PIB catalán per cápita, después de aplicados los impuestos, desciende del cuarto al octavo puesto en el ranking nacional. Y se propugna, para evitar esto, que tras lo flujos redistributivos no se vea afectada la posición ordinal de Cataluña. De la revisión a la baja del Concierto vasco o del Convenio navarro, prefiere no decirse ni pío. L l argumento que aduce una discriminación específica de Cataluña es malo por tres motivos. Primero, porque no se hacen las cuentas como Dios manda. Una de las razones que explican los muy elevados impuestos que soporta el ciudadano de Cataluña es que el recargo autonómico en aquella región es extraordinariamente alto. Lo último ha de imputarse a la política de la Generalitat, no a un trato abusivo por parte del Gobierno central. El segundo motivo es que también otras regiones Madrid, por ejemplo- ven alterada su posición ordinal tras el pago de impuestos. Por último, aun siendo cierto que han aflojado durante los últimos 15 años las inversiones del Estado en Cataluña, y que esto podría siempre renegociarse, está el hecho de que carecería de sentido fijar rígidamente lo que se debe invertir en una región a fin de que ésta no sufra nunca en comparación de otras. A raíz de las Olimpiadas, afluyeron muchos fondos a Cataluña. La preservación de las posiciones regionales en el ranking habría escamoteado a Barcelona ED. CAROSIA la posibilidad de convertirse, durante unas semanas, en la capital del mundo. La idea de abordar el contencioso catalán te esta actitud de desvío. La desafección todavía no sin una reconsideración seria del Estado autonómies estructural, aunque podría llegar a serlo si no se co, fórmulas vasca y navarra incluidas, conduce, por la inercia misma de las cosas, a proponer para Cataenderezan los asuntos a tiempo. Acudamos a Cataluña, cuyas autonómicas están luña una suerte de Concierto Económico. ¿Cómo sea las puertas. Parece asegurado un resultado desas- guir financiando, entonces, el Estado? Por el procetroso para el PSC, con fuerte ascenso nacionalista e dimiento de subir los impuestos del Ebro hacia abaíndice de abstención muy alto. No se trata de una jo. ¿Cree alguien que esto podría terminar bien? broma, puesto que Mas ha impugnado la Constitu- Dejando a un lado el enfado que ello provocaría en ción e iniciado una aventura que ya no controla. A las regiones perjudicadas, subsiste el riesgo de que nadie se le oculta que habrá que hacer algo, fuera de la subida impositiva concluyera por enemistar con garantizar la vigencia de la ley. La pregunta es: ¿qué? el sistema a sectores todavía más amplios de la claEl Gobierno ha optado por pegar el cuerpo al sue- se media. Sería como meterle un chute de coca a un lo, a la espera de que CiU no alcance la mayoría ab- señor que está empezando a padecer el baile de San soluta y necesite a Esquerra, incompatible objetiva- Vito. Atravesamos una triple crisis, una crisis de vermente con los instintos e intereses de los electores convergentes. CiU, capturada por Esquerra, exhibi- dad, que no admite composturas ni terapias de mería fisuras, y la situación, acaso, se haría más trata- dio pelo. Saldremos, pese a todo, adelante, bajo figuble desde Madrid. La apuesta es racional. Es, quizá, ras que todavía no sabemos imaginar. No deben eslo único que el Gobierno puede hacer por el momen- pantarnos los accidentes, por aparatosos que sean. to, pero no es una solución. La solución tendrá que Nuestros fundamentos son buenos. Las crisis, incluvenir luego. Eso nos devuelve a la pregunta de antes: so las crisis triples, obligan a avivar el ingenio y mo ¿qué, cómo, cuándo? He expresado repetidamente vilizan energías adormecidas durante los periodos mi escepticismo sobre la supuesta salida federal, en de prosperidad. Venimos de lejos. Hemos estado peor la que no acierto a percibir, además de buena fe, un infinitas veces. intento por preservar, bajo una capa de pintura, el ÁLVARO DELGADO- GAL Estado autonómico. Transcurrido un rato, los fedeESCRITOR ralistas se ponen a hablar de financiación, con bue- cuto que las claves internas sean importantes. Ahora bien, resulta muy difícil, cuando se proyecta el movimiento del voto sobre los datos de conjunto, eludir la sensación de que la variable externa ha sido igualmente decisiva. Las mayorías que han conferido estabilidad al régimen están levantiscas y encrespadas, en parte por la implosión endógena del PSOE, en parte porque enfada ingresar menos y pagar más (en esas se hallan millones de funcionarios) en parte porque el Gobierno, a pesar de su mayoría absoluta, no ha conseguido situarse en los medios (valga la imagen taurina) de la conciencia nacional. Las encuestas de opinión confirman abrumadoramen- E

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