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ABC MADRID 04-11-2012 página 61
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Descripción

ABC DOMINGO, 4 DE NOVIEMBRE DE 2012 abc. es cultura CULTURA 61 Hace hoy 90 años Howard Carter halló el lugar donde fue enterrado el joven faraón con su fabuloso ajuar funerario Claves El enigma del faraón Según las últimas investigaciones de 2005, Tutankamón falleció posiblemente a causa de una herida en la rodilla, aunque se desconoce cómo se produjo esa herida. Aunque no lo parezca, explica Ares, en Egipto hay mucho todavía por investigar comenzando por el ostracon que informa sobre tumbas de las que todavía no tenemos noticia o indagando en las vidas de propio Tutankamón o la reina Nefertiti, que permanecen inéditas. La resurrección de Tutankamón SERGI DORIA BARCELONA Exclusiva en ABC Blanco y Negro publicó en exclusiva la traducción de la obra de Carter sobre la tumba de Tutankamón, a cargo del conde de Gimeno C omplexión fuerte, rostro curtido por el sol del desierto. Mirada viva y pupilas escrutadoras y chispeantes a través del cristal de los lentes, suelto de movimientos y serenamente arrogante en el ademán... Así vio el reportero de ABC a Howard Carter. Invitado por el duque de Alba, el arqueólogo recibía el homenaje de la Residencia de Estudiantes; era el 24 de noviembre de 1924, segundo aniversario del descubrimiento oficial de la tumba de Tutankamón, aunque el lugar se halló el 4 de noviembre de 1922. La voz de Míster Carter vibraba con emoción apunta el cronista, al recordar cuando después de remover doscientas mil toneladas de tierra apareció el escalón de piedra que franqueaba los sepulcros de la decimoctava dinastía. Ovacionado por un emocionado auditorio, Carter se ayudó de un proyector para mostrar imágenes del Valle de los Reyes, momentos de las excavaciones, la entrada de la tumba, la puerta sellada, el paso repleto de cascotes que conducía a la antecámara... ¿Ve usted algo? ¡Sí, cosas maravillosas! La famosa pregunta de lord Carnarvon en la cámara mortuoria de Tutankamón y la exclamación del egiptólogo Howard Carter volvían a escucharse. La afluencia al acto era tan nutrida que el Comité Hispano- Inglés, que presidía el duque de Alba, organizó para el día siguiente otro encuentro en el teatro Fontalba. Entre los asistentes, los filósofos Ortega y García Morente, el escultor Mariano Benlliure, el político Julian Besteiro, el glosador Eugenio d Ors y el conde de Gimeno, primer traductor de Carter al español. Se conmemora el 90 aniversario de aquel instante sublime que Carter pudo compartir con su mecenas lord Carvarnon y la hija de éste, lady Evelyn Herbert. La localización de la tumba intacta del faraón se produjo en el cementerio real de Biban el- Moluk, el Valle de las Puertas de los Reyes. Egiptólogo y director de la Revista de Arqueología Nacho Ares reconstruye en La tumba perdida (Grijalbo) una historia que se remonta al año 1326 antes de Cristo y culmina en 1922. En sus años de estancia en Egipto, Carter se había granjeado decenas de conocidos y enemigos, pero pocos amigos apunta Ares. Entre los objetos que alumbró en el Valle de los Reyes, cerca de la tumba de Tutmosis IV, destaca un ostracon, fragmento de piedra caliza con inscripciones Carter en España El egiptólogo Jordi Clos conserva la primera edición del libro que Howard Carter dedicó al conde de Gimeno. Giménez y Cabañas tradujo La tumba de Tutankamón de Carter y Mace, que Blanco y Negro publicó por entregas entre 1925 y 1926. En 1928, el arqueólogo volvió a visitar España; invitado por el duque de Alba describió en la Residencia de Estudiantes el centenar y medio de joyas del sepulcro del faraón. Carnarvon, mecenas En 1903 lord George Herbert de Carnarvon (1863- 1923) viajó por primera vez a Egipto para recuperarse de un accidente automovilístico y una enfermedad en el pecho. Cuatro años después conoció a Carter y financió sus excavaciones, que se ampliaron al Valle de los Reyes en 1914. Gracias a ese mecenazgo, el arqueólogo pudo seguir la pista de Tutankamón. Carnarvon murió el 28 de febrero de 1923, tres meses después del descubrimiento por la picada de un mosquito. Howard Carter examina el sarcófago de Tutankamón ABC que detallaban posibles localizaciones de otras tumbas perdidas y que se conserva actualmente en los almacenes del Museo Egipcio de El Cairo. Y, en los jeroglíficos del ostracon, la información sobre esa tumba perdida que en la época de los faraones se consideraba maldita y que provocará la pesquisa obsesiva de Carter. La celebridad del inglés desató las maledicencias: No dejaba indiferente a nadie. Entre los europeos causaba perplejidad que aquel individuo de nula formación académica hubiera llegado tan lejos Se decía, por ejemplo, que Carter y Evelyn eran amantes, aun- que el arqueólogo tenía 32 años más que ella y era un buen amigo, un confidente, casi un miembro más de la familia Carnarvon Tampoco pudo librarse Carter de las habladurías sobre su prolongada soltería, ni de las leyendas parapsicológicas sobre la maldición del Valle de los Reyes. Cuando en 1972 el British Museum conmemoró el cincuentenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamón, sólo pudo asistir lady Evelyn: Era la única superviviente de quienes vivieron aquel acontecimiento histórico de importancia capital para la arqueología concluye Ares.

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